Entorno

La moda pone en observación el ‘sourcing’ en Bangladesh e India por el impacto del Covid-19

Los grupos de moda con dependencia de estos dos mercados siguen de cerca la evolución de la pandemia y de la estructura empresarial en ambos países y comienzan ya a pensar en alternativas.

P. Riaño

17 jun 2020 - 05:00

La moda pone en observación el ‘sourcing’ en Bangladesh e India por el impacto del Covid-19

 

 

India se ha convertido ya en el cuarto país del mundo más afectado por el Covid-19, sólo por detrás de Estados Unidos, Brasil y Rusia. En Bangladesh, por su parte, se contabilizan más de 90.600 contagios de la pandemia que ha asolado el mundo. Con las fábricas a medio gas, la industria internacional de la moda sigue de cerca la evolución de dos de los mayores hubs de aprovisionamiento del mundo.

 

La crisis del coronavirus y, sobre todo, el riesgo de un rebrote, está haciendo que los gigantes de la gran distribución de moda basados en básicos y con aprovisionamiento en volumen y a largo empiecen a plantearse buscar alternativas a Bangladesh e India. Según señalan fuentes del sector, el impacto del coronavirus en estos dos países va más allá del plano sanitario, pues a la emergencia sanitaria hay que sumarle el golpe en el sistema empresarial.

 

En mayo, además, ambos países sufrieron el impacto del ciclón Amphan, la tormenta más poderosa que se ha formado en la Bahía de Bengala, según la ONU. El ciclón Amphan impactó en unos diez millones de personas en Bangladesh, con al menos 25 víctimas mortales, mientras en la India el número de fallecidos ascendía a setenta el pasado 23 de mayo. Medio millón de familias habrían perdido sus hogares, según la ONU.

 

 

 

 

En India, el Gobierno de Narendra Modi decretó el pasado marzo el mayor confinamiento de todo el mundo, al afectar a los 1.300 millones de habitantes del país. En las últimas semanas, sin embargo, se han relajado diferentes restricciones y se ha autorizado el retorno de los trabajadores migrantes que habían quedado atrapados tras la suspensión masiva de actividades.

 

El pasado 30 de marzo, el Gobierno bengalí decretó el cierre de la actividad industrial para contener el avance de la pandemia. Pese al cierre, la administración bengalí permitió que las fábricas con pedidos en marcha continuaran trabajando hasta que los completaran. El país puso fin al confinamiento total de la población a finales de mayo, pese ha haber superado a China en cifra de casos y estar entre los 20 más afectados del mundo.

Según explican diferentes empresarios consultados por Modaes.es, tanto en Bangladesh como en India la industria textil está encontrando dificultades para mantener la actividad y los empresarios reclaman medidas públicas para mantener las exportaciones y recuperar el empleo.

 

 

 

 

Esta semana, por ejemplo, se ha conocido el despido de 3.000 empleados por parte de Windy Group, un gigante bengalí que tiene entre sus clientes a los mayores grupos de la moda de Europa. En Gazipur, al norte de Daca, miles de trabajadores están pendientes de la reapertura de 52 fábricas textiles, cerradas durante más de dos meses por la crisis del coronavirus. Incluso gigantes mundiales del sourcing recortan en Bangladesh: el grupo chino Li&Fung ha despedido a cien empleados en el marco de un plan de redimensionamiento global.

 

En India, Gokaldas Exports, fabricante de Gap, Zara, Adidas o Abercrombie, ha clausurado una de sus fábricas y despedido a cerca de 1.300 empleados por la cancelación o reducción de pedidos por parte de grandes operadores. La empresa cuenta con veinte fábricas donde emplea a 25.000 trabajadores. Otro ejemplo de los recortes en India es el de Raymond, uno de los mayores fabricantes y distribuidores del país, que ha despedido a 800 de sus 7.000 empleados.

 

No sólo la falta de pedidos afecta al sector, sino también la de fuerza laboral. Aunque el discurso oficial señala que la mayoría de trabajadores ya han regresado a sus casas y han vuelto al trabajo, un informe publicado esta semana por la Stranded Workers Action Network (Swan) señala que el 67% de los migrantes en India todavía están atrapados en el mismo lugar desde que se anunció el estado de alarma.

 

 

 

 

Capitalización

¿Qué países pueden capitalizar las dudas que se empiezan a despertar sobre India y Bangladesh? Con el estallido de la pandemia en China, la moda comenzó a mirar a Turquía para salvar el cierre de las fábricas en el gigante asiático. El sector continúa fijándose en el mercado turco, actualmente para ganar capacidad de reacción ante una demanda congelada que podría recuperarse.

 

En Asia, Camboya y Vietnam podrían también ganar actividad procedente de India y Bangladesh. En ambos países, según explican fuentes del sector, la producción textil se mantiene con “toda normalidad”, si bien algunas fábricas han estado paradas por falta de pedidos cuando las grandes marcas congelaron su producción ante el cierre de tiendas en Europa y Estados Unidos.

 

Bangladesh y Myanmar son actualmente los polos de aprovisionamiento textil con los costes más bajos de todo el mundo, si bien el segundo país no tiene tanta capacidad como el primero. Camboya y Vietnam pueden llegar a igualarlos en costes si se trabajan con volúmenes grandes, pero ambos países cuentan con el freno de los aranceles.

 

A principios de junio, la Asamblea Nacional de Vietnam ratificó el acuerdo de libre comercio con la Unión Europea (Evfta, por sus siglas en inglés), con el que se eliminan casi la totalidad de los aranceles entre ambas regiones, si bien todavía no ha comenzado a aplicarse.

En el caso de Camboya, el pasado febrero la Unión Europea retiró al país sus preferencias arancelarias. A partir de mediados de agosto, el país tendrá que pagar aranceles sobre las exportaciones de determinados tipos de prendas de ropa y calzado. Hasta ahora, Camboya disfrutaba de arancel cero en el marco del programa Everything but Arms (EBA). 

 

India es otro de los puntos calientes del sourcing global de moda, con costes también bajos pero sin la calidad de los cuatro hubs anteriores. En India, el aprovisionamiento es poco variable, tanto por procesos como por materias primas, aunque el país destaca en bordados y abalorios.

 

China copó en 2018 el 37,6% de las exportaciones totales de textil y el 31,3% de las de ropa, a gran distancia del segundo mayor exportador global de moda, la Unión Europea. Bangladesh, por su parte, se lleva el bronce en confección, copando el 6,4% del comercio global, según los últimos datos de la Organización Mundial del Comercio (OMC).

 

El mercado bengalí ha incrementado sus ventas al exterior de forma ininterrumpida durante la última década, y sólo en 2018 las disparó un 11%, hasta 32.000 millones de dólares. Le sigue de cerca Vietnam, que copa el 6,2% de las exportaciones de ropa; India, con una cuota del 3,3%, y Turquía, con un 3,1%. Indonesia, Camboya y Estados Unidos completan la tabla con una representación de entre el 1% y el 2%.