Llueve sobre mojado en los ‘hubs’ de la moda: menos pedidos y más baratos en la segunda ola
Cuando apenas habían comenzado a recuperarse los pedidos, vuelven los recortes. De media, los compradores de las marcas europeas han pedido a los productores rebajas del 12% en los precios.
16 nov 2020 - 04:57
Primero, el shock. Después, una recuperación al ralentí. Y, ahora, un nuevo golpe. Las nuevas medidas de restricción impuestas en Europa, uno de los mayores mercados de consumo para la moda, han motivado una nueva oleada de cancelaciones a los proveedores del Sudeste Asiático, aunque menores que en la primera ola. ¿El problema? Las marcas ahora ya no sólo piden menos, sino más barato, y muchas fábricas están en una situación crítica tras el golpe de primavera.
De media, los compradores de las marcas han pedido a los proveedores rebajas de un 12% en relación al año pasado, según un informe elaborado por el Center for Global Worker’s Rights de la Universidad de Pensilvania a partir de una encuesta a proveedores de Asia, África y Latinoamérica.
Como resultado, el 56% de los proveedores han tenido que aceptar algunos pedidos por debajo del precio de coste, y la mayoría anticipan que lo tendrán que seguir haciendo. Las condiciones de pago también han cambiado: si antes cobraban, de media, a 43 días, ahora el plazo se ha extendido a 77 días.
El 56% de los proveedores han tenido que aceptar pedidos por debajo del precio de coste
De hecho, si antes de la pandemia sólo el 34% de los proveedores cobraban a más de 60 días, ahora el 66% trabaja con estos plazos y uno de cada cuatro tienen plazos de más de 120 días, que antes eran muy inusuales. Además, un 77% todavía tiene pendiente de cobrar pedidos cancelados durante la primera oleada de la pandemia.
Pero si los plazos de pago han aumentado, los de entrega continúan siendo estrictos, según los proveedores, a pesar de que las medidas de seguridad impuestas en las fábricas obligan a reducir el número de trabajadores y retrasan la producción. Más de la mitad, un 57% de los proveedores, sostienen que si las prácticas actuales continúan “es extremadamente probable, o algo probable” que deban echar el cierre.
Desde la catástrofe de Rana Plaza, los fabricantes de Bangladesh se han posicionado como la voz del sector en los medios europeos, y han sido también los más activos a la hora de denunciar su situación en esta pandemia. “No estamos recibiendo suficientes pedidos en este momento”, explicaba Sahida Begum, trabajadora de una fábrica bengalí de confección, al diario alemán Der Spiegel.
“La industria de la confección en Bangladesh emplea a más de cuatro millones de personas; sin apoyo, nuestra industria se enfrenta a un Armagedón financiero, con la pérdida potencial de cientos de fábricas y millones de puestos de trabajo”, aseguraba Mostafiz Uddin, director de la empresa bengalí Denim Expert Limited, en un editorial en The Daily Star.
India ha aprobado un paquete de medidas de 27.000 millones de dólares para las fábricas
La realidad que Uddin anticipa para Bangladesh ya se está produciendo en Camboya. Dos fábricas de la provincia de Kandal, Dignity Knitter Limited y Eco Base, han ido a liquidación y sus activos están en proceso de ser subastados para pagar a los más de mil trabajadores que empleaban.
Según datos de la Coalición de Trabajadores de Confección de Camboya (C.Cawdu, en sus siglas en inglés), las exportaciones del país de ropa, calzado y otros textiles se han reducido un 3% en los siete primeros meses del año, hasta 5.800 millones de dólares.
En Myanmar, el impacto de la segunda ola del Covid-19 está siendo peor para las empresas que la primera, según un informe del Banco Mundial. El 66% de las compañías encuestadas aseguraron que no están bien preparadas para hacer frente al golpe de una segunda ola.
India, otro de los mayores proveedores de la moda en la región, anunció a finales de octubre un nuevo paquete de 27.000 millones de dólares en ayudas al tejido productivo. Las medidas incluyen incentivos para producir localmente y beneficios a compañías extranjeras que inviertan en India. El país entró en recesión técnica por primera vez en su historia en el segundo trimestre, con una caída récord del 23,9%.
“A la caída de precios, los descuentos, el descenso del volumen de producción y los retrasos en los pagos se suma que todos los compradores quieren su mercancía a tiempo, pero es difícil cumplir con las medidas de distanciamiento social del Covid-19”, explica un proveedor indio en el informe de la Universidad de Pensilvania.