Anthropologie eleva la fiebre de las grandes cadenas por el calzado
17 mar 2011 - 00:00
C. Pareja.- Anthropologie se suma al club de las grandes marcas que crean su propia cadena de calzado. La compañía estadounidense, propiedad de Urban Outfitters, ha abierto recientemente en Londres su primer establecimiento dedicado exclusivamente al calzado. Ochenta modelos distintos y un precio competitivo hacen que la nueva cadena de Anthropologie confirme la tendencia por la que están aportando las grandes compañías del sector de la moda: el calzado y los complementos.
Muchas son las grandes empresas de distribución de moda que están trabajando, cada vez más, por lanzar su propia marca de calzado. Una de las primeras normas para lanzarse a este mercado es poder otorgar al producto un precio competitivo y un buen diseño, relegando la calidad a un segundo plano.
Tal y como adelantó Modaes el pasado enero, Inditex, uno de los mayores grupos de distribución de moda en el mundo, estudia la creación de su novena enseña, que estará especializada únicamente en calzado. La compañía, que ya distribuye y diseña calzado para todas las marcas que posee el grupo, asume este proyecto a través de Tempe, ubicada en Elche, la filial de Inditex especializada en calzado.
El grupo gallego ya ha probado suerte en anteriores ocasiones con el sector del calzado y los complementos. Uterqüe, que está presente en quince países con una red de 72 establecimientos, apuesta por ofrecer calzado y complementos de última tendencia a un precio medio y a una calidad más alta que la del calzado que se puede adquirir en las otras enseñas del grupo.
Mary Paz es otra de las empresas que ha potenciado el calzado low cost en época de crisis. A diferencia de otras firmas, Mary Paz está dedicada exclusivamente al calzado y sus diseños no superan un precio final de 40 euros. La compañía, que aún no tiene presencia internacional, vende su producto en tiendas físicas y por el canal online.
Un total de 257 establecimientos hacen de Mary Paz una de las empresas españolas con un mayor crecimiento de 2010, siendo la compañía del país que más contratos comerciales firmó durante el año pasado. La compañía, que nació en el año 1972, tiene su sede en Sevilla y crece dentro del territorio español bajo la fórmula de la franquicia.
Cadenas como Blanco y Mango están reforzando también su producción de calzado. La primera, controlada por capital familiar, creó hace tres años Blanco Accessories, una división de la firma de moda joven dedicada a la venta de calzado, bolsos y complementos. Los diseños que se comercializan en estos establecimientos no son creados exclusivamente para estos, sino que son una recolección de todo el calzado que vende Blanco en sus tiendas.
Mango, empresa de distribución de moda liderada por Isak Andic, también ha reforzado sus diseños en calzado. Aunque siempre ha guardado unos mínimos de calidad en sus diseños, el calzado de la compañía catalana suele ser algo más elevado que el precio medio de su competencia. Mango también lleva varias temporadas colaborando con empresas como Victoria o Nike para crear ediciones especiales de las conocidas zapatillas para venderlas en sus establecimientos.
La fiebre online también ha llegado al sector del calzado. Shoepping nace en Internet para vender calzado de producción propia a través de la Red a un precio muy competitivo. A diferencia de otras empresas, Shoepping no posee establecimientos físicos, y el diseño y la fabricación de todo el calzado que venden en su e-shop corre a cargo de la compañía.
Shoepping, con sede en Valencia, fabrica su calzado en Elda (Alicante), localidad con gran tradición en la producción de calzado. La firma, que lleva en activo desde finales de 2010, prevé cerrar su primer año fiscal con una facturación de 8,5 millones de euros, algo que, de confirmarse, confirmaría el éxito de las dos tendencias en boga del momento: la fiebre del calzado y la proliferación del comercio electrónico.
En cuanto a la internacionalización, el sector español del calzado elevó el año pasado sus ventas al exterior un 9,7%, hasta 1.956,3 millones de euros. Sin embargo, el déficit exterior se multiplicó, ya que las importaciones crecieron más que las exportaciones, con un alza del 20,7%, hasta 2.211,4 millones de euros.