Shiseido renegocia con Dolce&Gabbana tras vencer el acuerdo de licencia

Shiseido y Dolce&Gabbana rompen parcialmente su alianza. Tras vencer su acuerdo de licencia para la producción y distribución de los perfumes, el grupo japonés ha pactado con la empresa italiana extender durante un año su acuerdo, pero sólo como distribuidor.

Este nuevo pacto afecta a todo el mundo salvo a Francia, donde Shiseido tiene un equipo dedicado a la gestión de la marca y donde continúan las negociaciones, según ha explicado el grupo en un comunicado.

El cambio en el acuerdo, que ambas empresas mantienen desde 2016, será efectivo a partir del 31 de diciembre de este año, y afectará a todos los mercados y actividades. La propuesta de Dolce&Gabbana implica que Shiseido proseguirá con la distribución de los productos de cosmética de la compañía a escala mundial, durante un periodo mínimo de un año a partir del 1 de enero del año que viene.

“La terminación de la licencia en Francia todavía se está negociando”, ha señalado Shiseido. En el país galo, la compañía cuenta con un equipo especialmente dedicado a Dolce&Gabbana, por lo que la empresa está “llevando a cabo un proceso de información y consulta con los representantes de los trabajadores, en consonancia con la legislación laboral francesa”.

La compañía espera que la terminación parcial del contrato impacte en alrededor de 35.000 millones de yenes (266,2 millones de euros) de pérdidas extraordinarias, incluyendo la pérdida de valor de los derechos de la marca. 

Shiseido ha explicado que esta rescisión parcial del contrato está “en consonancia con la estrategia a medio y largo plazo WIN 2023 and Beyond”. El grupo nipón, uno de los mayores a escala internacional en el sector de la cosmética, se hizo con la licencia de los perfumes, la cosmética y productos para el cuidado de la piel de Dolce&Gabbana en 2016.

Shiseido se hizo con la licencia de perfumes de Dolce&Gabbana en 2016

Antes de pasar a manos de Shiseido, la licencia de la perfumería de la marca italiana, una de las más vendidas en la categoría de fragancias, la poseía Procter&Gamble. Cuando el grupo estadounidense se desprendió de la licencia, varios titanes de la cosmética se enfrentaron para conseguir el contrato, entre ellos Puig y L’Oréal. Finalmente, Shiseido ganó la pugna y se hizo con la licencia a través de Beauté Prestige International (BPI).

La compañía nipona está reordenando, desde hace unos meses, su cartera de marcas para mejorar su rentabilidad. En enero de este año, la empresa entró en conversaciones con CVC Asia Pacífico para la venta de su negocio de cuidado personal. En marzo, además, Shiseido echó el cierre a la marca Waso, destinada al público millennial, en Japón.

El grupo cerró 2020 con una caída de la facturación del 18,6%, hasta 920.888 millones de yenes (7.254 millones de euros). El resultado neto, por su parte, se situó en rojo, con 11.660 millones de yenes (92 millones de euros) de pérdidas, frente al beneficio de 73.562 millones de yenes (580 millones de euros) alcanzado en 2019.

Shiseido fue fundada en 1872 como una farmacia por un exjefe de farmacia de la marina imperial de Japón, Arinobu Fukuhara, y en la actualidad es uno de los principales grupos de cosmética del mundo. La compañía, que cotiza en la bolsa de Tokio, está dirigida por Masahiko Uotani y emplea en la actualidad a más de 40.000 trabajadores en todo el mundo.