
Rebelión en los ‘hubs’ productivos del sur
La llegada al poder de Milei ha dado un vuelco a la economía argentina, que cuenta con la mayor perspectiva de crecimiento del continente. El presidente se enorgullece de haber llevado a cabo las políticas fiscales más austeras.


31 ene 2025 - 05:00
“El señor Jones, de la Granja Solariega, había echado llave a los gallineros antes de irse a dormir, pero estaba tan borracho que se había olvidado de cerrar las trampillas”.
George Orwell comenzada así su novela Rebelión en la granja, publicada en agosto de 1945, que rápidamente se convirtió en un libro de culto al retratar, de forma irónica y zoomorfa, el peligro de las derivas autoritarias del comunismo tras la Revolución Bolchevique. El orden mundial se redibuja, y los países del Sur Global, impulsados por un mayor crecimiento económico, reclaman un cambio de liderazgo y un sistema más multilateral.
Mientras China, Estados Unidos y Europa están inmersos en una guerra comercial que no se había visto hace décadas, los países del sur global no han perdido de vista sus objetivos de expansión y consolidación de sus economías.
Aunque un Made in Brasil o Made in México puede no sonar tan atractivo como un Made in Italy, estos países han consolidado su papel como grandes productores en las últimas décadas. Lejos de la imagen tradicional de países agricultores, las potencias latinoamericanas se alzan como grandes exportadores de productos tan fundamentales como el petróleo (Venezuela), el cobre (Chile) e incluso la moda (México o Colombia).
Con más de veinte millones de kilómetros cuadrados en total, y 650 millones de habitantes (que actúan a partes iguales como mercado de consumo y mano de obra), los países que conforman la unión de Latinoamérica y el Caribe llevan años creciendo.
Brasil y México se alzan como los dos grandes polos productivos de Latinoamérica
Los constantes conflictos políticos, enfrentamientos internos o desastres naturales no parecen ser un impedimento para su crecimiento y, poco a poco, estos estados reclaman un mayor peso en el orden político y económico global. Según el Fondo Monetario Internacional (FMI), la región ha cerrado 2024 con un crecimiento estimado de sus economías del 2,1%, por encima del alza del 1,8% que ha experimentado el conjunto de las economías avanzadas.
De cara a este año, además, la entidad estima que los países de Latinoamérica acelerarán su crecimiento hasta el 2,5%, frente al estancamiento, o incluso desaceleración, que registrarán las principales economías mundiales. El orden político y económico mundial actual, con Estados Unidos a la cabeza, ya no se corresponde con la situación actual, explica Anna Ayuso, doctora en Derecho Internacional Público e investigadora sénior para Latinoamérica del Cidob.
“El Sur Global está creciendo, y lo está haciendo por encima de los ritmos que registran los países occidentales y del norte”, continúa la experta. Países como Brasil, de hecho, han alcanzado crecimientos de hasta un 3% de sus economías en 2024, a causa de la caída de la inflación global y un mercado de trabajo cada vez más fuerte. Según los mismos datos del FMI, de hecho, la inflación de la región pasará de un 16,8% en 2024 a un 8,5% a cierre de este año.
Para 2029, la entidad prevé que esta se haya reducido hasta un 3,6%. “Hemos visto un debilitamiento occidental, tanto en lo político como en lo económico, que ha llevado a estos países a reclamar un cambio en el liderazgo y plantear un sistema multilateral”, explica Ayuso. De una forma similar a Asia en la década de los 80, la región latinoamericana ha ido creciendo a la sombra, pero no lo ha hecho de forma regular. Si China (y ahora India) se han alzado como los grandes ganadores del crecimiento asiático, Brasil y México (y hasta hace unos meses, Argentina) lo hacen en el sur del nuevo continente.
Brasil, productor interno
“Lejos de la tradicional imagen que se tiene de Brasil como un país agricultor, gran parte de su economía se sustenta gracias a su propia industria, que comercializa con países de la región”, explica la experta del Cidob.
El sector primario sí que acumula gran parte del peso de las exportaciones brasileñas al exterior, pero estas suponen apenas un 10% de la economía brasileña en su conjunto. El principal motor económico del país es, de hecho, el sector servicios, que representa el 70% del Producto Interior Bruto (PIB) del país. Brasil, además, ha intensificado su esfuerzo por convertirse en un exportador mundial de minerales, especialmente tras los últimos rifirrafes entre China y el resto del mundo.
La economía del país, actualmente liderado por el escogido tres veces presidente Luiz Inácio Lula da Silva, tampoco ha sido inmune a la desaceleración global, y ha dado un vuelco en los últimos meses. En pleno ecuador de su mandato, el Gobierno de Lula anunció a mediados de noviembre un paquete para recortar hasta 12.000 millones de dólares en gasto, con el objetivo de reducir la deuda de Brasil, que supera el 75% del PIB del país.
México y el impulso ‘yankee’
Con su primera presidenta, Claudia Sheinbaum, a la cabeza del país desde octubre del año pasado, México ha crecido a la sombra de Estados Unidos. Una mano de obra más barata y tratados de libre comercio con la potencia han permitido a México desarrollar su industria gracias a las demandas del mayor mercado de consumo del mundo.
Las economías mexicana y estadounidense han evolucionado hasta ser interdependientes, lo que, según Ayuso, supone una fortaleza a la vez que debilidad para el país que domina la frontera sur de Estados Unidos. La economía mexicana ha crecido principalmente gracias al sector industrial, con grandes empresas manufactureras, nacionales e internacionales, presentes en el territorio. La dinámica más extendida, sin embargo, no es la de producir artículos acabados, sino importar piezas separadas de otros países, ensamblarlas, y enviarlas a los países de la Unión Europea o, principalmente, a Estados Unidos.
La potencia supone más del 75% de las exportaciones mexicanas, frente al 4% y 3% que tienen como destino final la Unión Europea y China, respectivamente. Pero la cercanía de México con Estados Unidos también le impide diversificar este mercado a otros grandes clientes, especialmente, a China.
La cercanía de México con Estados Unidos también le impide diversificar este mercado a otros grandes clientes
La presión estadounidense para que México, con quién comparte 3.152 kilómetros de frontera terrestre, se aleje del gigante asiático ha aumentado en los últimos meses. En noviembre, poco después de salir electo de nuevo como presidente de Estados Unidos, Donald Trump anunció la subida de aranceles tanto a México como Canadá.
La razón del ya presidente del país, según comunicó él mismo por redes sociales, no era otra que evitar la entrada masiva a Estados Unidos tanto de inmigrantes como de productos fabricados en China. La amenaza de Trump ha reducido drásticamente las perspectivas de crecimiento para el país.
Si a principios de 2024, la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal) estimó un crecimiento del 3,3%, en su última actualización la entidad ha reducido hasta el 1,4% el alza prevista para 2025, “debido, principalmente, a la desaceleración económica en los Estados Unidos”, asegura el organismo en su último informe.