El Corte Inglés ultima la creación de su filial logística para triplicar su negocio hasta 1.200 millones

El Corte Inglés planta cara a Amazon. El gigante de los grandes almacenes ultima la creación de una filial para su negocio logístico, con la que reforzará su infraestructura de transporte y dará también servicio a terceros, según El País. El objetivo es triplicar el volumen de negocio logístico y alcanzar una facturación de 1.200 millones de euros.

El Corte Inglés se apoyará en la infraestructura logística que ya tiene para dar servicio a sus grandes almacenes y supermercados. En total, la empresa cuenta con 1,2 millones de metros cuadrados de superficie en cincuenta almacenes, además de los almacenes de sus puntos de venta. Según explican fuentes del grupo al diario, estos servicios logísticos están valorados en 400 millones de euros.

Con la creación de esta nueva filial, el grupo busca replicar el modelo de su agencia de viajes o la correduría de seguros, que también comenzaron como divisiones para dar servicio interno pero con el tiempo fueron ganando entidad y ahora son divisiones independientes que dan servicio a terceros. En 2019, la empresa creó también un spin off de real estate, liderado por Javier Catena.

El Corte Inglés duplicará su plantilla dedicada a logística y construirá cinco nuevas plataformas

Según los planes del grupo, la división logística pasaría a ser una filial independiente en un año. El proyecto está liderado por Francisco Bernal, con experiencia en DHL, Prosegur y Seur, y ha sido desarrollado con apoyo de la consultora Kearney y Goldman Sachs.

Para impulsar su desarrollo, El Corte Inglés prevé duplicar la plantilla dedicada a logística, que actualmente asciende a 5.000 personas, y construir cinco plataformas logísticas de alimentación en España.

Su lanzamiento se produce en plena expansión del comercio electrónico, que ha escalado su desarrollo en el mercado español durante este año tras el cierre de tiendas decretado para contener la pandemia del coronavirus.

El Corte Inglés cerró el segundo trimestre (entre junio y agosto) con una caída de ventas del 30%, aunque volvió a registrar un resultado bruto de explotación (ebitda) positivo, tras entrar en pérdidas en el primer trimestre.

La compañía facturó 2.817 millones de euros, con un beneficio bruto de 811 millones de euros. El ebitda se situó en 64 millones gracias, según la empresa, a la reapertura de tiendas y la venta online.