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Hilaturas Arnau, de la lana de Burberry al tejido técnico de seguridad

La compañía catalana, que nació como una hilatura de lana y llegó a ser el productor de todo este material de Burberry a nivel global, ha diversificado ahora su negocio, y está especializado en el tejido técnico reciclado.

Hilaturas Arnau, de la lana de Burberry al tejido técnico de seguridad
Hilaturas Arnau, de la lana de Burberry al tejido técnico de seguridad
La compañía ha abandonado progresivamente la moda ante la poca demanda del sector en España.

Celia Oliveras Castillo

20 may 2024 - 05:00

Hilaturas Arnau, un visionario del tejido técnico con la lana de Burberry en sus orígenes. La hilatura catalana, en manos de la tercera generación de la familia, ha sido escogida para desarrollar dos proyectos europeos de textil técnico reciclado. A pesar de nacer como una empresa especializada en la hilatura de lana, Hilaturas Arnau ha diversificado su negocio en diferentes sectores de la fibra reciclada para uso técnico.

 

Fundada en Sabadell en 1947 por la familia Arnau, la compañía ha abandonado progresivamente la moda ante la poca demanda del sector en España, y ha apostado por utilizar su tecnología para producir hilo técnico reciclado, según explica el consejero delegado de la empresa y tercera generación de la familia fundadora, Joan Santamaría.

 

En diciembre, Hilaturas Arnau fue escogida para desarrollar la producción del proyecto europeo Utile, que tiene el objetivo de utilizar textiles reciclados para confeccionar parte de los equipamientos de los cuerpos militares en Europa. El programa, que ha asegurado una financiación durante tres años a la compañía, permitirá a Hilaturas Arnau reciclar el textil de los cascos y chalecos de los soldados para crear placas balísticas.

 

La fibra técnica reciclada supone ya a día de hoy un 70% del negocio de Hilaturas Arnau, aunque en un nuevo acercamiento al sector de la moda, Santamaría explica que ha mantenido conversaciones con Piñatex para convertirse en su hilador de hilatura gruesa.

 

 

 

 

La empresa catalana también forma parte desde hace dos años del programa europeo Regio Green Tex, de la patronal europea del textil y la confección Euratex. La compañía es una de las cuatro empresas españolas, dos catalanas y dos valencianas, que producen hilo reciclado de aramida, comúnmente conocido como kevlar, para los asientos de aviones, autobuses o teatros, entre otros.

 

“Por ley, este tipo de asientos deben tener ciertas características de seguridad, como ser ignífugos y resistentes a los cortes, y como nosotros ya habíamos trabajado este material para producir hilo reciclado de chalecos antibalas para una empresa francesa, nos presentamos”, explica Santamaría. Ambos proyectos suman alrededor de 500.000 euros de ingresos en cinco años.

 

El ejecutivo duda ahora, sin embargo, del futuro del sector con la entrada de empresas asiáticas en el mercado de este tipo de material. “Hasta ahora, no teníamos competencia, pero la entrada de Asia ha hecho que baje la demanda aquí”, lamenta Santamaría. Según el consejero de Hilaturas Arnau, este mercado ha pasado a ser una commodity, lo que causa que ya no puedan competir en precio con otras empresas extranjeras.

 

 

 

 

El camino de la empresa comenzó como una hilatura de lana gruesa, que convertía en alfombras, abrigos o bufandas. En esta época, Hilaturas Arnau trabajó para empresas como Lacoste o Burberry, del que llegó a convertirse en productor mundial de todo este material.

 

La marcha de estas compañías, y el crecimiento de otro tipo de negocios en España, llevó a la compañía a trabajar para empresas como Inditex o Mango. “Estuvimos trabajando para ellos durante una década, pero cada vez había menos pedidos y estos estaban más espaciados, además de que eran más baratos”, explica Santamaría.

 

La compañía todavía lleva a cabo su producción en Sabadell, en una planta de 4.000 metros cuadrados. A pesar de que el ejecutivo no ha querido compartir los resultados del último ejercicio de la empresa, asegura que todavía se está recuperando del golpe de la pandemia, cuando entró en pérdidas.

 

 

 

 

Santamaría explica que, a pesar de no haber dejado de operar en 2020, cuando se dedicaron a producir mascarillas sanitarias, entre mayo y octubre de ese año, cuando se empezaron a levantar algunas restricciones, la compañía “no facturó nada”. “En cuanto se pudo volver a comerciar con el exterior, las empresas volvieron a las prácticas de siempre, y el negocio cayó”, relata Santamaría.

 

El negocio de Hilaturas Arnau pasa también por el reciclaje mecánico de estos tejidos, para lo que la empresa cuenta con la maquinaria necesaria. Concretamente, la compañía utiliza su planta para clasificar, reciclar e hilar de nuevo el textil de otras compañías, a las que vuelve a enviar el material.

 

El mercado principal de la compañía actualmente es Alemania, seguido de otros países europeos como Francia e Italia. En España, Santamaría lamenta la poca demanda de las empresas del país, que ha dejado de tener relevancia en sus operaciones.