Bruselas iguala la balanza e impondrá aranceles al textil estadounidense a partir de abril

Bruselas pone la moda made in America en su punto de mira. Tras el anuncio a mediados de semana por parte de Donald Trump, presidente de Estados Unidos, de imponer aranceles de un 25% a las importaciones de acero y aluminio, la Unión Europea ha desempolvado el paquete de contramedidas que utilizó ya en el primer mandato del presidente de la Casa Blanca y que incluye un aumento arancelario al sector textil.

La decisión la comunicó ayer la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, haciendo referencia a la irrupción inédita que supone esta decisión para las relaciones entre ambos países, así como para las empresas y los consumidores. “Creemos firmemente que, en un mundo lleno de incertidumbre, no es del interés común de nadie grabar a nuestras economías con aranceles”, lamentó Von der Leyen.

Según los cálculos de Bruselas, el arancel de Estados Unidos afectará a un total de 28.000 millones de dólares de exportaciones europeas, contra lo que la Unión Europea está preparando ya una respuesta valorada en otros 26.000 millones de euros. Para ello, el ejecutivo ha vuelto a mirar al paquete de medidas de “reequilibrio” que puso en funcionamiento en 2018, durante el primer mandato de Trump.

Bruselas impondrá aranceles valorados en otros 26.000 millones de euros

El texto original cuenta con dos anexos que afectan a diferentes categorías de productos. El primero de ellos entrará en vigor tan pronto como el 1 de abril, y afectará a bienes estadounidenses valorados en 2.800 millones de euros. Es precisamente dentro de este anexo en el que están incluidos algunos textiles y artículos de cuero.

Esto afectará, por lo tanto, a iconos estadounidenses como Levi Strauss, Gap o Abercrombie&Fitch, que encontrarán más dificultades para acceder a todo el mercado de consumidores de la Unión Europea. En total, el grupo de los Veintisiete cuenta con más de 448 millones de habitantes, frente a los 340 millones de personas que viven en Estados Unidos.

El segundo anexo aún está por definirse, y se prevé que entre en vigor el 31 de marzo, con productos incluidos estratégicamente para acumular un impacto de 18.000 millones de euros. El objetivo de Bruselas es equiparar el impacto de sus medidas con el de los aranceles estadounidenses. “Las contramedidas que tomamos hoy son contundentes, pero proporcionadas”, destacó la presidente de la Comisión.