Entorno

Diagnóstico a la democracia: de la decepción al extremismo en el sistema más complicado

El auge de la extrema derecha, los efectos en Europa de una posible victoria de Donald Trump o el descontento global hacia la democracia marcan el debate de Cidob entre la periodista Caroline de Gruyter y Roberto Foa (Cambridge).

Diagnóstico a la democracia: de la decepción al extremismo en el sistema más complicado
Diagnóstico a la democracia: de la decepción al extremismo en el sistema más complicado

Celia Oliveras

21 oct 2024 - 05:00

“En menos de treinta años, desde 1995 hasta 2020, el número de personas que asegura no estar satisfecho con los sistemas democráticos ha aumentado en más de diez puntos”. Con este dato publicado por la Universidad de Cambridge, Pol Morillas, director del Cidob, comenzó el viernes la mesa redonda bajo el título La crisis de la democracia: perspectivas europeas y globales. Los datos del estudio de la universidad británica cifran en hasta un 57,5% el descontento global hacia la democracia, frente al 47,9% de ciudadanos que compartían este sentimiento a mediados de los 90.

 

“Los países transicionan hacia modelos democráticos, o vuelven a ellos después de un periodo de totalitarismo, lo hacen volcando toda su esperanza en que la democracia será la solución de todos sus problemas -afirmó Roberto Foa, codirector del Cambridge Centre for the Future of Democracy-; pero al final tienen que seguir solucionándolos solos, y es muy fácil que se acaben por sentir decepcionados”.

 

Para Foa, el auge de la extrema derecha, especialmente en Europa pero también en otros países como Argentina, se explica a través de esta ilusión inicial hacia la democracia, que tiene la capacidad de convertirse muy rápidamente en decepción. “La democracia es complicada porque todo el mundo tiene que ser escuchado y vemos gobiernos formados por hasta cinco partidos diferentes, hacer política dentro de los sistemas democráticos es mucho más difícil”, sentenciaba en la misma línea Caroline de Gruyter, columnista de Foreign Policy y el EUobserver. 

 

 

 

 

De Gruyter añadió que el auge de la extrema derecha en Europa está relacionado, además, con la relajación de los países europeos una vez extendieron la democracia por todo el continente. Para la periodista, sin embargo, el error de estos estados ha sido concebir la democracia como una meta, en lugar de como un proceso constante que sirve “para evitar que nos echemos al cuello unos a otros”.

 

“Nunca acabas un proceso democrático, hay momentos más sencillos y otros que menos, y justo acabamos de pasar algunas décadas tranquilas y nos hemos malacostumbrado, pero ahora se está volviendo más difícil y lo que no podemos hacer es tirar la toalla”, continuó de Gruyter.

 

Para la periodista, sin embargo, el gran problema de los sistemas democráticos no son los partidos de Giorgia Meloni, Santiago Abascal o Javier Milei. “La extrema derecha no es la clave de la democracia, está demostrado que en todas las sociedades habrá un porcentaje de personas que piensen de esta manera, pero el centro derecha, sí”, explicó de Gruyter.

 

 

 

 

Y son precisamente estos partidos de centro derecha, alerta la experta, los que han protagonizado un giro hacia posturas más radicales en los últimos años. En un giro más positivo del debate, sin embargo, la periodista también añadió que la mayoría de estos partidos que habían pactado con las formaciones de ultraderecha, habían pagado las consecuencias. 

 

De Gruyter explicó que, mientras durante las elecciones europeas la sociedad miraba con precaución a países como Francia, donde la extrema derecha se había podido acercar al gobierno, en los países del norte de Europa, donde gobiernan estos partidos de centro derecha gracias al apoyo de las formaciones extremistas, la extrema derecha no había conseguido casi apoyo en los comicios europeos. “Cuanto más te mueve a la derecha, más pequeño te vas haciendo progresivamente”, sentenciaba la periodista. 

 

Trump y la dependencia europea con Estados Unidos

El último asunto que marcó la jornada de debate se centró en las elecciones presidenciales de Estados Unidos, y el efecto de estas en la política europea. Para Foa, difícilmente una victoria de Donald Trump podría desencadenar una “alianza mundial” de todas las derechas en el mundo. “Ya hemos vivido en un mundo gobernado por Trump, y aunque se intentó, no vimos nacer una extrema derecha global”, reflexionó el experto. 

 

 

 

 

“Al final del día, los nacionalistas -el principio básico que comparten todos los tipos de extrema derecha que existen actualmente, recordó Foa-; siempre pondrán su partido y su país, primero”. “Nationals, will be nationals”, quiso enfatizar el experto. 

 

Con él coincidió de Gruyter, aunque también alertó de la dependencia de Europa con Estados Unidos. La periodista reveló cómo incluso el propio nacimiento de la Comunidad Económica Europea se basó en las ayudas estadounidenses a Europa a través del Plan Marshall.

 

“La misma idea de Europa nació sobre necesitar a Estados Unidos, y una victoria de Trump supondrá un cierre del país hacia el mundo que se sentirá mayormente en la Unión Europea -sentenció la periodista-; y si ahora Estados Unidos se aleja de nosotros, estamos solos”.