Sin confianza no hay paraíso: la recuperación china en entredicho ante un consumo débil
Las perspectivas económicas globales a principio de año se agarraron al despertar del gigante asiático, que auguraba un crecimiento del 5% para 2023, un desarrollo que los analistas tildaron de modesto.
31 may 2023 - 05:00
La recuperación China se resquebraja. Tras años de calles vacías, comercios cerrados y puertos atascados, 2023 estaba llamado a ser el año de la recuperación en China. Sin embargo, los indicadores económicos de mayo anticipan que la recuperación podría estar perdiendo empuje y los economistas de Citigroup sitúan al país “al borde de una trampa de confianza”.
Pekín pronosticó un crecimiento del 5% en el país, una expansión que, dada la baja base comparable, los analistas tildaron de “modesta” y “poco desafiante”. Los datos del primer trimestre les dieron la razón, con un incremento del Producto Interior Bruto (PIB) del 4,5% y el auge de las ventas minoristas y las exportaciones. Sin embargo, abril y los datos preliminares de mayo desdibujan la recuperación lastrada por la pérdida de confianza y del consumo de los hogares.
De hecho, el análisis de Morgan Stanley asegura que el consumo en China no va a alcanzar “pronto” los niveles previos a la pandemia, ya que la población no han recibido estímulos como sí se hizo en Estados Unidos y hasta treinta millones de empleos retirados por la pandemia no han sido devueltos todavía.
El tercer elemento que sigue lastrando el consumo chino es la crisis inmobiliaria. El pasado abril, las inversiones inmobiliarias descendieron en el país un 16,2%, respecto al mismo periodo del año anterior. También ha descendido la producción industrial. El beneficio de las compañías industriales del país ha descendido un 20,6% interanual en los cuatro primeros meses del año, según datos del National Bureau of Statistics (NBS).
Las ventas de retail en China aumentaron un 18% en abril, por debajo de las estimaciones de los analistas
El retail ha mantenido el tipo, aumentando sus ventas un 18,4% en abril respecto al mismo periodo del mes anterior y acelerando respecto al 10,6% registrado en marzo. Sin embargo, los analistas esperaban un incremento de al menos el 21%, dado la baja base comparable de 2022, cuando gran parte de los hubs comerciales del país estaban cerrados por la política de Covid Zero.
El modesto desempeño del retail alerta a los economistas, ya que Pekín había fijado el consumo interno como uno de sus principales caballos de batalla para la recuperación. En marzo, Li Keqiang, primer ministro del país, señaló que el “consumo de 1.400 millones de personas” era el “mayor potencial de la economía china”. Así, el recién nombrado mandatario daba un paso más para cambiar de un crecimiento impulsado por la inversión en inmuebles e infraestructuras a uno liderado por la demanda interna.
La caída en la producción China no ha pasado desapercibida entre los analistas y algunos bancos de inversión han rebajado sus previsiones de crecimiento. La japonesa Nomura espera ahora un 5,5% de crecimiento, cuatro décimas menos que en su última proyección, mientras que Barclays ha rebajado la cifra hasta un 5,3%, frente al 5,6% de hace unos meses.
Uno de los indicadores que con más atención vigilan los economistas es el del empleo, en concreto el del empleo joven, aquel que cuantifica la cantidad de desempleados de entre 16 años y 24 años. La cifra alcanzó su récord el pasado abril, llegando al 20,4%. La cifra está muy por encima de la tasa general, que se mantiene estable en el 5,2%, pero puede impactar con fuerza en la confianza del consumidor del país.