Kering crea una división de cosmética y pone al frente a una ex Estée Lauder

El lujo avanza en su integración. El conglomerado francés Kering ha creado una división de cosmética y ha colocado al frente a Raffaella Cornaggia, exejecutiva de Estée Lauder, según ha explicado el grupo en un comunicado.

Esta nueva división, Kering Beauté, se encargará inicialmente del desarrollo de una línea de cosmética para Bottega Veneta, Balenciaga, Alexander McQueen, Pomellato y Qeelin. El anuncio ha despertado las sospechas a una potencial integración de todo el negocio de cosmética del grupo.

Actualmente, Kering trabaja con licenciatarios como Coty, que gestiona el negocio de cosmética de Gucci, o L’Oréal, encargado del de Yves Saint Laurent. De producirse una integración, la empresa seguiría los pasos que ya realizó con el negocio de óptica, que integró en 2014 con la creación de Kering Eyewear. El movimiento lo siguieron más tarde LVMH y Richemont.

Kering prevé desarrollar internamente le negocio de cosmética de marcas como Bottega Veneta o Balenciaga

“Estamos construyendo esta nueva área de especialización dentro de nuestro Grupo para garantizar que nuestras marcas puedan alcanzar su potencial en esta categoría”, ha explicado Jean-François Palus, director general del grupo.

Raffaella Cornaggia estará basada en París y formará parte del comité ejecutivo de Kering. Corneggia, que empezó en Estée Lauder en 2008, ha desarrollado diferentes puestos de responsabilidad en la compañía estadounidense de perfumería, donde era responsable del negocio internaconal. Hasta el momento, la ejecutiva de la empresa. A lo largo de su trayectoria profesional, Corneggia también ha pasado por Chanel, donde estuvo tres años en la categoría de cosmética y de L’Oreal, donde estuvo nueve años. 

El grupo Kering ha sufrido cambios los últimos meses. Hace unos días, el grupo anunciaba el fichaje de Sabato de Sarno como nuevo director creativo de Gucci. Este fichaje de la compañía supone el primero que la compañía ha hecho de manera externa desde la era Tom Ford.

Kering, que cuenta con más de 42.000 empleados alrededor del mundo, cerró el tercer trimestre con un crecimiento del 23%, hasta 5.137 millones de euros. El grupo se vio beneficiado por el regreso del turismo, especialmente en Europa, donde sus ventas se incrementaron un 74% en el tercer trimestre. En Asia Pacífico, Kering creció un 7%, aunque se vio afectado el impacto de los cierres en China a causa del avance de la pandemia durante julio y agosto.