Wolford sigue recibiendo ofertas: una ex consejera puja por la compañía

Wolford avanza en la búsqueda de comprador. Antonella Mei-Pochtler, anteriormente presidenta del consejo de supervisión de la empresa, es la última en sumarse a la lista de posibles compradores de la firma suiza de calcetería.

Para pujar por la empresa, la ejecutiva se ha unido con un grupo de inversores internacionales, entre los que figuran grupos estadounidenses de inversión o fondos asiáticos, según Trend.

Mei-Potchler, ahora directora de la sede de Boston Consulting Group en Austria, aseguró también que mantendrá la compañía en la bolsa de Viena si la adquisición resulta favorable.

La puja se produce tan sólo dos meses después de que Ashish Sensarma, consejero delegado de Wolford, abandonase su cargo, que ahora desempeña de manera temporal Axel Dreher, máximo responsable financiero del grupo.

Wolford perdió a su consejero delegado el pasado julio en pleno proceso de reestructuración

Wolford ha potenciado el traslado de algunos procesos de producción de Begrenz, ciudad que alberga la sede de la empresa, a Eslovenia. La medida conllevará un ahorro de 700.000 euros en costes para el ejercicio actual. Wolford cuenta actualmente con 678 empleados en Austria, veintisiete menos que en el año anterior.

El pasado junio, WMPFamilien-Privatstiftung, Sesam Privatstiftung y su subsidiaria M. Erthal&Co., accionistas mayoritarios de Wolford, iniciaron la búsqueda de un nuevo socio que adquiera su participación en la compañía. Además, la empresa austríaca alcanzó el pasado julio un acuerdo con sus acreedores para posponer la devolución de sus créditos hasta el próximo junio y garantizar así la continuidad de sus operaciones.

Wolford registró entre mayo de 2016 y enero de 2017 unas ventas de 119 millones de euros, un 7,5% menos que en el mismo periodo del año anterior. Las pérdidas de la compañía fueron de 5,7 millones de euros, frente a los números rojos de 0,7 millones de los nueve primeros meses de 2016. La empresa justificó esta evolución por errores de gestión de producto y retrasos en las entregas. 

La compañía espera concluir el año con un beneficio operativo negativo de entre ocho y diez millones de euros. A 31 de enero de 2017, la deuda neta de la empresa se elevó a 17,4 millones de euros.