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Fashion StartUp Contest 2025

G. Chondrakis (Esade): “El miedo al fracaso aún es limitante para los emprendedores”

El director del Esade Entrepreneurship Institute analiza la evolución del ecosistema emprendedor en España, señalando sus avances en las últimas décadas y las barreras culturales o económicas que dificultan su crecimiento.

G. Chondrakis (Esade): “El miedo al fracaso aún es limitante para los emprendedores”
G. Chondrakis (Esade): “El miedo al fracaso aún es limitante para los emprendedores”

Modaes

20 mar 2025 - 05:00

Fashion StartUp Contest lanza una nueva edición en busca del próximo fenómeno de la moda española. Impulsado por Modaes junto a Mango StartUp Studio, Fashion StartUp Contest celebra su quinta edición con el objetivo de ser una plataforma de difusión de nuevos proyectos, un espacio de aprendizaje y un punto de conexión entre emprendedores, empresas de moda, grupos de inversión y otros actores. Fashion StartUp Contest cuenta con la colaboración de EY, Icex y Kibo Ventures y tiene el objetivo de poner en valor el dinamismo emprendedor del negocio español de la moda y ayudar a descubrir y visualizar nuevos proyectos de valor en esta industria.

 

 

Fashion StartUp Contest 2025

¡Preséntate!

 

 

George Chondrakis es profesor adjunto de dirección estratégica en Esade y director del Esade Entrepreneurship Institute. Doctor por la Saïd Business School de la Universidad de Oxford, ha sido investigador postdoctoral en esta institución y profesor en la Universitat Pompeu Fabra. Su investigación se centra en estrategia tecnológica, fusiones y adquisiciones, propiedad intelectual y relaciones con proveedores, con publicaciones en revistas como Organization Science y Research Policy. Es miembro de la Academy of Management y de la Strategic Management Society y asesor habitual de varias strastups.

 

 

Pregunta: Esade se fundó hace más de sesenta años como escuela de negocios. ¿Cómo ha cambiado el entorno para los emprendedores desde entonces?

 

Respuesta: El emprendimiento siempre ha estado presente, pero en los últimos veinte años ha ganado mucha popularidad. Antes, los planes de estudio de las escuelas de negocios rara vez incluían cursos de emprendimiento obligatorios. Esto ha cambiado, en parte debido a factores culturales y al creciente prestigio de la profesión. La exposición a casos de éxito y la mediatización de fundadores de grandes startups han despertado el interés de muchos estudiantes por este camino profesional.

 

 

P: ¿Cómo valoraría el nivel de emprendimiento en España? ¿Qué países lideran este ámbito y qué debería aprender España de ellos?

 

R: Hace diez o quince años, España no era vista como un país relevante en emprendimiento, pero esto ha cambiado. Se ha convertido en un mercado más atractivo para las startups debido a su calidad de vida y a un coste de vida inferior al de ciudades como Berlín, Londres o París, que ha permitido atraer talento extranjero y retener a profesionales que antes se marchaban a otros países en busca de oportunidades. Otro factor clave ha sido el fortalecimiento del ecosistema universitario y de investigación, con universidades técnicas que han comenzado a generar startups tecnológicas con base en la innovación. También ha habido una mejora en la disponibilidad de financiación en las primeras etapas de desarrollo de las startups, gracias al surgimiento de fondos de inversión y aceleradoras público-privadas. Aún así, España sigue estando por detrás de países como Alemania, Reino Unido y Francia en términos de cantidad y calidad de startups, sobre todo, por la falta de inversión en etapas de crecimiento. Muchas startups españolas se ven obligadas a trasladarse a Estados Unidos para acceder a capital de escalabilidad y mayores oportunidades de adquisición por parte de grandes empresas, algo que aún es limitado en Europa.

 

 

 

 

P: ¿Cuáles son los puntos débiles del ecosistema emprendedor en España? ¿Es sólo un problema de financiación o hay otros factores?

 

R: La financiación es un obstáculo clave, pero también existen barreras regulatorias y culturales. En España, el proceso de creación de una empresa puede ser complicado, con una fiscalidad elevada y normativas que dificultan la formalización de los negocios. Esto desincentiva a algunos emprendedores potenciales, que pueden optar por empleos más estables en lugar de asumir los riesgos asociados a iniciar un negocio. A nivel cultural, el miedo al fracaso sigue siendo un factor limitante. En los países anglosajones, fracasar en un negocio se considera una experiencia de aprendizaje, mientras que en España a menudo se percibe como un estigma. Otro problema es la fragmentación del mercado europeo. En Estados Unidos, una startup puede operar a nivel nacional sin grandes dificultades regulatorias. En Europa, cada país tiene su propio marco normativo, lo que genera barreras adicionales para la expansión de los negocios y dificulta la internacionalización de las startups españolas.

 

 

P: ¿Qué deberían envidiar las grandes empresas de las startups? Y, en concreto, ¿qué deberían aprender de las startups de moda?

