Entorno

Panamá: 80 kilómetros que marcaron la historia de un país

Con apenas 4,4 millones de habitantes, el país compensa su reducido número de potenciales consumidores con uno de los PIB per cápita más altos de Latinoamérica, lo que atrae a las empresas de moda a operar en el territorio.

Panamá: 80 kilómetros que marcaron la historia de un país
Panamá: 80 kilómetros que marcaron la historia de un país

Celia Oliveras Castillo

5 mar 2025 - 05:00

Procesos electorales, conflictos geopolíticos y la persistente incertidumbre macroeconómica, ¿a qué retos se enfrentan las principales economías del mundo? La serie Mercados estratégicos hace una radiografía de las principales potencias mundiales y analiza cuál es su relación con España, así como los principales desafíos a los que se enfrentan en los próximos años.

 

Mercados estratégicos

Radiografía de un mundo global

 

El SS Ancón se convirtió en 1914 en el primer barco que navegó oficialmente una de las mayores obras de infraestructura humana moderna: el Canal de Panamá. La mañana del 15 de agosto de ese año, el barco de vapor, de propiedad estadounidense, cruzó el estrecho bajo la atenta mirada internacional y abrió el camino para que las cadenas de suministro mundiales se reorganizaran y ganaran velocidad. Antes de que el Ancón atravesara aguas panameñas (entonces bajo control estadounidense) para pasar del océano Pacífico al Atlántico, los buques de mercancías debían descender hasta el Cabo de Hornos, en la zona más al sur de Chile, añadiendo miles de kilómetros (así como meses y costes) a sus viajes.

 

Con un tránsito de comercio que supera 270.000 millones de dólares anuales, la historia de Panamá está estrechamente ligada al paso de 80 kilómetros que divide al país en dos. A pesar de que este paso ya forma parte de la soberanía nacional del país que le da nombre desde 1999, la propiedad del canal está ahora más en entredicho que nunca, lo que ha despertado una nueva alerta en la supply mundial.

 

Según datos de la Autoridad del Canal de Panamá (ACP), la ruta concentra alrededor del 6% del comercio marítimo mundial.  En todo 2024, hasta 13.000 buques atravesaron el mismo trayecto que hace ahora más de cien años realizó el Arcón. El peso que tiene este paso en el comercio mundial es lo que lo ha puesto en el ojo de Donald Trump en las últimas semanas. “La edad dorada de Estados Unidos acaba de comenzar”, comenzaba el mandatario su primer discurso como presidente del país más poderoso del mundo, una afirmación que no tardó en ir seguida de amenazas al orden mundial como la anexión de Groenlandia, las imposiciones de aranceles a sus aliados y la recuperación del Canal de Panamá.

 

 

 

Trump ha defendido esta reapropiación bajo la idea de seguridad, y con el objetivo de proteger el canal de la influencia china. Según los mismos datos de la ACP, sin embargo, Estados Unidos es el principal usuario de la infraestructura, con un 74,7% de los barcos siendo estadounidenses. Le sigue China, aunque de lejos, con un 21,4% del total, por lo que una disrupción en el Canal de Panamá afectaría principalmente a la economía estadounidense, y al sector agrícola y manufacturero en concreto.

 

De tener que volver a cruzar el continente americano de nuevo por el Cabo de Hornos, esta ruta añadiría hasta 8.000 kilómetros de más al camino, incrementando hasta un 30% los costes del transporte marítimo. La disrupción afectaría esencialmente, además, a las instalaciones portuarias de la costa este de Estados Unidos, que depende de este paso para conectar sus mercancías con Asia.

 

 

Vista de pájaro de Panamá

Con 4,4 millones de habitantes, una cifra muy reducida en el contexto del continente latinoamericano (Argentina o México, por ejemplo, cuentan con una población de casi 50 millones y más de cien millones, respectivamente), “Panamá ha logrado una convergencia económica con Estados Unidos mucho más rápida que el resto de Latinoamérica”, asegura el Fondo Monetario Internacional (FMI).

