Barneys entra en los juzgados: sucumbe al concurso de acreedores

El Apocalipsis retail se cobra una nueva víctima. El grupo estadounidense de grandes almacenes Barneys acaba de acogerse al chapter 11, el equivalente estadounidense a concurso de acreedores, ante la imposibilidad de hacer frente a su deuda.

La compañía, que acumulaba varios pagos atrasados a sus proveedores por falta de liquidez, ha visto lastrada su situación financiera por la subida del alquiler de su flagship en Madison Avenue (Nueva York), que ha pasado de dieciséis millones de dólares a treinta millones de dólares al año.

En paralelo, la apertura de Neiman Marcus en Hudson Yards y el desembarco de Nordstrom en Columbus Circle, cerca del flagship store de Barneys en el centro de Manhattan también han dañado las operaciones del grupo.

No es la primera vez que el grupo de grandes almacenes se enfrenta a una crisis. En la década de los noventa Barneys también entró en los juzgados debido en parte a la sobreexpansión con establecimientos en ciudades con poca demanda.