 

R: A medida que las empresas crecen, tienden a perder creatividad debido a la burocracia y las estructuras jerárquicas. En cambio, las startups, al carecer de estas limitaciones, pueden experimentar con mayor facilidad. Las grandes compañías deberían establecer más y mejores estrategias para colaborar con startups y acceder a nuevas ideas. Una de las formas más efectivas es a través del corporate venture capital, donde la empresa invierte en startups aunque no sean de su sector central, con el objetivo de adquirir conocimiento y fomentar la innovación. Esto ha demostrado mejorar la capacidad innovadora de las empresas. Un ejemplo práctico es el de una farmacéutica con la que colaboró Esade, que creó una aceleradora para startups dentro de su sede, cerca de su departamento de investigación y desarrollo (I+D). Esto permitió un intercambio de conocimientos entre los científicos de la empresa y las startups, benefició a ambas partes y generó oportunidades de inversión.

 

 

P: ¿Hay un problema de burocracia en Europa?

 

R: Sí, y uno de los principales obstáculos es la falta de integración del mercado europeo. En Estados Unidos, una empresa fundada en California puede operar en todo el país sin grandes barreras, mientras que en Europa las regulaciones varían de un país a otro, lo que impone altos costes a las startups. Las startups, a diferencia de las grandes empresas, tienen recursos limitados y no pueden permitirse destinar dinero a superar barreras regulatorias en cada mercado. Este problema es especialmente evidente en sectores como el fintech, donde cada país tiene normativas diferentes, hecho que complica la expansión de las compañías. Si Europa lograra una mayor armonización regulatoria, permitiría que las startups accedieran con mayor facilidad a un mercado unificado. Aunque se han logrado avances en la movilidad de capital y talento, todavía hay fricciones que dificultan el crecimiento de los nuevos negocios.

 

 

P: Emprender implica riesgo. ¿Cree que hay aversión al riesgo en España?

 

R: Sí, especialmente en los países del sur de Europa, donde la tolerancia al fracaso es baja. Existe la percepción de que fracasar implica ser un mal profesional, lo que desincentiva a muchos a intentarlo. Aunque esta mentalidad está cambiando, sigue siendo una barrera cultural importante. Otro factor es el marco regulatorio. En Estados Unidos, las leyes de quiebra son más flexibles, lo que facilita que un emprendedor pueda volver a intentarlo tras un fracaso. En España y otros países europeos, la responsabilidad personal en caso de quiebra es mayor, lo que añade un riesgo adicional a quienes quieren emprender. A pesar de los avances en la mentalidad sobre el emprendimiento, aún queda camino por recorrer para reducir las barreras legales y culturales que frenan la iniciativa empresarial en España.

 

 

 

 

P: ¿De qué sectores o países podría aprender la moda en cuanto a colaboración entre grandes empresas y startups?

 

R: Francia es un referente en emprendimiento y está promoviendo activamente la innovación, en particular en Inteligencia Artificial (IA). El Gobierno francés ha impulsado fondos en colaboración con el sector privado para financiar startups de IA, lo que está generando crecimiento económico y empresarial. El sector de la moda, y en particular España, que cuenta con grandes grupos internacionales, debería tomar nota de este modelo. Las empresas de moda deben plantearse cómo la IA puede impactar su negocio, desde el diseño hasta la predicción de tendencias de consumo. Sería beneficioso que España, como país con grandes casos de éxito en la industria de la moda, promoviera fondos específicos para startups de IA en este sector. El apoyo gubernamental facilitaría la inversión en nuevas ideas y ayudaría a mantener la competitividad de las empresas españolas en un entorno cada vez más tecnológico.

 

 

P: Pocas startups acaban convirtiéndose en grandes compañías. ¿Cuáles son los principales desafíos que enfrentan las startups al intentar escalar?

 

R: Además de la financiación, la retención de talento es un gran reto. Las startups no pueden competir en salarios con grandes corporaciones, por lo que deben ofrecer incentivos como participaciones en la empresa o entornos de trabajo más flexibles. Sin embargo, convencer a profesionales altamente cualificados de asumir estos riesgos es complicado. A nivel regulatorio, Europa impone normativas estrictas en sectores como la inteligencia artificial o la privacidad de datos, lo que a veces dificulta la innovación y el crecimiento. Mientras que en Estados Unidos muchas startups pueden operar con mayor flexibilidad, en Europa deben cumplir con requisitos adicionales que pueden ralentizar su desarrollo. Finalmente, también existe un desafío en cuanto al acceso a mercados. Muchas startups españolas deben expandirse a otros países para crecer, pero enfrentan barreras como diferencias legales, fiscales y administrativas que pueden hacer que la expansión internacional sea compleja y costosa.

 

 

P: La presencia de mujeres en el ecosistema emprendedor sigue siendo baja. ¿Qué medidas podrían ayudar a revertir esta situación?

 

R: Existen barreras en el acceso a financiación, contratación de talento y dirección de startups para las mujeres. Históricamente, los comités de inversión han estado compuestos mayoritariamente por hombres y se han generado ciertos sesgos en la toma de decisiones y en la distribución del capital de riesgo. Soluciones como programas de aceleración específicos, comités de inversión más diversos y una mayor visibilidad de referentes femeninos pueden ayudar a reducir la brecha de género. Adicionalmente, fomentar redes de mentoría entre mujeres emprendedoras puede ser clave para brindar apoyo y conocimiento práctico a las nuevas generaciones. También es fundamental ofrecer apoyo en la conciliación, como asistencia temporal para emprendedoras con hijos. Estudios han demostrado que la maternidad impacta de manera desigual en la productividad de las mujeres frente a los hombres, por lo que implementar medidas que minimicen esta brecha ayudaría a crear un entorno más equitativo para las emprendedoras.