Nerety, un ‘marketplace’ de marcas nicho con el apoyo de Lanzadera

Impulsado por Modaes junto a Mango StartUp Studio y Meta, Fashion StartUp Contest celebra su tercera edición con el objetivo de ser una plataforma de difusión de nuevos proyectos, un espacio de aprendizaje y un punto de conexión entre emprendedores, empresas de moda, grupos de inversión y otros actores. Fashion StartUp Contest cuenta con la colaboración de EY, El Ganso y Kibo Ventures y tiene el objetivo de poner en valor el dinamismo emprendedor del negocio español de la moda y ayudar a descubrir y visualizar nuevos proyectos de valor en esta industria, las empresas que protagonizarán una nueva generación de éxito en la moda española.

Online y para la generación Z. Estas son las principales credenciales de Nerety, un marketplace de marcas emergentes que nació en 2020, en plena pandemia, de la mano de Javier Bonnin y Alex Puigmal.

“Quisimos hacer algo porque la gente de nuestra edad estaba cansada de vestir siempre igual y con las marcas de siempre”, señala Javier Bonnin, cofundador de Nerety, a Modaes. La inversión inicial con la que los emprendedores pusieron en marcha la empresa fue de 3.000 euros. Actualmente Nerety cuenta con once empleados en su sede en Barcelona.

Entre las marcas que distribuye actualmente Nerety se encuentran firmas como Wolfithings, Half, Yuxus, Grizzly, Signal, Dashler Clothing, Drake Urban o Old School. Las prendas de Nerety cuentan con un precio medio de cuarenta euros.

Nerety funciona como intermediario de las marcas, no cuenta con stock, y se queda con una comisión del 20% por cada producto que venda una marca. Cada fin de mes, la start up realiza una transferencia a las marcas con el 80% del importe que han vendido ese mes en Nerety, lo que le sirve para financiarse.  

Nerety nació en 2020 de la mano de Javier Bonnin y Alex Puigmal

Nerety, que tiene previsto cerrar el ejercicio 2022 con una facturación de 700.000 euros, también ha captado capital en varias rondas de inversión. La primera de ellas fue en 2021 en la que entraron inversores de Iese. El pasado agosto, la start up cerró otra ronda de 200.000 euros y captaron 180.000 euros de financiación pública a través de Enisa.

Tras las rondas, el 70% de la empresa continúa siendo propiedad de los fundadores, mientras que el 30% restante se encuentra en manos de inversores privados. Ahora, la compañía acaba de entrar en Lanzadera.