Entorno

Alemania: aguas turbulentas para la principal economía de Europa

Inflación, disminución de la producción y caída del PIB son las amenazas a las que se enfrenta la mayor economía europea en 2024. El país liderado por Olaf Scholz sufre una gran división política que potencia estos desafíos.

Alemania: aguas turbulentas para la principal economía de Europa
Alemania: aguas turbulentas para la principal economía de Europa

Cristina Sanchis

27 feb 2024 - 05:00

En un año marcado por procesos electorales en todo el mundo, conflictos geopolíticos y la persistente incertidumbre macroeconómica, ¿a qué retos se enfrentan las principales economías del mundo? La serie Mercados estratégicos hace una radiografía de las principales potencias mundiales y analiza cuál es su relación con España, así como los principales desafíos a los que se enfrentan en los próximos años.

 

Mercados estratégicos

Radiografía de un mundo global

 

 

¿Don’t worry be happy? Al ritmo del reggae de Bobby McFerrin, la ciudad alemana de Hamburgo se posicionaba en 2023 como la localidad más feliz de Alemania, según el ránking SKL de la Universidad de Friburgo, representando la realidad de un país entero que durante años ha presumido de altos salarios, eficiente gestión pública, empleo y estabilidad política. Sin embargo, la que fuera la ciudad dirigida durante siete años por el actual canciller alemán (que fue alcalde de Hamburgo de 2011 a 2018) ha dejado de representar la realidad de la primera potencia europea. El año 2024 ha entrado como un torbellino en el país, que se enfrenta a la caída de las exportaciones, una alta inflación, una disminución de la producción y, como colofón, la caída del Producto Interior Bruto (PIB), entre otros aspectos.

 

“En este inicio de año, la economía alemana sigue en aguas turbulentas”, declaró el portavoz del Gobierno alemán, Steffen Hebestreit, la semana pasada en una comparecencia. Con esa declaración, el Ejecutivo del país recortaba drásticamente su pronóstico para el PIB nacional en 2024 y espera que crezca alrededor del 0,2%, en comparación con la previsión inicial de que lo hiciera un 1,3%. El Consejo Asesor de Economistas del Gobierno alemán, famoso por denominarse “los cinco sabios”, augura un crecimiento de la economía del 0,4%, mientras que la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (Ocde) le otorga un alza del 0,3%.

 

En 2023, el PIB de Alemania registró una caída del 0,3%, hasta 4,1 billones de euros, el peor comportamiento entre las grandes economías mundiales, y encendió todas las alarmas en la zona euro, pues el país germano tiene un peso de carca del 30% del PIB conjunto. Tras la caída, el Ministerio de Economía de Alemania, Robert Habeck, alertaba de la situación y señalaba que los indicadores actuales “aún no indican ninguna recuperación a principios de año”. Por su parte, el banco central alemán, el Bundesbank, destacó que “los factores de estrés probablemente persistirían en el primer trimestre”.

 

A pesar de ello, Alemania ha adelantado a Japón como tercera economía del mundo. La razón, Japón cayó inesperadamente en recesión a finales del año pasado y algunos analistas advierten de la débil demanda en China, el lento consumo y las paradas de producción en una unidad de Toyota Motor como las principales razones. 

 

En cualquier caso, la contracción de la economía alemana es a todas luces una mala noticia para el sector de la moda en Europa, si bien hasta el momento no ha sido la actividad más castigada por el parón económico. Alemania, actualmente el mayor mercado de consumo de la Unión Europea, cerró 2023 con un alza de las ventas de moda del 2,6%, aunque se mantienen un 4,6% por debajo de las ventas prepandemia. La moda se desmarcó de la tendencia general del comercio minorista del país, que volvió a caer por segundo año consecutivo, con un descenso del 3,3% respecto a 2022.

 

 

 

 

En medio de esta recesión, el Ministerio de Economía alemán publicó hace unas semanas un análisis del arranque de 2024, un documento en el que explicaba las razones por las que la economía del país estaba sufriendo y alertaba de que el estado de ánimo entre los consumidores y las empresas ha vuelto a deteriorarse últimamente, especialmente motivado por factores como la débil demanda externa, las huelgas en el transporte público y las tensiones geopolíticas, junto con retrasos en las cadenas de suministro.

 

 

Alemania, con el socialdemócrata Olaf Scholz como canciller desde 2021, es una nación naturalmente exportadora, pues casi la mitad de su economía depende de las ventas al exterior, hasta un 34,7% del total en 2023. Según datos de la Organización Mundial del Comercio (OMC), Alemania suele situarse entre las tres naciones exportadoras más importantes del mundo, siendo la segunda en 2023, sólo por detrás de China. Es por eso por lo que su salud económica depende en gran medida de la economía mundial y la caída global del consumo ha tenido un efecto importante en el PIB del país.

 

La desaceleración internacional hizo que en 2023 las exportaciones en Alemania cayeran un 1,2%, hasta 1,6 billones de euros. Los principales destinos de las ventas de Alemania son Estados Unidos, China y Francia, que suponen el 9%, 8% y 7% del total de las exportaciones del país, respectivamente. A la recesión de los mercados europeos, se ha sumado el frenazo de las compras de China al exterior, así como la inestabilidad política existente desde 2022 tras el ataque de Rusia a Ucrania.

