Entorno

Mario Machado (Euratex): “Si Shein no tuviera tantos consumidores, no funcionaría”

Mario Jorge Machado acaba de relevar a Alberto Paccanelli como nuevo presidente de la patronal europea del textil Euratex, dando comienzo a una nueva etapa para la entidad, que también se enfrentará a una nueva eurocámara.

Mario Machado (Euratex): “Si Shein no tuviera tantos consumidores, no funcionaría”
Mario Machado (Euratex): “Si Shein no tuviera tantos consumidores, no funcionaría”
Euratex, la patronal europea del textil y la confección, está viviendo un cambio de era, protagonizado por Mario Jorge Machado, recién nombrado como el nuevo presidente de la entidad.

Celia Oliveras

2 jul 2024 - 05:00

El textil se está convirtiendo. poco a poco, en una industria tan regulada (más de lo que lo ha estado en toda su historia) como el sector de la farmacéutica o la tecnología. Este proceso de hiperregulación ha desencadenado en Bruselas la formación de lobbies textiles cada vez más importantes y con más reivindicaciones. Euratex, la patronal europea del textil y la confección, está viviendo un cambio de era, protagonizado por Mario Jorge Machado, recién nombrado como el nuevo presidente de la entidad.

 

 

Pregunta: ¿A qué se debe el nuevo mandato en Euratex y qué cambios va a suponer?

 

Respuesta: Es un cambio que va de acuerdo con los estatutos de la entidad. Después de un cierto número de mandatos se tiene que celebrar una elección. Esto, sin embargo, sólo es una cuestión de enfoque, ya vamos a seguir trabajando en la misma línea que el anterior presidente, y vamos a seguir enfocándonos en desarrollar unas leyes que hagan del sector textil europeo uno competitivo respecto al del resto del mundo. Hay que hacer un cambio muy importante respecto a los aspectos medioambientales, pero también los sociales, y el sector textil tiene una mala reputación en este ámbito, algo que ya no es verdad, ni en Europa ni en el resto del mundo. Donde aún no hemos logrado ser más sostenibles, sin embargo, sí que debemos avanzar y asegurar, a la vez, que quien no cumpla con los mismos estándares, no pueda venir a vender a Europa.

 

 

P.: ¿Está el sector textil preparado para todas las legislaciones que se han aprobado en los últimos meses? ¿Y las que se tienen que aprobar en la siguiente legislatura de la eurocámara?

 

R.: Tenemos dos puntos importantes. El primero es la descarbonización, entendida en términos de emisiones de dióxido de carbono, y el otro es la circularidad de las fibras textiles. La primera se basa principalmente en la electricidad, aunque en Europa ya hay muchas compañías que hicieron inversiones en su día para producir electricidad con fuentes renovables. Respecto a la circularidad, sin embargo, todavía estamos muy lejos y apenas se está empezando ahora. A día de hoy, apenas un 1% de las fibras textiles vuelve a utilizarse para hacer nuevas prendas. Sí es cierto que se recicla alrededor del 25% y 30% de las prendas, pero para que estas completen un modelo de negocio circular se necesite de una gran inversión. Es un modelo que todavía es muy pequeño porque no hay casi demanda de artículos reciclados y tan solo algunas marcas están promocionando que esto se lleve a cabo. Esta realidad, sin embargo, va a cambiar con la legislación, porque impondrá que tenga que incorporarse una cantidad de fibras recuperadas determinada a las prendas, y eso hará que la demanda se incremente muchísimo.

 

 

 

 

P.: ¿Hasta qué punto puede la moda hacerse realmente responsable de su cadena de valor?

