El FMI alerta de que las revueltas sociales añaden riesgo a la incertidumbre económica
La agencia de rating estima que el Producto Interior Bruto (PIB) global aumentará un 3,1% este año, frente al 5,9% de 2021, medio punto porcentual menos que el cálculo realizado por la compañía en marzo.
27 may 2022 - 04:57
Más elementos de incertidumbre para la economía. Mientras se oyen tambores de recesión y los líderes mundiales alertan en Davos que lo peor está por venir, el Fondo Monetario Internacional (FMI) ha señalado un riesgo más para la economía mundial: las protestas sociales. El relajamiento de las medidas para contener el Covid-19 más una frustración creciente de la población por la subida del precio de la energía y la comida puede hacer explotar un estallido social.
“Cualquier aumento del malestar social podría suponer un riesgo para la recuperación de la economía mundial, ya que puede tener un impacto duradero en los resultados económicos”, ha alertado el FMI. El organismo dirigido por Kristalina Georgieva señala que estos incidentes pueden tener un impacto económico negativo, puesto que los consumidores se asustan por la incertidumbre y se pierde producción industrial y del sector servicios.
En concreto, el FMI afirma que, tras dieciocho meses de unos grandes disturbios, el Producto Interior Bruto (PIB) de un país se encuentra un punto porcentual por debajo de lo que estaría si no se hubiera producido una situación conflictiva en dicho mercado. Para Ucrania, la guerra ha significado entrar en recesión, según los cálculos del FMI y los efectos del conflicto se están notando en la economía mundial.
El FMI calcula que dieciocho meses después de un disturbio, el PIB de un país sigue un punto por debajo
Aunque por el momento las protestas sociales se sitúan por debajo del nivel anterior a la pandemia, el levantamiento de las restricciones y la continua reducción del coste de vida implica que “las protestas pueden aumentar”, asegura la organización. “Esto podría suponer un coste económico importante”, añade.
Según el think tank estadounidense Council on Foreign Relations, uno de los países que está empeorando su situación es Myanmar. El país que sufrió un golpe de estado el febrero del pasado año y se asoma ahora a una nueva guerra civil. La pasada semana, los grupos opositores al régimen pidieron a la comunidad internacional hacer entrega de armas para luchar contra el ejército, comparando su situación a las de las tropas rusas en Ucrania.
La organización también señala que se están agudizando los conflictos en el Yemen y Etiopía o la inestabilidad en el Líbano, además de la guerra en Ucrania. Mientras, la situación se mantiene estable en otros puntos como Venezuela y México, en Latinoamérica. Otra de las zonas con una calma tensa en el mapa se encuentra en el mar del sur de China o en Taiwán.
Myanmar es uno de los países con mayor tensión social en la actualidad
El Foro Económico Mundial (WEF, por sus siglas en inglés), que está celebrando su reunión anual en Davos esta semana, ha publicado un documento en el que hace un llamamiento para la colaboración entra las organizaciones humanitarias, de desarrollo, empresas e inversores para beneficiar a los “entornos frágiles”. El foro pretende encontrar una ruta para que se puedan realizar inversiones “que desbloqueen nuevas fuentes de financiación y alcanzar impacto a gran escala”.
La iniciativa también aborda uno de los principales riesgos que han señalado los expertos durante las distintas conferencias: la fragmentación “geoeconómica”, que divide el mundo en una organización multipolar y ofrece el mayor reto para al mundo desde la Segunda Guerra Mundial, según sostuvo Georgieva, durante la semana.
Georgieva ha reiterado durante los encuentros que “no se debe desechar a la globalización”, sino cambiar lo que no funciona, aunque las voces en el panorama internacional son dispares. En su última intervención, Jens Stoltenberg, secretario general de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (Otan), subrayó en Davos que “la libertad es más importante que el comercio libre”, refiriéndose no sólo a la situación en Rusia, sino también señalando a China. “La protección de nuestros valores es más valioso que los beneficios”, declaró Stoltenberg.