Majorica traza un nuevo plan tras cambiar de manos y pone rumbo a 14 millones en 2022
La compañía mallorquina de perlas artificiales, que el año pasado fue rescatada por el dueño de Carrefour, ha establecido una nueva estrategia basada en el desarrollo del canal online, mejorar el posicionamiento e impulsar la producción.
23 dic 2022 - 05:00
Majorica vuelve a recuperar el lustre. La compañía mallorquina de joyería ha trazado un nuevo plan de expansión después de que el año pasado fuera rescatada por el dueño de Carrefour. El plan de la empresa, que cerrará 2022 con una facturación de catorce millones de euros, se basa en tres ejes: digitalización, posicionamiento y producción.
El grupo ha atravesado un proceso de reestructuración durante los dos últimos años. En noviembre de 2020, Majorica entró en concurso de acreedores. “El batacazo fue épico”, reconoce Didier Grupposo, director general del grupo. La empresa acometió entonces un proceso de ajuste que pasaba por conservar el 89% de la plantilla, 175 empleados.
En mayo de 2021, el empresario Gregorie Bontoux, dueño de Carrefour, rescató a la empresa de concurso en una operación cuyo importe ascendió a 12,3 millones de euros a través de la sociedad Majolaperla.
“El cambio ha sido bueno, porque el grupo también tiene una visión de empresa familiar, no exige tener que buscar rentabilidad a corto plazo y respalda nuestra apuesta de construir una marca como dios manda”, añade Grupposo.
Majorica tiene previsto superar las ventas de antes de la pandemia en 2023
Tras el cambio de manos, el primer movimiento de Majorica fue contratar a una agencia de publicidad para realizar un “trabajo de profundidad sobre la marca, porque la mujer española ya no nos quería comprar”. Entonces, la empresa puso en marcha un plan de reposicionamiento de la marca con el objetivo de aunar al cliente clásico y a los jóvenes bajo el lema classic meets everyone.
Bajo este prisma, Majorica ha desarrollado su nueva estrategia. El online es uno de los principales vectores del nuevo plan, que en dos años ha pasado a copar el 2% de la facturación al 6%. Los planes de la compañía para el futuro pasan por continuar reforzando el canal y remodelar todas sus webs en Europa.
El travel retail es otro de los canales que la compañía quiere potenciar y el primer paso es la apertura de un corner en la T4 del aeropuerto Adolfo Suárez-Madrid Barajas para los próximos meses. En el resto de canales, la empresa cuenta con cinco tiendas propias en Mallorca, dieciséis corners en El Corte Inglés y quinientos puntos de venta multimarca. A medio plazo, Majorica se encuentra buscando un local en Madrid para abrir un showroom.
El extranjero también será otro de los focos de expansión del grupo, donde genera el 30% de sus ventas y cuenta con una amplia red de socios multimarca. En concreto, la compañía vende en cerca de setenta países y cuenta con una filial en Estados Unidos.
El grupo tiene previsto abrir en los próximos meses una tienda en la T4 de Madrid
El otro pilar de la nueva estrategia del grupo se basa en la producción, para lo que ha fichado a un grupo externo de expertos como asesores. La compañía cuenta con talleres propios en Mallorca y tiene previsto para el próximo año ampliar su capacidad y modernizar la maquinaría.
Con estos planes, Majorica apunta a que 2023 será el año de la recuperación, cuando generará unas ventas de cerca de veinte millones de euros, superior a las del ejercicio 2019. En 2020 y 2021, coincidiendo con el estallido de la pandemia y su entrada en concurso de acreedores, los ingresos de la empresa se desplomaron hasta cinco millones de euros.
Majorica comenzó su andadura en 1890 en Manacor (Mallorca) de la mano del alemán Edward Heusch, inventor del proceso de creación de las perlas cultivadas, y a lo largo de su historia ha pasado por varias manos. En 1998, un colectivo de fondos de inversión encabezado por Alpha se hizo con el grupo, pero tras varios ejercicios en pérdidas en 2001 la empresa reclamó ayuda pública, y un año después pasó a manos de un grupo de empresarios catalanes. En 2005, el grupo volvió a cambiar de dueño, cuando lo compró Yann Sandt, propietario de la empresa hasta 2021.