Isak Andic, el emprendedor que siempre quería saber más
El fundador de Mango, fallecido el sábado a los 71 años de edad, se rodeaba de gente de la que aprender constantemente. Felizmente jubilado, bajaba al barro y lideraba con el ejemplo del trabajo hecho a lo largo de su trayectoria.
15 dic 2024 - 00:05
Cuando Isak Andic entraba en una sala, se notaba que había entrado alguien diferente. No era por sus peticiones ni sus extravagancias, sino todo lo contrario. Isak Andic, fundador de Mango, era un hombre cercano y discreto, tranquilo (sólo por fuera), elegante y detallista. La perfecta definición de un hombre hecho a sí mismo que construyó un gigante de la industria de la moda, una fortuna de esas que salen en la lista Forbes pero, aun así, siempre quería saber más cosas.
Isak Andic Ermay (Estambul, 1953) llegó a España con su familia (su padre, Manuel; su madre, Sol, y su hermano Nahman) buscando una vida mejor procedente de Turquía. En su ciudad natal ya había comenzado a tontear con los negocios, pero en Barcelona aceleró: de vender ropa en multimarca a crear su propia cadena, Mango, envolverla de la mejor comunicación y operaciones y llevarla a todo el mundo.
Sin mucho afán por los estudios, en Barcelona estudió en el Instituto de Estudios Americanos, donde accedió gracias a una familia de la comunidad judía, los Halfon. En aquel centro cursó la educación secundaria, pero el crecimiento de Mango hizo que, aunque se matriculó en Económicas en la UB, nunca terminase.
Isak Andic admiraba la inteligencia y se encargaba de rodearse de gente de la que aprender. Desde lo miembros de su equipo en Mango hasta las personalidades que, semanalmente, invitaba a comer a la empresa para seguir ampliando sus conocimientos (y los de su equipo). Ahora bien, del mismo modo en que escuchaba, dejaba de hacerlo y en el momento en que una conversación dejaba de aportarle, desconectaba.
Isak Andic admiraba la inteligencia y se encargaba de rodearse de gente de la que aprender
Esa ansia de conocimiento complementaba a un enorme olfato. Como gran empresario, Isak Andic tenía una visión clarividente que le hizo, por ejemplo, apostar por las celebridades (en aquel momento modelos) cuando ningún grupo de gran distribución lo hacía o decir sí al canal online en los noventa, cuando él a duras penas había hecho ninguna compra a través de la Red.
El empresario lideraba con el ejemplo. Tenía el carisma de quien ha hecho él solo el negocio que regenta, infundiendo respeto entre sus competidores y entre el resto de empresarios. En Mango, cuando hacía falta, se arremangaba y volvía a bajar al barro: intentó jubilarse dos veces y debió volver para rescatar su empresa y, en los últimos tiempos, había vuelto al detalle de dos proyectos de crecimiento de Mango, Teen y Home.
Aunque felizmente jubilado (él mismo insistía en que era presidente no ejecutivo), Isak Andic seguía muy presente en Mango, supervisando producto y visitando casi diariamente la empresa cuando no era temporada de mar. Porque si Isak Andic tenía una pasión esa era el mar. En su barco, el Nirvana, pasaba largas temporadas, durante las cuales escribía sus objetivos para el año y, también, se pasaba revista a si mismo.
Padre de tres hijos (Jonathan, al frente de Mango Man; Judith, hoy fuera de Mango, y Sarah), Isak Andic había conseguido convertirse en una de las mayores fortunas de España. Su principal activo era Mango, aunque también contaba con una patrimonial, Punta Na, que gestiona inversiones en activos inmobiliarios. Sus tres hijos son consejeros de Punta Na, dirigida por Francisco Fontán.
Padre de tres hijos, Isak Andic había conseguido convertirse en una de las mayores fortunas de España
Con su fortuna (pese a la cual no llevaba seguridad personal), Isak Andic había desarrollado una faceta filantrópica, impulsando desde Mango un área de inversión en proyectos sociales (en España y en el extranjero) a la cual no daba ninguna publicidad. También eran frecuentes sus reuniones con emprendedores, con los que compartía su conocimiento, formando parte de entidades como Endeavor Spain o dando charlas.
El deporte era otra de sus pasiones, así como el arte. La sede de Mango es, de hecho, una oficina vestida de museo gracias a su colección de arte, en la que sobresalen piezas de artistas como Jaume Plensa, convertida en símbolo de la sede central de la compañía.
Isak Andic estaba comprometido con Barcelona y su desarrollo. Aunque de forma sumamente discreta, era un activo miembro de la sociedad civil de la ciudad, donde se introdujo de la mano de Mariano Puig (expresidente de Puig), una de las figuras que más admiró durante su vida.
Hasta su fallecimiento, Andic era miembro del consejo asesor internacional de la escuela de negocios IESE y patrono de la Fundación Princesa de Asturias, del Museu Nacional d'Art de Catalunya (MNAC) y de la Fundación Elena Barraquer. A lo largo de su trayectoria, Andic había ocupado cargos como vicepresidente de Banco Sabadell y fue miembro del International Advisory Board de la Generalitat de Catalunya, del Investment Advisory Council for Turkey y de la Fundación Amigos del Museo del Prado, además de haber sido presidente del Instituto de Empresa Familiar, desde 2010 hasta abril de 2012, y patrón de la Fundación Macba.
Celoso de su intimidad y poco necesitado de focos, Andic tuvo este mismo año uno de los reconocimientos más importantes que se le puede hacer a un empresario en España: a pesar de su origen extranjero, Andic recibió de manos del rey el Premio Reino de España a la Trayectoria Empresarial. En su discurso, antepuso el nosotros al yo.
De hecho, no era extraño oírle hablar con cariño de antiguos directivos de la compañía, desde Enric Casi a Yolanda Bassat o, por supuesto, Isak Halfon. Poco se sabe de sus afiliaciones políticas o amistades en el ámbito personal, más allá de Luis Bassat y Josep Oliu, con quien había compartido no pocas actividades profesionales. Bassat, por ejemplo, generó las primeras campañas de publicidad de Mango, mientras que Oliu pasó de ser el banquero de Mango a que el propio Andic entrara en el capital y el consejo de administración de la entidad.
La gran repercusión que causó ayer la muerte del empresario, con reacciones al más alto nivel en el ámbito político y empresarial, son una muestra de la talla de la figura de un empresario de difícil reproducción.