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Lujo, objetivo ‘eco’: el alquiler y la reventa se impulsarán un 75% hasta 2030

El alquiler de prendas y calzado y la venta de ropa de segunda mano serán dos de los modelos clave en los próximos años, que ganarán cada vez más peso en el negocio de los operadores de lujo.

Laura Juanes

31 mar 2021 - 04:56

Lujo, objetivo ‘eco’: el alquiler y la reventa se impulsarán un 75% hasta 2030

 

 

Sustainability is king. Tras el año más atípico en décadas, el consumidor ha experimentado un cambio no sólo en sus hábitos, sino también en la forma en la que concibe sus compras. La sostenibilidad se ha erigido como una de las tendencias ganadoras tras la pandemia, y el lujo, igual que el resto de sectores de la industria de la moda, deberá adaptarse para continuar siendo relevante para el cliente. Una de las claves para este cambio será evolucionar hacia nuevos modelos, como la reventa de ropa o el alquiler, que en 2030 representarán hasta el 20% y el 10% de la facturación de los operadores, respectivamente.

 

Las marcas que tengan un impacto positivo en el medio ambiente serán recompensadas por el consumidor, mientras que las que no se sumen al cambio se verán penalizadas, según se desprende del informe LuxCo2030: A vision of sustainable luxury, elaborado por Bain.

 

Son muchas las compañías de lujo que, ante un mercado y un consumidor que cambian a pasos de gigante, han marcado nuevos objetivos sostenibles y nuevas declaraciones de intención. Para tomar este nuevo rumbo, y afianzarse entre los nuevos clientes, los operadores del sector deberán convertir la sostenibilidad en el centro de la estrategia, de la gestión de empleados y clientes y de sus planes de crecimiento.

 

Ante este contexto, Bain ha establecido cinco claves que los operadores deberán seguir y adoptar para virar hacia un horizonte más eco. Estos objetivos son la redefinición del propósito de la marca; desvincular el crecimiento del volumen de producción; una cadena de suministro más transparente y trazable; maximizar los compromisos medioambientales y sociales y crear un valor económico a partir de la sostenibilidad.

 

 

 

 

Ante un nuevo mercado y un nuevo cliente, las empresas deberán redefinirse y transformarse para continuar gravitando a su alrededor. “El aumento de la demanda de artículos de lujo más sostenibles no es una moda pasajera, sino un cambio estructural”, apunta el informe. Un cambio de imagen no basta para adaptarse al nuevo contexto. Los operadores deberán ser coherentes y realizar inversiones a largo plazo, implementando acciones no sólo sobre el producto, sino también sobre la gestión del equipo, las métricas de rendimiento, las estructuras salariales y la formación.

 

Otra de las claves que dictarán el futuro de las compañías de lujo será crecer sin aumentar el volumen de producción. Los operadores deberán buscar fórmulas para continuar expandiéndose sin depender del volumen, minimizando a la vez su impacto ambiental en el proceso. Para hacerlo, las empresas deberán evolucionar hacia un negocio más circular, como la reventa de ropa o el alquiler, dos tendencias que en los últimos meses han experimentado un boom a raíz del mermo de la economía doméstica de los consumidores y de una mentalidad más consciente y sostenible.

 

Bain prevé que estos modelos de negocio maduren de forma gradual a lo largo de esta década. Hasta 2030, la consultora prevé que los ingresos por reventa se eleven un 50%, mientas que la facturación a través del alquiler de prendas y calzado incrementará un 25% en los próximos nueve años.

 

Para iniciarse en estos nuevos modelos, es posible que muchas empresas opten por aliarse con marketplaces de terceros, aunque la consultora apunta que, con los años, los operadores más relevantes serán los que adopten este proceso internamente, dada “la importancia de controlar la conversación de la reventa, dando forma a la narrativa en torno a los artículos usados, garantizando su procedencia y estado, y dando a este modelo una atractiva sensación de exclusividad”. Las estimaciones apuntan a que, en 2030, el margen de beneficio de un solo producto revendido aumente en un 40%.

 

Por lo que respecta al alquiler, las compañías deberán invertir recursos en desarrollar plataformas para los clientes usando, por ejemplo, el modelo de suscripción, y la misma red de tiendas como centro logístico. Este modelo podría representar, en nueve años, el 10% de los ingresos globales de los operadores. Además, en 2030 el margen de beneficio de estos artículos podría situarse en un 40% después de 20 alquileres.

 

“La diversificación del alquiler tiene la ventaja añadida de ampliar la base de clientes de lujo con nuevos consumidores, para los que la marca habría quedado fuera de su alcance”, sentencia la consultora.

 

 

 

 

La cadena de suministro ya se encuentra ahora en el centro de las conversaciones de los operadores de la industria de la moda. En un momento en que la sostenibilidad ha adquirido, y continuará adquiriendo una nueva relevancia, las compañías de lujo deberán esforzarse en hacerla más transparente y trazable. Entre algunos de los cambios que se deberán adoptar, se encuentran la adopción de avances tecnológicos en áreas como el blockchain, el Internet de las cosas, la automatización de procesos robóticos y la ciencia de datos, entre otros.

 

Desarrollar un modelo de valor económico para la sostenibilidad será otro de los factores clave para un óptimo rendimiento del negocio. Las compañías que más se vuelquen con medidas sostenibles, como la reducción de emisiones en la cadena de valor, serán las que podrán acceder a mayores paquetes de ayudas o desgravaciones. Las inversiones en acciones eco impulsarán la toma de decisiones de las empresas en áreas como la fidelidad de los clientes, y captarán la atención, entre otros, de inversores a escala mundial.

 

 

Nuevos objetivos medioambientales y sociales

Uno de los imperativos para el sector del lujo en los próximos años será establecer y cumplir con nuevos objetivos a escala medioambiental y social. La implantación de energías renovables en las oficinas y fábricas, la reducción de las emisiones de gases de efecto invernadero, la diversidad en la plantilla, adaptarse a los mercados locales y entablar una relación bidireccional con los empleados serán algunos de los factores clave que deberán incorporar a su estructura las compañías.  

 

 

 

 

Para prepararse para este cambio en los próximos años, los operadores de lujo pueden empezar por establecer una visión estratégica, así como una base para todas las cuestiones clave de sostenibilidad; definir objetivos científicos y cualitativos de impacto positivo para 2030; diseñar una cartera de proyectos para hacer realidad la visión y los objetivos; identificar los puntos fuertes defensivos y ofensivos; crear un compromiso con la sostenibilidad entre el equipo directivo, y alinear la organización y el modelo operativo con los nuevos retos.

 

“Lo vital es abordar la sostenibilidad de una manera holística que abarque a los consumidores, empleados, proveedores, comunidades y todos los departamentos de la empresa”, señala Bain. En este sentido, la digitalización puede servir de lección: a medida que la tecnología ha ido evolucionando, la empresa la ha ido incorporando en toda su estructura. En el caso de la sostenibilidad en el lujo, un enfoque en 360 grados “es la mejor manera de convertir las declaraciones de intenciones en acciones cuantificables, y luego en cambios significativos y recompensas económicas”, sentencia la consultora estadounidense.