ESG: tiempo, presión y cambio de operativa ahora que viene el lobo
En el marco de su quince aniversario, Modaes está impulsando encuentros con ejecutivos del sector para debatir sobre diferentes temáticas con el título Thinking X Next 15 Years. El último se impulsó de la mano de Centric Software.
8 may 2024 - 05:00
La industria de la moda evoluciona. Y lo hace más todavía cuando la legislación pone en marcha la cuenta atrás y las empresas se dan cuenta de que viene el lobo. En el marco de su quince aniversario, Modaes está impulsando una serie de encuentros con ejecutivos del sector para debatir sobre diferentes temáticas bajo el título Thinking X Next 15 Years. El último encuentro se centró en el grado de implantación del ESG en la industria de la moda y en los principales retos del sector: falta tiempo, presión y la necesidad de un cambio en la manera de hacer las cosas, según los miembros de la mesa redonda.
“La sostenibilidad está, indudablemente, en la agenda. Primero fue por comunicación, después por RSC, después por la necesidad de dar muchos datos y de compliance y, ahora, por normativa”. Con estas palabras ejemplificó Charles Kirby, socio del área de sostenibilidad en consulting de EY España, la importancia de la estrategia ESG (medioambiente, social y gobernanza, por sus siglas en inglés) para las empresas hoy en día. En un encuentro organizado por Modaes con el patrocinio de Centric Software que reunió a destacados operadores de moda en España, Kirby hizo un llamamiento a la necesidad de crear valor a través del ESG, aunque los participantes insistieron en que, de momento, el ESG entra en la agenda por la creciente legislación.
“Actualmente empieza a haber un debate interesante sobre pasar del cumplimiento a la creación de valor: es necesario pasar de recoger datos a gestionar el desempeño”, afirmó Kirby en referencia al grado de implantación del ESG en la industria de la moda. “Somos un sector con una gran cercanía a la sociedad, pero hemos llegado tarde a muchas cosas en el ámbito medioambiental -señaló Nuria Combrado, CSR, Sustainability & People Experience Manager de Sprinter-; por eso, en los últimos años somos, claramente, los que más hemos acelerado, impulsados, además, por la legislación”.
Eduardo Zamácola, director general de Bimani y presidente de Acotex, afirmó, por su parte, que “la sostenibilidad cuesta dinero, pero el cliente no la entiende o no quiere pagarla”
En el mismo sentido opinó Ana Rodes, directora de sostenibilidad de Recover, que señaló que su empresa, proveedora de grandes grupos, lleva años apostando por el ESG, pero es ahora cuando empieza a valorarse. Para Ana Torroba, directora de sostenibilidad de Awwg, el grado de implantación del ESG en las empresas depende, en muchos casos, de su trayectoria: si ya trabajaban RSC suelen tener más estructura, más personal.
Eduardo Zamácola, director general de Bimani y presidente de Acotex, afirmó, por su parte, que “la sostenibilidad cuesta dinero, pero el cliente no la entiende o no quiere pagarla”. “La obligación del sector es lograr que entienda el cambio que estamos haciendo”, dijo. “Tenemos que saber contarles por qué están pagando más”, agregó Combrado, mientras Laura Palomo, directora general de Scotta 1985, abogó por “educar en el consumo”.
En la comunicación se centró Sara Bermúdez, directora de sostenibilidad de Bimba y Lola: “explicarlo es muy complicado, porque poner blanco sobre negro cómo hacemos las cosas va mucho más allá del slogan, que gusta, pero no cala”, dijo. “Para que compremos sostenible, que tiene un impacto en precio y variedad de la oferta, hay mucha pedagogía que hacer en nuestra sociedad marcada por los segundos que prestamos atención y donde tergiversamos cada palabra buscando la polémica por la polémica y, así, perdemos el foco: cambiar nuestra forma de consumir y de producir, que forman un ciclo, no podemos tener la una sin la otra”, desarrolló.
Cristina Riera, Sustainability & CSR Manager en Tendam, agregó por su parte que “la complejidad que la cadena de valor del sector requiere de una explicación detallada para una correcta comunicación de esta”. “Al cliente le debemos el mejor producto. Igual que en alimentación debes asegurar que el producto es el óptimo, en moda también, pero es algo más complejo. En la actualidad, según el tamaño de empresa que seas, pensar en una cadena de suministro completa puramente sostenible conlleva un aumento de costes”, reflexionó Riera.
Todos los asistentes al encuentro ahondaron en la dificultad de la trazabilidad de la cadena de suministro de la industria de la moda. Con un Tier 1 bajo control, la dificultad está en el Tier2 y en el Tier 3 y, sobre todo, en el cambio organizacional que requiere el proceso.
Ricardo Segovia, PLM Solutions Specialist de Centric Software, destacó la necesidad de dotar de la información necesaria a todos los equipos para evitar que exista una desconexión entre el departamento de sostenibilidad y el de compras. La información puede servir, así, para vencer la reticencia que existe en muchos casos a obtener la información necesaria para una correcta trazabilidad de los proveedores.
Para la directiva de Awwg es una cuestión de dónde procede la decisión. “Si baja del CEO funcionará, de lo contrario los esfuerzos se desvancen”, dijo. Torroba explicó que la compañía traza el performance de las fábricas antes de hacer el pedido. La inversión del proceso se ha conseguido al venir la directriz de la alta dirección.
Tras analizar la relación de la moda con sus proveedores y, por tanto, la S de ESG, el debate avanzó hacia el mediombiente. Todos los participantes coincidieron en que el mayor reto en este ámbito es la generación de nuevas materias primas y, por tanto, el reciclaje y la circularidad.
Con la Responsabilidad Ampliada del Producto (RAP) a punto de entrar en vigor y los sistemas de recogida de textil casi en marcha, la directiva de Bimba y Lola puso sobre la mesa la falta de capacidad industrial para gestionar los residuos que se recojan, al tiempo que la de Recover insistió en el hecho de que cuando se comience la recogida estas no serán prendas ecodiseñadas, lo que complicará su reciclaje.
Los participantes en el debate se adentraron en el reciclaje como la solución a la generación de nueva materia prima, si bien coincidieron en destacar tres grandes retos: el primero, la necesidad de aumento de la demanda de moda de segunda mano en España; el segundo, elevar la capacidad industrial para gestionar las prendas recogidas, y el tercero, aceptar, como marcas, que el producto tiene limitaciones técnicas.
Julio de Olives, director general de Mascaró, insistió en el papel que van a jugar los Scraps en el desarrollo del reciclaje. En concreto, Mascaró forma parte de Gerescal, el primer Scrap de calzado creado en España.
En el ámbito medioambiental, los miembros de la mesa redonda se detuvieron también en cuestiones como el pasaporte digital de producto (que, según Torroba, “homogeneizará qué se comunica y facilitará el trabajo”), la situación actual de las certificaciones o la reducción de emisiones.
Para Zamácola, el cambio legislativo va a suponer, sobre todo para las pequeñas y medianas empresas, un aumento de costes por la necesidad de incorporar asesorías externas, “pero poco beneficio económico”. Sin embargo, Charles Kirby insistió en la necesidad de “incorporar en la ecuación la capacidad de generar valor con el ESG, además del riesgo”.