Una larga cadena que impide el control: cómo Xinjiang esquiva el veto a su algodón
La falta de transparencia en la cadena de valor ha hecho que algunas fabricantes sigan comprando algodón cultivado en la región china, que cuenta actualmente con el bloqueo de varios países debido a las condiciones de trabajos forzosos de la minoría uigur.
7 ene 2022 - 13:50
Sin transparencia no hay control. A pesar de las restricciones por parte de varios gobiernos internacionales y compañías, la región china continúa exportando algodón debido a la falta de transparencia en la cadena de suministro, según concluye el informe Laundering Cotton: How Xinjiang Cotton is Obscured in International Supply Chains, elaborado por la Universidad Sheffield Hallam de Inglaterra.
En concreto, la brecha se produce en el momento en los productores de algodón de Xinjiang venden la materia prima a las plantas de procesado de China continental. El documento revela que estas empresas chinas normalmente obtienen el algodón en bruto o semiacabado de la región de Xinjiang mediante sus propias filiales en la zona.
Posteriormente, estas compañías le venden los tejidos y los hilos a los fabricantes del textil y la confección de varios polos de producción como Indonesia, Sri Lanka, Bangladesh, Vietnam o México, quienes le venden el producto final a las compañías internaciones y mayoristas.
“Como resultado de la exportación de China de algodón semiacabado y productos de algodón a fabricantes intermediarios internacionales, muchas de las marcas internacionales que se han comprometido a evitar el algodón de Xinjiang puede que, sin saberlo, esté comprando bienes fabricados en la región de Uigur a través de un proveedor intermediario de un tercer país”, explica el informe.
Estados Unidos promulgó el pasado diciembre una ley que prohibía la importación de todo producto proveniente de Xinjiang
La polémica de Xinjiang lleva varios meses en las conversaciones del sector de la moda. A finales de 2019 se reveló que la región contaba con una red de instalaciones en las plantaciones de cultivo de algodón similares a campos de concentración donde obligaban a trabajar de manera forzosa a sus empleados, la mayoría de la etnia uigur y otros grupos musulmanes.
Desde entonces, varias potencias internacionales se han posicionado en contra de esta práctica. En concreto, Canadá, Reino Unido, Estados Unidos y la Unión Europea han actuado para prohibir la importación de algodón de la zona, que copa el 20% de la producción anual de algodón.
Estados Unidos ha sido el primer país en llevar a cabo una legislación que frene la importación de bienes procedentes de la región. Joe Biden, presidente del país, oficializó el pasado diciembre la Ley de Prevencion de Trabajo Forzoso Uigur, prohibiendo así la importación de todo producto proveniente de Xinjiang.