La confianza del consumidor vuelve a bajar en septiembre y marca su mínimo desde marzo

La confianza del consumidor marca su mínimo desde marzo. El Índice de Confianza del Consumidor (ICC) ha vuelto a bajar en el noveno mes del año y se ha situado en 77,2 puntos en septiembre, frente a los 94,4 puntos que se registró en agosto, según los datos publicados por el Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS).

A lo largo del año, el índice ha ido fluctuando entre los 60 puntos y los 90 puntos. El menor valor se registró en el tercer mes del año, cuando la confianza de los consumidores cayó hasta los 67,4 puntos, frente a los 71,6 puntos de febrero. En junio y julio, la confianza de los consumidores se elevó hasta 92,4 puntos y 94,4 puntos, respectivamente.

Este descenso del índice se debe a las bajadas de sus dos componentes. La situación actual se valora más de diez puntos menos que en julio, con 68,4 puntos. La valoración de las expectativas, por su parte, se ha situado en 86 puntos, frente a los 101,7 puntos que el índice de Expectativas alcanzó en el séptimo mes del año.  

En términos mensuales, se observa un descenso en las expectativas de ahorro de 9,7 puntos respecto al mes de julio y las expectativas de consumo también descienden 7,1 puntos.

La confianza de los consumidores ha mejorado 21,5 puntos frente a septiembre de 2022

El ICC se mantiene por debajo de la barrera de los cien puntos, que marca el umbral entre la percepción positiva y negativa. En términos interanuales la evolución es positiva. La confianza de los consumidores ha mejorado más de veinte puntos que en septiembre de 2022, cuando el ICC se situó en 55,7 puntos.

Esta mejora se debe al aumento de 21,2 puntos de la valoración de la situación actual en el último año y a una mejora de 21,7 puntos en las expectativas de futuro respecto a septiembre de 2022. La evolución trimestral del ICC también es positiva y se coloca 3,5 puntos por encima que en el índice registrado el último trimestre.

El objetivo del ICC es anticipar los comportamientos de consumo de los ciudadanos, por lo que su construcción se fundamenta principalmente en preguntas sobre las percepciones de los consumidores tanto con relación a la evolución económica reciente, como con respecto a su potencial evolución en los siguientes seis meses.