Camboya, el ‘plan B’ del ‘sourcing’ en Asia pone en jaque un negocio de 10.000 millones
La Comisión Europea ha activado una nueva fase del proceso de retirada de los beneficios arancelarios a este país asiático, el que más ha avanzado en la implantación de la negociación colectiva en el textil.
13 feb 2019 - 04:51
Un año para volver a ganarse la confianza de la Unión Europea. Camboya, otro de los polos productivos de la moda en el Sudeste Asiático, podría ver amenazado un negocio de 10.000 millones de dólares (8.847,8 millones de euros), que es lo que generaron las exportaciones de prendas de vestir y calzado del país en 2018. La Comisión Europea ha activado una nueva fase del proceso para suprimir sus beneficios arancelarios como castigo por no respetar los derechos humanos.
A pesar de que las exportaciones camboyanas de artículos textiles están en línea con las de otros países del Sudeste Asiático, como Vietnam, su ritmo de crecimiento es mucho mayor. Así, entre 2013 y 2017, las ventas de la industria del textil de Camboya al exterior avanzaron de media interanual un 28% frente al 13% de Vietnam, según la consultora Fitch Solutions.
La industria de la confección, con 700.000 empleados, es la que crea un mayor número de puestos de trabajo en el país y sus exportaciones generan el 40% de las divisas que alimentan la economía del país. El 95% de sus exportaciones a la Unión Europea utilizaron este mecanismo. El calzado, por su parte, suma una plantilla conjunta en el país de 100.000 trabajadores.
La industria de la confección sería una de las que saldría más perjudicada por esta medida, ya que las ventas al exterior de este negocio suponen el 75% del total del país. Camboya es uno de los principales países beneficiarios del programa Everything but Arms (EBA), que permite a los países menos desarrollados del planeta exportar a la Unión Europea con arancel cero.
Sin embargo, estas preferencias comerciales pueden retirarse de manera temporal si se determinan violaciones de los derechos humanos y laborales. En este caso, el Ejecutivo europeo consideró que las elecciones generales celebradas el pasado verano en el país no fueron justas. Incluso antes de los comicios, la Comisión Europea ya alertó al país asiático del deterioro que observaba en este ámbito.
El Gobierno europeo activó el proceso después de que el actual partido político al frente de Camboya ilegalizara al de la oposición justo antes de la celebración de las elecciones. En octubre, finalmente, la Comisión Europea puso en marcha el proceso. Desde entonces, el primer ministro camboyano, Hun Sen, se ha mantenido firme en su política.
En 2018, las exportaciones de la industria camboyana de la confección y del calzado se dispararon un 24%, frente al avance del 7,6% registrado un año atrás. La Unión Europea es el destino del 46% de estas ventas; Estados Unidos, del 24%, y Japón, del 8%, según los últimos datos del National Bank of Cambodia, que publica The Phnom Penh Post.
Con la suspensión del EBA, los aranceles se incrementarían un 12% para las prendas de vestir y entre un 7% y un 8% para el calzado. Por otro lado, Camboya podría ser uno de los países más golpeados por el Brexit, ya que cerca del 8% de sus exportaciones tienen como destino Reino Unido.
Camboya, al frente en derechos laborales
Precisamente en Camboya es donde más se está avanzando en términos de derechos laborales en la industria de la confección del Sudeste Asiático. Inditex, H&M, PVH y otros 17 grandes grupos del sector trabajan con el sindicato global IndustriAll para desarrollar e implantar un convenio colectivo para el sector en el país, que sería el primero que se ejecuta en el continente.
A través de la iniciativa Action, Collaboration, Transformation (ACT), fundada en 2015, los gigantes del sector e IndustriAll trabajan de manera conjunta para conseguir políticas salariales más justas y erradicar cualquier práctica de explotación entre los trabajadores del textil en Asia.
Camboya se encuentra aún en la parte baja de la clasificación por costes laborales en Asia. Sus salarios se encuentran en el listón de los cien dólares al mes, en línea con los de Laos y Myanmar, lejos todavía de los de China (590 dólares) o Tailandia (270 dólares), según datos de la Organización Internacional del Trabajo (OIT).