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Javier Morillo (Aitpa): “Nos hemos convertido en un país ‘low cost’ y no debemos competir en esa liga”

El empresario considera que el textil en España se ha convertido en agente de último recurso para la gran distribución y reclama un cambio de rol.

S. Riera

9 dic 2016 - 04:42

 

Javier Morillo es el nuevo presidente de la Asociación Industrial Textil de Proceso Algodonero (Aitpa). El empresario, licenciado en Ciencias Económicas, diplomado por el Iese y MBA por la Universidad de Chicago, participa en empresas españolas del ámbito textil y químico, y es socio de la compañía textil Etur, en Etiopía. Hijo de Pedro Morillo, que también presidió Aitpa hace dos décadas y dio nombre durante muchos años al premio de periodismo de la organización, el nuevo portavoz de la industria algodonera española desarrolló gran parte de su trayectoria profesional en Hilados Dusol.

 

Pregunta: Es la primera vez que dos miembros de la misma familia toman la presidencia de la Asociación. ¿Supone esto un reto para usted?
Respuesta: La verdad es que no es algo que me haya parado a pensar. Espero hacer una buena labor al frente de la Aitpa, no sólo en honor a mi padre, que falleció siendo presidente, sobre todo apoyando y defendiendo a nuestros asociados y al sector en general.

P.: ¿Cuáles son ahora los principales retos de la industria algodonera?
R.: Desde hace años, casi toda la industria textil española, a pesar de hacer las cosas muy bien, actúa más como agente de último recurso para la gran distribución que como un proveedor permanente y debemos conseguir que esto cambie. Tenemos que encontrar la manera de convencer a los grandes de la moda que apoyar a la industria nacional y aprovisionarse en cercanía tiene muchas ventajas además de ser mucho más sostenible.

 



P.: ¿Cuáles serán las grandes directrices que determinarán su mandato?
R.: Hace unos años un cliente me dijo “no arregles lo que no está estropeado”. Siguiendo esta máxima y tomando el relevo a presidentes que han hecho las cosas muy bien en unos tiempos muy convulsos, no sería inteligente hacer grandes cambios.  Por otra parte, al haber traspasado todas las funciones de representación sectorial y asesoramiento a Texfor, a quien seguiremos dando todo nuestro apoyo, Aitpa ha reducido sustancialmente sus funciones. Aun así, vamos a intentar buscar nuevas formas de apoyo a nuestros asociados.

 

P.: ¿Cuáles serán los próximos pasos en la integración de Texfor?
R.: Texfor ya está plenamente consolidado y, tal y como se acordó en el momento de la constitución, a partir del año próximo todas las empresas colgarán directamente de la confederación. Sin embargo, las entidades fundadoras seguiremos tutelando y apoyando a Texfor para que se convierta en la asociación empresarial líder en el sector textil nacional.

P.: ¿Cuál cree que debe ser el encaje de Aitpa en Texfor?
R.: Aitpa está plenamente comprometida en Texfor y nuestro apoyo es total.

 

 



P.: Como organización miembro del Consejo Intertextil Español, ¿considera que las industrias de la confección y del género de punto deberían regresar a la patronal?
R.: Creo que sería bueno para el sector porque la labor de lobby siempre será más eficiente con una sola voz y además un mayor tamaño siempre nos permitirá hacer más cosas. Por otra parte nuestros intereses no son tan diferentes para justificar que cada uno vaya por libre.

P.: En términos macroeconómicos, los indicadores continúan arrojando datos positivos para la industria textil. ¿Es un buen momento para el sector?
R.: Las empresas textiles actuales están en una buena situación, creando ocupación e invirtiendo en nuevos equipos. Nuestro sector siempre ha sido muy dinámico. Hace años, la gran mayoría de las empresas ya apostaron por la internacionalización y la innovación. Recuerdo hace veinte años, cuando explicaba a amigos de otros sectores que esa semana me iba a Polonia, la siguiente a Italia o el mes próximo a Argentina, no lo entendían. Ellos lo vendían todo en España y ni se planteaban buscar nuevos mercados en el exterior, y sólo a raíz de la crisis empezaron a mirar hacia fuera.


P.: ¿En qué se ha innovado?
R.: El gran público asocia nuestro sector como un taller textil del siglo XIX y la realidad es muy diferente. El tejido industrial textil español está formado por empresas con máquinas inteligentes de última generación, muy bien gestionadas, que desarrollan nuevos productos y que a la vez cumplen con unas normas medioambientales muy exigentes y unos estándares de calidad muy altos. Lo único que me preocupa, y no sólo por la industria textil, es que nos hemos convertido en un país low cost y nosotros no debemos competir en esa liga. Somos competitivos en otros campos.

 



P.: ¿Cuál cree que ha sido la mayor transformación del sector entre la época en que su padre presidió Aitpa y ahora?
R.: En los últimos veinte años han ocurrido muchas cosas pero voy a destacar tres: la entrada de China en la Organización Mundial del Comercio y la liberalización total de las cuotas; la concentración de la distribución en pocos grandes grupos, que trabajan muy bien pero que deberían pensar que una industrial textil nacional potente también redunda en su beneficio, y un aumento desproporcionado de los costes de electricidad y gas por culpa de una política energética deficiente, que para la industria textil de cabecera ha sido muy dañino.

P.: ¿Considera que la industria textil en España está desatendida por parte de las Administraciones?
R.: Desafortunadamente creo que es así. Hablamos de un sector que tiene 130.000 empleados y es el 3% de la producción industrial nacional. Además de la errante política energética, que ha condenado a muchas de nuestras empresas, en estos últimos años los recortes en promoción han sido del 80%. No pedimos subvenciones directas, como hacen otros sectores, pero sí un apoyo mínimo a empresas que quieran intentar penetrar en nuevos mercados.

P.: ¿Hay algún país o región que considere que sea un referente sobre cómo hacer las cosas en el textil?
R.: En Italia, y en Biella en particular, desde hace años se hacen las cosas muy bien. El made in Italy, y no sólo en el textil, es un referente mundial. En Biella nació un clúster de textil de cabecera que con los años se ha desarrollado hacia marcas de gran prestigio internacional que siguen fabricando en Italia.

 

 

 

 

P.: Usted es socio de una empresa textil en Etiopía. ¿Considera que este negocio debe entenderse en base a la globalización?
R.: Mi experiencia principal siempre ha sido en el mundo del reciclado textil y salió esta posibilidad en África con unos socios turcos y le vi mucho potencial. El sector textil es muy dinámico y siempre busca oportunidades donde las haya.

 

P.: ¿Cree que ha habido un cambio en la mentalidad del empresario del sector?
R.: El textil ha sido el sector que más transformaciones ha sufrido en 150 años por lo que el empresario ha tenido que ser siempre muy dinámico para poder sobrevivir.