 

R.: Existen dos actores muy importantes, que son el consumidor y la legislación. Entre ambos pueden llevar a cabo un cambio en la cadena productiva, porque si, por ejemplo, los consumidores sólo estuvieran dispuestos a comprar una prenda si está hecha con fibras recicladas, la cadena de productiva se prepararía para ello ya que si no, no vendería. Nosotros, como consumidores, tenemos una capacidad enorme de cambiar las cadenas de acuerdo con criterios más sostenibles. Si Shein no tuviera tantos consumidores, no funcionaria. Además, las marcas también van a tener que ser más transparentes con los consumidores y explicar bien cómo están hechos los productos. La base de esta idea es que, si yo tengo toda la información, puedo tomar una decisión de forma completamente informada, y eso hoy en día no pasa.

 

 

P.: ¿Puede la legislación sostenible suponer un aumento de los precios para los consumidores? ¿Y de coste para las empresas?

 

R.: No, cuando hay un coste es cuando las cosas no se hacen de forma sostenible, y este normalmente lo paga el planeta. Sin embargo, cambiar esto no conlleva obligatoriamente un coste excesivo, como se puede ver en otros sectores. Por ejemplo, hoy en día, puedes producir energía renovable al mismo precio que el gas natural. Lo que no podemos hacer es pensar que podemos tener una Europa limpia y un mundo sucio.

 

 

 

 

P.: Cuáles son los puntos débiles de la moda en el desarrllo sostenible?

 

R.: El consumidor no tiene forma de saber lo que está comprando en términos de sostenibilidad y de respeto social y medioambiental, y para que haya un cambio en las cadenas productivas esto tiene que cambiar. A día de hoy, las decisiones de los consumidores se basan exclusivamente en el gusto y los precios, pero se debe añadir un tercer punto, que es la sostenibilidad. Lo peor que puede pasarles a las empresas del sector, por otro lado, es que estas dejen de invertir en su negocio para adaptarse a los cambios. A partir de ahora, no van a sobrevivir los más fuertes o los más rápidos, sino los que mejor se adapten. Las empresas tienen que entender que el negocio está cambiando y ahora va a estar mucho más legislado que hace unos años, pero también tenemos que asegurarnos de que podamos competir con otros mercados y para ello hay que nivelar el terreno de juego en términos de competitividad. Si estamos exigiendo ciertos estándares a las empresas de la Unión Europea, hay que exigirles lo mismo al resto de empresas que quieran vender aquí.

 

 

P.: ¿La entrada en vigor de la legislación puede llevarse por delante empresas?

 

R.: Para que esto no pase el sector debe digitalizarse y seguir invirtiendo, pero para eso hay que trazar un plan con ayudas para las empresas puedan llevar a cabo la apuesta necesaria. Pero todo esto tendrá un retorno claro, así que no debería peligrar la competitividad europea.

 

 

 

 

P.: ¿Qué puede aprender la moda de sectores hiperregulados como el farma?

 

R.: Por el momento, ya tiene que poner en marcha mejores prácticas en términos de calidad, pero estas no están tan obligadas al mismo nivel de transparencia al que se prevé que se le exija a la moda, ya que otros sectores no tienen el mismo impacto que el nuestro. En términos de agua, por ejemplo, somos la segunda industria más contaminante, únicamente después de la agricultura, y la quinta en el nivel de emisiones, después de otras como la construcción o el transporte. Por lo tanto, tenemos una obligación de hacer estos cambios para poder, por primera vez, crear una industria transparente sobre su proceso productivos.

 

 

P.: ¿Cuáles son las principales demandas y esperanzas de Euratex en el nuevo Parlamento Europeo?

 

R.: Principalmente que la industria que hay en Europa, que ya tiene mucho conocimiento y prácticas sostenibles, permitirle que se siga desarrollando sin perder competitividad. Hay que proteger las industrias y las cadenas productiva que tengan buenas prácticas en términos de sostenibilidad. Y segundo que se continúe invirtiendo en innovación y ayudas a las empresas para impulsar la digitalización y los nuevos modelos de negocios. En Europa, los números demuestra que el textil continúa siendo una de las industrias líderes a nivel mundial, no como, por ejemplo, la electrónica o la farmacéutica. Pero sí que lo somos en términos de diseño y moda, y eso es algo que no debemos perder.