 

Las importaciones del país germano, por su parte, cayeron un 9% en 2023 respecto al año anterior, hasta 1,3 billones de euros. Las compras al exterior representan el 30,46% de su PIB, por lo que se coloca como uno de los países europeos que más importa bienes. Para la moda española, Alemania tiene un peso muy importante, pues vende al país moda por valor de 2.591 millones de euros. Así lo indican los últimos datos proporcionados por Icex España Exportación e Inversiones, de 2023. El país germano es el cuarto cliente para la moda Española, sólo por detrás de Francia, Italia y Portugal.

 

 

 

 

La caída del comercio exterior va de la mano de un descenso en la producción manufacturera del país germano, una tendencia que se ha mantenido en el arranque de 2024. El Índice de fabricación de Compras (PMI por sus siglas en inglés) de Alemania cayó un 6% en febrero de 2024, hasta 42 puntos, en comparación con los 45 puntos de enero. La cifra fue otro varapalo para la potencia europea, que preveía alcanzar hasta 46 puntos en el segundo mes del año.

 

La caída de febrero es la mayor registrada en los últimos cuatro meses. Sólo el PMI de servicios de Alemania, sin embargo, subió en febrero a 48,1 puntos, frente a los 47,7 puntos del mes anterior, lo que hizo pensar a los expertos que el segundo trimestre de 2024 podría ir mejorando la situación del país.

 

Alemania, que está sufriendo el retroceso industrial más largo de la historia del país, está actuando de freno al crecimiento de la zona euro. El PMI compuesto de la eurozona se situó en 48,9 puntos en febrero, ligeramente por encima de los 47,9 puntos de enero, aunque por debajo de los 50 puntos. La producción del sector manufacturero en el conjunto de Europa se situó en 46,2 puntos (46,6 en enero).

 

 

 

 

Otro factor de alarma sobre la marcha del motor económico de la Unión Europea es la debilidad de las inversiones. En construcción, un ámbito especialmente sensible a la evolución de los tipos de interés, las inversiones se encuentran en declive desde principios de 2022. Por su parte, la inversión en bienes de equipo cayó aún más bruscamente, un 3,5%.

 

La peor confianza económica que denota la contracción de las inversiones no se aprecia, no obstante, en los datos referentes al mercado laboral. Pese a la contracción del PIB, en Alemania no hay apenas paro y el empleo subió además en el cuatro trimestre.

El empleo aumentó de forma ligera en el cuarto trimestre, medio punto porcentual, comparado con el año anterior.

 

Asimismo, la moderación de la inflación y las perspectivas de una bajada de los tipos de interés podría ser un revulsivo para Alemania, así como una recuperación de la demanda internacionnal. 

 

 

La anomalía que vive Alemania, con una economía que evoluciona peor qu ela de sus scios comunitarios, también se da en la esfera política. Las recetas para sacar al país de la crisis no coinciden ni siquiera entre los tres socios de la coalición: los verdes de Habeck y los socialdemócratas de Scholz abogan por aumentar la deuda pública para evitar el enfriamiento de la economía.

 

Por el contrario, el partido liberal, capitaneado en el Gobierno por Christian Lindner, ministro de Finanzas, se opone a suspender al limite constitucional al endeudamiento (medida que sí se tomó ante el estalido del Covid-19 y posteriormente ante el inicio de la invasión rusa a Ucrania). ¿La opción que defiende Lindner? Pacer hacer frente al déficit presupuestario, el ministro liberal apuesta por recortar el gasto.

 

No obsante, el elemento más disruptivo en la poitica alemana puede encontrarse fuera del Gobierno de coalición. Partidos hoy extraparlamentarios y situados en los extermos del abanico, podrían entrar en el Gobierno tras las elecciones del próximo junio. Un ejemplo de ello es Sahra Wagenknecht Alliance, un nuevo partido en la órbita del populismo de izquierdas, y otro más inquietante es el de los ultras de Alternativa para Alemania (AfD), cuya intención de voto llega ya al 23% del electorado.

 

 

Como principal economía de la Unión Europea, Alemania es un mercado estratéigco para la moda española y las principales empresas del país. Inditex, por ejemplo, opera en Alemania con una red de 115 tiendas, con las cadenas Zara, Massimo Dutti, Pull&Bear, Bershka y Zara Home. La cadena del grupo que más presencia tiene en el país es Zara, que cuenta con 69 tiendas en el país europeo, seguida de Pull&Bear, que tiene 13 establecimientos en el mercado y Bershka, con nueve.

 

Alemania es uno de los mercados europeos más importantes para Mango. La empresa cuenta con más de 300 puntos de venta en el mercado alemán, consolidándose como el segundo país más importante después de España en número de establecimientos. Dentro de sus fronteras, Mango cuenta con tiendas ubicadas en ciudades como Berlín, Frankfurt, Dusseldorf, Múnich, Hamburgo, Oberhausen o Stuttgart, además de presencia en ciudades secundarias con puntos de venta en grandes almacenes.