Entorno

Bangladesh, el resurgir del fénix que vuelve a apoyarse en la confección para seguir creciendo

Tras el golpe de la pandemia, el país del Sudeste Asiático se enfrenta a numerosos desafíos para convertirse en un socio preferente y hacer un cambio hacia un modelo de abastecimiento impulsado por la sostenibilidad.

C. Juárez

28 mar 2022 - 04:52

Bangladesh, el resurgir del fénix que vuelve a apoyarse en la confección para seguir creciendo

 

 

Redefinir el sourcing tras la pandemia se ha convertido en unos de los principales retos de la industria de la moda ante la urgencia de la sostenibilidad y la necesidad de diversificar riesgos y tejer relaciones más sólidas con los proveedores. En este nuevo Insight, patrocinado por Lectra, Modaes.es repasa las claves de la cadena de aprovisionamiento de la moda a escala global y aborda la situación de los principales hubs de producción del sector y las materias primas.

 

 

Bangladesh resurge de sus cenizas. En los últimos cincuenta años, el país asiático ha sido el rey de la confección por sus salarios bajos y su extensiva fuerza laboral. Sin embargo, tras el golpe de la pandemia, el país se enfrenta a desafíos para convertirse en un socio preferente y hacer un cambio hacia un modelo de abastecimiento que también encaje en la transición hacia la sostenibilidad.

 

Después de su independencia en 1971, Bangladesh era uno de los países más pobres del mundo, sin recursos ni industria. Entonces, la industria de la confección fue uno de los sectores cruciales que impulsaron el crecimiento del país devastado por la guerra y con recursos limitados. El sector comenzó a despuntar en la década de los ochenta, cuando el empresario y secretario del gobierno Nurool Quader Khan envió a 130 jóvenes a Corea del Sur para aprender a producir prendas confeccionadas. Fue entonces cuando se crearon las primeras fábricas de confección en el país.

 

En 2005, con el fin del Acuerdo Multifibras, el sector de la confección se catapultó y cuando China empezó a derivar al país la producción más barata, los principales grupos de distribución establecieron en la región su polo de aprovisionamiento.

 

 

 

 

Desde entonces, la industria de la confección en Bangladesh ha crecido exponencialmente y continúa siendo un catalizador para el desarrollo económico del país. En los últimos cuarenta años, el sector ha pasado de exportar prendas de ropa por valor de 31,5 millones de euros en la década de los ochenta a 31.456 millones de euros de ahora.

 

Hoy, la confección aporta el 11% del Producto Interior Bruto (PIB) de Bangladesh y supone el 81% del total de las exportaciones. El sector emplea a más de cuatro millones de personas y captar alrededor de 20.000 millones de dólares de inversión extranjera.

 

Sin embargo, la industria de la confección bengalí enfrenta vientos en contra tras la paralización por la pandemia, que estancó su progreso con la cancelación de pedidos, retrasos en los pagos y renegociaciones. Ahora, el sector debe innovar, modernizarse y diversificar para continuar siendo relevante.

 

Los puntos en contra del sector son la incapacidad de pasar de producir ropa barata a prendas con valor añadido, y la necesidad de importar materia prima. Actualmente, las categorías de prendas que más exporta el país son camisetas, pantalones y jerséis.

 

 

 

 

 

Las empresas del sector tratan de continuar avanzando en derechos laborales, seguridad y sostenibilidad en la producción para continuar siendo competitivas. La industria bengalí se convirtió en un paradigma de las mejoras laborales después de la catástrofe del Rana Plaza en 2013. Hoy, el sector de la confección en Bangladesh es avanzadilla en transparencia en el Sudeste Asiático gracias a iniciativas como el Accord on Fire and Building Safety, ahora sustituido por el International Accord for Health and Safety.

 

Para modernizar la industria de la confección, el sector ha basado su estrategia en varios pilares: buscar un hueco en la producción de prendas de alta gama, especialmente con fibras sintéticas, la implementación de tecnología para una industria 4.0 y la formación laboral.

