Entorno

Bangladesh, carrera a contrarreloj: dos semanas para negociar un nuevo Accord

El Accord on Fire and Building Safety fue uno de los dos proyectos nacidos tras el Rana Plaza para implicar a todo el sector en la mejora de la seguridad en las fábricas. Vence el 31 de mayo.

Iria P. Gestal

21 may 2021 - 04:54

Bangladesh, carrera a contrarreloj: dos semanas para negociar un nuevo Accord

 

 

Dos semanas para unir de nuevo a todo el sector. El Accord on Fire and Building Safety, el pacto histórico firmado en 2013 para mejorar la seguridad de las fábricas en Bangladesh tras la catástrofe del Rana Plaza, quedará sin efecto el próximo 31 de mayo, justo cuando la industria del país se encuentra en un momento crítico por la crisis del Covid-19.

 

El Accord convirtió a Bangladesh en uno de los polos productivos más seguros y transparentes de Asia, pero ahora ONGs y sindicatos alertan de que su suspensión deja de nuevo sin protección a un sector en el que todavía quedan muchos avances por hacer.

 

El fin del acuerdo llega, además, con Bangladesh ahogado primero por las cancelaciones . El país estuvo confinado prácticamente todo abril, aunque se permitió a las fábricas y talleres seguir operando para evitar un éxodo de trabajadores como ocurrió en India.

 

 

Un acuerdo inédito

El escándalo que supuso el derrumbe del Rana Plaza, en el que fallecieron 1.133 trabajadores, motivó una unión sin precedentes en el sector, no sólo por su envergadura (220 empresas lo firmaron) sino porque era jurídicamente vinculante.

 

Entre los compromisos que adquirieron las compañías del Accord se encontraban aportar dinero a los fondos de compensación y de mejora de las fábricas, establecer comités de salud y seguridad, formar a los trabajadores y acometer inspecciones independientes, entre otros.

Siete de los firmantes eran españoles: Inditex, Mango, Desigual, El Corte Inglés, Mayoral, Padma Textiles y Madness Article. Los retailers estadounidenses, por su parte, también crearon su propio acuerdo tras el Rana Plaza, el Alliance for Bangladesh Worker Safety, respaldado por empresas como Walmart, Target o Gap y que venció en 2018.

 

 

 

 

El Accord, por su parte, se firmó inicialmente por cinco años, pero fue prorrogado en 2018 mediante el Transition Accord, que es el que vence ahora. El año pasado, sus responsabilidades técnicas fueron traspasadas a una nueva entidad, RMG Sustainability Council (RSC), gestionada también por marcas, fábricas y sindicatos, pero que no implica ninguna responsabilidad legal.

 

Por esto último, a mediados de mayo IndustriAll, UNI Global Union y varios sindicatos locales se retiraron del RSC. “No podemos apoyar una asociación entre industria y marcas sin una responsabilidad real y una supervisión sólida”, argumentó Christy Hoffman, secretaria general de UNI.

 

La propuesta de las marcas de automonitorizarse es un peligroso paso atrás y socava la credibilidad del programa”, añadió Valter Sanches, secretario general de IndustriAll. “Tendrá consecuencias inmediatas para la seguridad de millones de trabajadores en las cadenas de valor de las marcas”, recalcó.

 

A finales de abril, las organizaciones Clean Clothes Campaign, Red de la Solidaridad de la Maquila, Workers Rights Consortium (WRC) y Global Labor Justice-International Labor Rights Forum (GLJ-Ilrf), implicadas en el primer acuerdo, también comenzaron a hacer campaña para que el Accord fuera prorrogado y extendido.

 

 

 

 

El Accord ha sido el programa de seguridad más exitoso en la historia contemporánea de las cadenas de aprovisionamiento de la ropa, pero, pese a este extraordinario progreso, todavía hay riesgos de seguridad letales en un número significativo de fábricas que producen para las marcas que lo firmaron”, sostienen las cuatro entidades en el informe Unifished Business, publicado el mes pasado.

 

El documento apunta tres riesgos si el pacto no se prorroga y amplía. En primer lugar, que las circunstancias de las fábricas en las que todavía hay problemas sin resolver podrían empeorar, ya que no tendrían el incentivo de la presión de las marcas firmantes.

 

En este sentido, el informe pone cifras a las mejoras conseguidas y subraya el trabajo que todavía falta por completar. Bestseller, por ejemplo, ha completado el 87% de las mejoras exigidas por el acuerdo; C&A, el 89%; H&M, el 91% y PVH, el 94%.

 

 

 

 

Además, el Accord sería sustituido por iniciativas voluntarias, por lo que las compañías no tendrían responsabilidad. “El resultado inevitable de cualquier sustituto no vinculante serían más lesiones y muertes en las fábricas de ropa”, sentencia el informe.

 

Por último, el documento alerta de que no renovar el Accord penalizaría el progreso para alcanzar acuerdos similares en otros países. “Los desastres recientes en países como Marruecos y Egipto demuestran que los trabajadores en todo el mundo continúan enfrentándose a riesgos de seguridad que pueden ser fatales”, continúa.

 

De hecho, hay países como Pakistán han comenzado a negociar su propio Accord. El sindicato National Trade Union Federation Pakistan (Ntuf) está trabajando con IndustriAll y Clean Clothes para desarrollar un acuerdo similar que implique a las marcas en la mejora de la seguridad de las fábricas.

 

Por el momento, sólo dos marcas han apoyado una ampliación del acuerdo de Bangladesh: el pure player británico Asos y la cadena alemana de cafeterías Tchibo. Sin embargo, la patronal bengalí de la confección, Bangladesh Garment Manufacturers and Exports Association, clave para la firma del primer acuerdo, niega que sea necesario uno nuevo.