De Leonardo Da Vinci a les ‘petit mains’: en busca del artesano del siglo XXI
La Fundación Academia de la Moda Española (Fame) lanzará un nuevo proyecto con el objetivo de poder fomentar el desarrollo empresarial de los oficios vinculados a la moda, de patronistas a modistas o tintoreros y orfebres.


31 mar 2025 - 05:00
Si en el Renacimiento, las artes mayores eran las centradas en la contemplación, las menores eran las útiles y funcionales. De hecho, de esta clasificación procede el término actual artesanía, derivada del latín artismanus (es decir, arte con las manos) y que comenzó a utilizarse, precisamente, en el siglo XV, para diferenciar al artista del artesano. Lejos del influjo de Leonardo Da Vinci pero más cerca de las petit mains que Karl Lagerfeld subió a la pasarela en la semana de la moda de París en el verano de 2016, la Fundación Academia de la Moda Española se ha propuesto, ahora, encontrar a los artesanos del siglo XXI.
Se calcula que en España son más de 200.000 las personas que se dedican a la artesanía en su sentido amplio, un sector cuya aportación económica supera los 6.000 millones de euros y que reivindica su valor intangible cultural, según un informe elaborado por Kpmg para el Círculo Fortuny publicado en 2022. El mismo documento señala que el sector contribuye al 0,54% del Producto Interior Bruto (PIB) de España y el 4,9% de la industria manufacturera.
En moda, según el informe, la artesanía corresponde a los sectores de cuero y calzado, y textil y confección, concentrados en Andalucía (con especial foco en Ubrique, Cádiz), Cataluña y en Castilla La Mancha, aunque con el paso de los años se han repartido por toda la Península Ibérica, a la vez que ha ido perdiendo fuerza, especialmente a partir del desplazamiento de la industria a países con costes más bajos.
La aportación económica de la artesanía en España supera los 6.000 millones de euros, según Kpmg
Existen dos tipos de artesanía: la esencial y la tradicional. Mientras la artesanía tradicional bebe de todo aquello vinculado al territorio y, por tanto, está muy vinculada a las tradiciones, la segunda es la relacionada con los oficios, que en la industria de la moda se traduce en modistas, patronitas, fabricantes de botones o de pasamanería, tintoreros u orfebres.
Sergio Álvarez, director de Fame desde 2024, sostiene que “a los artesanos no se les ha cuidado lo suficiente, ni se les ha dado lo que necesitan”. El ejecutivo de la entidad, organización sin ánimo de lucro constituida en 2020 y promovida principalmente por la Asociación Creadores de Moda de España (Acme), reivindica la importancia de conservar los oficios artesanos para la cadena de valor de la moda, al tiempo que critica la “poca visibilidad” que tienen estos profesionales.
“¿Un Steve Jobs de los artesanos? ¡No! No existe, porque a los artesanos no se les conoce”, exclama, mientras pone como ejemplo el Royal Warrant, el sello que entrega la Corona británica a las empresas que trabajan para ella de forma regular. Alrededor de 800 empresas, de cocineros a sastres, tienen actualmente este sello de artesanía británica.
“Los artesanos son empresarios -defiende Álvarez-; si estos oficios desaparecen, el segmento de la moda de autor podría desaparecer”. Con este riesgo en mente, Fame lanza en 2025 un programa de acompañamiento empresarial para artesanos. Bajo el nombre de Programa de formación y acompañamiento empresarial a las artesanías de la moda, la organización, en colaboración con el centro universitario Cunef, formará a 35 artesanos en habilidades empresariales y de gestión para apoyar a la pervivencia y la escalabilidad de sus proyectos.
“Los artesanos son empresarios, si estos oficios desaparecen, el segmento de la moda de autor podría desaparecer”, defiende el director de Fame
“Con el programa, queremos dignificar de nuevo el oficio artesano e impulsar tanto a los artesanos esenciales como tradicionales”, defiende Álvarez. El programa, una propuesta de proyecto de la conservación de aquellos oficios considerados tradicionales, como la artesanía, está dirigido a empresas y autónomos cuya actividad se basa en una maestría artesana, y ofrecerá una formación durante doce meses.
“El objetivo es que los artesanos puedan desarrollarse tanto en el entorno nacional como internacional”, sostiene Álvarez. “Es más necesario que nunca profesionalizar el sector artesanal”, agrega. El curso contará con una metodología práctica, y utilizará herramientas como conferencias, seminarios, talleres impartidos por expertos, estudios y sesiones de design thinking, entre otros.
Álvarez cuenta que el curso está pensado para dividirse en “dos niveles”. El nivel cero, un curso “de introducción para aquellos que no cuentan con tanto conocimiento”, y el nivel uno, la parte “formativa para ayudar a que se impulsen” dentro del oficio. “El objetivo del programa no es hacer CEOs en la artesanía, sino que sepan hablar el lenguaje de un cliente internacional”, concluye.