 

Según la patronal del textil y la confección del país, Bangladesh se podría apoyar en los objetivos sostenibles de los principales grupos de distribución de moda para convertirse en un polo de aprovisionamiento sostenible y tomar la delantera. El país cuenta ya con el Circular Fashion Partnership, una iniciativa que tiene como objetivo aumentar el reciclaje de los residuos de producción y se ha aliado con la Global Fashion Agenda para avanzar en economía circular. Además, 1.500 empresas de Bangladesh ya están certificadas por el Global Organic Textile Standard (Gots).

 

Incluir alianzas con empresas proveedoras de tecnología de reciclaje y el desarrollo de una infraestructura de reciclaje dentro del país es otro de los objetivos del sector, además de convertirse en un polo de aprovisionamiento para las marcas de lujo. Ralph Lauren ya produce en el país.

 

En el ámbito de la formación, la industria de la confección bengalí ya ha puesto en marcha medidas para impulsar su desarrollo. Una de ellas es la alianza entre la patronal Bangladesh Garment Manufacturers and Exporters Association (Bgmea) y la Organización Internacional del Trabajo (OIT) para formar a los trabajadores en seguridad laboral. El acuerdo establece que los setecientos miembros de los comités de seguridad de 75 fábricas del país reciban formación sobre seguridad y salud ocupaciones, identificación de peligros y evaluaciones de riesgos y gestión de accidentes.

 

La mejora de la infraestructura también es otro de los retos a los que se tiene que enfrentar la industria bengalí de la confección, poniendo el foco en el fortalecimiento del transporte, energía y digitalización.

 

Entre los proyectos en los que trabajaba el sector se encuentra el puente sobre el rio Padma, que contará con una longitud de 6,15 kilómetros y tendrá una capacidad máxima de 75.000 vehículos diarios. El país espera que la construcción de esta obra de ingeniería, emblema del cambio hacia la modernidad al que se enfrenta Bangladesh, contribuya a aumentar el PIB del país en un 1,2%.

 

 

 

 

Por otro lado, el Gobierno de Bangladesh también está trabajando en el desarrollo del puerto de Matabari, el primer puerto de aguas profundas del país que se espera que esté operativo en 2024. Ambas construcciones contribuirán a impulsar la industria bengalí de la confección gracias a la mejora de la conectividad.

 

Otro de los problemas de la industria bengalí de la confección es su alta dependencia de Europa y Estados Unidos y su escasa participación en países “no tradicionales”. Aunque ha ido reduciendo su peso en los últimos años, en 2021, Europa concentraba el 60,7% de las exportaciones de moda del país, mientras que Estados Unidos copaba otro 20,3%.

 

En 2021, las exportaciones de moda de Bangladesh se incrementaron un 30,6% hasta 35.811,8 millones de dólares. La categoría de prendas que más exporta Bangladesh es prendas de vestir, que supone un 55% sobre el total. En 2021, la confección elevó sus ventas al exterior un 37,7% y un 19% frente a 2019 mientras que el textil creció otro 22,4%, aunque no recuperó los niveles previos a la pandemia, con una caída del 2,4% según datos de Bgmea.

 

En el último año, las exportaciones bengalís de moda a Estados Unidos se elevaron un 43,6%, hasta 7.277,9 millones de dólares. El textil copó un 28% del total de las exportaciones al país norteamericano, con un incremento del 32,9% frente a 2020. Las prendas de vestir, por su parte, coparon el 13,3%, con un alza del 67,4%.

 

A Europa, por su parte, las exportaciones de moda de Bangladesh crecieron un 27,7% en 2021, hasta 21.741,12 millones de dólares. Las prendas de vestir también fue la categoría que más se elevó en el periodo, con un alza del 33,6%, copando el 67% del total.

En España, la industria de la confección bengalí perdió posiciones en 2021. Aunque el sector elevó sus exportaciones a España un 18,4%, fue adelantado por Turquía como segundo mayor proveedor de la moda española.