China ralentiza su crecimiento hasta un 4,7% en el segundo trimestre lastrada por el retail

China desacelera conforme se adentra en 2024. La economía del gigante asiático, el mayor productor a nivel mundial, ha ralentizado su crecimiento en el segundo trimestre del año, según datos del National Bureau of Statistics (NBS), la agencia nacional estadística del país.

En concreto, la economía del país se elevó un 4,7% en los tres meses de abril a junio, menos de lo esperado por las autoridades y por debajo del 5,3% que creció en el primer trimestre del año. El PIB del país no registraba un crecimiento tan bajo desde finales de 2022, cuando la economía del gigante se alzó apenas un 2,9%.

A pesar de la desaceleración del país, la producción industrial sí ha cumplido con el alza esperada, hasta registrar un crecimiento del 5,3% en junio. El país ha estado lastrado así por otros sectores como el retail, que se alzó sólo un 2% en el mismo mes. China se enfrenta, además, a una prolongada crisis de demanda e inmobiliaria desde finales de 2023.

China ha recuperado poco a poco el nivel de las exportaciones, aunque todavía hace frente a la baja demanda interna

“Los últimos datos revelan un mayor crecimiento en el lado de la producción que en el de la demanda -ha explicado el economista de Coface Junyu Tan en declaraciones a Financial Times-; y la baja demanda interna se ha compensado con la recuperación de las exportaciones”. Las ventas de China al resto del mundo se elevaron un 8,6% en junio, frente a la contracción del 2,3% que registraron las importaciones.

El NBS ha publicado la evolución de la economía del país durante la primera jornada del tercer pleno del Partido Comunista. Durante esta reunión, que se celebró por última vez en 2018, los principales líderes del país marcarán la hoja de ruta de la economía china en los próximos cuatro días.

A principios de año, el Gobierno anunció que esperaba un crecimiento del 5% para 2024, después del alza del 5,3% el año anterior. El país se enfrenta ahora, sin embargo, al auge de tasas arancelarias provenientes tanto de Estados Unidos como de Europa, que ya han anunciado nuevos aranceles para sectores como el de los coches eléctricos.