Entorno

Coronavirus: la crisis en China tensa el ‘sourcing’ de Bangladesh a las puertas del monzón

El traslado al país asiático de las grandes producciones con plazos de entrega rotos por la crisis china está provocando riesgo de colapso en Bangladesh.

Pilar Riaño/ Iria P. Gestal

5 mar 2020 - 05:00

Coronavirus: la crisis en China tensa el ‘sourcing’ de Bangladesh a las puertas del monzón

 

 

“Esto es como un aeropuerto, si el aeropuerto tiene slots para las 8 de la mañana hasta las 11 de la noche y obligas a un avión a aterrizar a las seis de la mañana o a las dos de la madrugada, está aterrizando en horas no comerciales”. Así resume un alto ejecutivo del sector el impacto que está teniendo en Bangladesh la paralización de la producción textil en China como consecuencia de la epidemia de coronavirus. La crisis del coronavirus está tensando, todavía más, la cadena de aprovisionamiento en Bangladesh cuando el país se encuentra en periodo premonzón, en un momento en que los accidentes laborales se disparan.

 

La paralización de las producciones textiles en China desde el pasado enero ha hecho que los grandes grupos de moda, la mayoría de ellos europeos, empiecen a mirar a mercados en proximidad, como Turquía o Marruecos, para aprovisionarse. Sin embargo, las grandes producciones se desvían a Bangladesh, un mercado que copa alrededor del 6% de las exportaciones mundiales textiles.

 

China copó en 2018 el 37,6% de las exportaciones totales de textil y el 31,3% de las de ropa, a gran distancia del segundo mayor exportador global de moda, la Unión Europea. Bangladesh, por su parte, se lleva el bronce en confección, copando el 6,4% del comercio global, según los últimos datos de la Organización Mundial del Comercio (OMC).

 

El mercado bengalí ha incrementado sus ventas al exterior de forma ininterrumpida durante la última década, y sólo en 2018 las disparó un 11%, hasta 32.000 millones de dólares. Le sigue de cerca Vietnam, que copa el 6,2% de las exportaciones de ropa; India, con una cuota del 3,3%, y Turquía, con un 3,1%. Indonesia, Camboya y Estados Unidos completan la tabla con una representación de entre el 1% y el 2%.

 

 

 

 

Fuentes del sector advierten que se está trasladando producción a Bangladesh en el momento más crítico de la climatología bengalí, el premonzón. El monzón es un viento estacional que se produce por el desplazamiento del cinturón ecuatorial y se desplaza por Bangladesh de junio a septiembre, causando cada año inundaciones que dejan víctimas mortales entre la población del país.

 

Las temperaturas altísimas de la época de premonzón terminan afectado a los trabajadores, con fábricas presionadas para dar respuesta a pedidos con plazos de entrega rotos por la crisis china. Varios ejecutivos del sector especializados en sourcing admiten el riesgo de que esta situación derive en accidentes laborales.

 

Se ha comprometido toda la producción en un país que tiene un límite de capacidad, más allá, ya es entrar en el lado oscuro -explica un directivo-; es decir, te admiten la producción, pero no sabes dónde la van a producir, porque las fábricas están comprometidas, el slot está vendido”.

 

Las mismas fuentes señalan, sin embargo, que desde el accidente del Rana Plaza, que tuvo lugar en 2013 y dejó más de mil muertos, “el país está muy controlado”, al tiempo que algunos grupos han reducido al mínimo su actividad en el país.

 

Un buen ejemplo de ello es Inditex. El grupo propietario de Zara tiene actualmente una pequeña actividad productiva en Bangladesh: el país concentra el 6% de los proveedores y el 4% de las fábricas que trabajan para Inditex en el mundo. En concreto, el grupo gallego contaba a cierre de 2018 con 114 socios en el país, que a su vez gestionan 296 factorías. Con la paralización de China, Inditex está llevando su producción a Turquía, un país en proximidad que le ofrece capacidad de respuesta más rápida.

 

Primark, en cambio, concentra el 90% de su producción en Asia. La cadena irlandesa, controlada por AB Foods, está también comenzando a tantear Turquía, pero los altos volúmenes y los bajos precios que demanda obligan a la empresa a desplazar la producción de China a otros países del entorno, el principal de ellos Bangladesh.

 

 

 

 

Sin embargo, todos los expertos consultados advierten del riesgo de desabastecimiento. “Si yo soy una compañía que tenga una alta concentración de mi cadena de producción en China, un 50% o 40%, los equipos de compras deben de estar ahora mismo al punto del colapso, porque no encuentran dónde aterrizar el avión”, afirman.

 

En el momento en que colapse Bangladesh, si llegase a colapsar, ya no quedan países en el mundo donde se puede fabricar”, advierte un directivo. “No nos engañemos, hablamos de mover miles de millones de unidades, no millones -afirma otro-; no existe capacidad de producción en el mundo que pueda asumirlo”.

 

“No existe una concentración tan grande de fábricas que puedan responder en tiempo real al pronto moda”, alertan desde el sector. La industria de la moda es uno de los puntales de la economía bengalí. Sólo la confección emplea a 4,5 millones de personas en el país, copa el 84% de sus exportaciones y representa en torno a un 20% de su producto interior bruto (PIB).

 

La Bangladesh Garment Manufacturers and Exporters Association (Bgmea) engloba a unas 4.500 fábricas que, según la asociación, representan el 100% de prendas de tejido plano y alrededor de la mitad de las de punto.