 

A pesar de su reducido tamaño, el país ha conseguido mantener un alto ritmo de crecimiento a la sombra del canal, hasta situarse a entre los países de Latinoamérica con un Producto Interior Bruto (PIB) per cápita más elevado. A cierre de 2023, según los datos del FMI, el PIB per cápita en el país se situó en 39.803 dólares, apenas por detrás de otros estados como Puerto Rico o Aruba.

 

Las previsiones de la entidad para la economía panameña pasan, además, por seguir crecimiento, con un alza de su economía del 3% para 2025, por encima del 2,5% estimado para el conjunto de Latinoamérica. En los próximos años, además, la tendencia panameña es seguir creciendo, hasta un 4% en 2029, siempre y cuando priorice la diversificación de sus motores económicos, alerta el FMI, “debido al incremento del riesgo de desglobalización que afectará al comercio mundial”.

 

“En los últimos treinta años, el crecimiento económico ha generado empleo y reducido la pobreza, que ha evolucionado del 48,2% en 1991 al 12,9% en 2023”, asegura también el Banco Mundial en su estudio del país. La baja carga tributaria del país es otra de las características de la economía de Panamá, que a pesar de que ha conseguido atraer a multinacionales de todo el mundo para que establezcan allí su sede, también le ha valido un puesto en la lista negra de países poco transparentes de la Unión Europea.

 

Uno de los mayores escándalos fiscales a nivel mundial, de hecho, implicó al país de lleno, con los conocidos como Papeles de Panamá. La filtración de estos documentos en 2016 involucró a políticos, celebridades y empresarios de todo el mundo, que a través del bufete Mossack Fonseca gestionaban sociedades en el país para evadir el pago de impuestos.

 

 

 

 

Actualmente, la economía de Panamá depende en un 67,3% del sector servicios, frente al 27,8% de la industria y el 2,5% de la agricultura. Según los datos oficiales del Ministerio de Comercio e Industrias, las exportaciones del país alcanzaron un total de 964,3 millones de dólares en 2024, un alza del 7,4% respecto al año anterior y cada vez más cerca de la barrera de los mil millones. Estados Unidos es el principal cliente de Panamá, con un total de 184,5 millones de dólares, un 19,1% del total, seguido de Países Bajos y Taiwán, con una cuota del 14,5% y del 11,5%, respectivamente.

 

 

País de ‘malls’ y distribuidores de moda

Igual que ocurre en muchos países de Latinoamérica, la moda en Panamá se estructura principalmente a través de grandes centros comerciales, entre los que destacan Multiplaza Pacific, que cuenta con un espacio destinado únicamente al lujo, Alta Plaza Mall o Albrook Mall. El país compensa su reducida población con un PIB per cápita elevado, lo que va llevado a grandes empresas de moda a expandirse por el país.

 

Dentro del lujo, desde Hermès, Chanel, Gucci o Cartier están presentes en el país, mientras que la gran distribución también opera en Panamá, especialmente a través de distribuidores locales. Inditex lleva su negocio en el país junto al Grupo Harari, mientras que el también distribuidor panameño Regency opera otras marcas como Converse, Forever 21, Under Armour.

 

Phoenix World, por otro lado, otro de los grandes grupos distribuidores panameños del territorio, lleva el negocio del gigante gallego en otros mercados latinoamericanos. El conglomerado, además, distribuye en su mercado local marcas como Timberland, Helly Hansen y H&M.

 

Entre las últimas operaciones de la moda en Panamá, la empresa especializada en calzado deportivo Munich abrió recientemente su primera tienda en el país, en el centro comercial Alta Plaza Mall, mientras que El Ganso desembarcó en octubre en el mercado de la mano de Brand Management Group. Otros operadores con presencia en el país son Mango, que cuenta con dos tiendas, Calvin Klein y Nike, con una decena de establecimientos, o Adidas, con otras ocho tiendas.