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Escalabilidad, electrificación y fragmentación: los retos sostenibles de H&M

El grupo sueco hace frente a una serie de retos para llegar a cumplir sus objetivos, entre los que figuran la dificultad de escalar muchas innovaciones, la lejanía de los proveedores y la falta de colaboración en la industria.

Escalabilidad, electrificación y fragmentación: los retos sostenibles de H&M
Escalabilidad, electrificación y fragmentación: los retos sostenibles de H&M
El gigante sueco recoge datos trimestrales de todas las plantas de los tier 1 y 2, que tiene identificadas casi en su totalidad.

Celia Oliveras Castillo. París

17 may 2024 - 05:00

H&M se siente solo en la cruzada sostenible. Se necesita de la colaboración de toda la industria, esa es la idea principal que resonó ayer en el showroom de la compañía sueca en París, donde presentó una mesa redonda para hablar de sus avances en sostenibilidad. El segundo gran grupo de distribución de moda, que hace años que incluye la sostenibilidad en su hoja de ruta, habló también de la dificultad para escalar muchas de las innovaciones en materiales y la dificultad para electrificar la cadena de suministro.

 

H&M invirtió el año pasado 2.100 millones de coronas suecas (181,5 millones de euros) en impulsar sus principales proyectos de descarbonización y nuevos materiales, según explica la compañía en su Declaración de Sostenibilidad y ha repetido Henrik Sundberg, director de impacto climático del grupo, a Modaes.

 

A pesar de que H&M es una de las empresas más avanzadas en sus objetivos de sostenibilidad, el grupo no es inmune a las dificultades que presenta el cambio a una economía más circular, y ha destacado el reto al que se enfrenta para conseguir aplicar las soluciones a gran escala.

 

 

 

 

La última gran apuesta de la compañía pasa, de hecho, por Syre, una empresa que trabaja precisamente en conseguir escalar el reciclaje textil a textil a volúmenes industriales, y de la que H&M es uno de los accionistas principales. A pesar de que Syre es la última gran promesa de los materiales de nueva generación, H&M también ha estado presente en el capital de Renewcell, la empresa recicladora de fibra que presentó su bancarrota después de no conseguir suficiente financiación para seguir operando y que fue el primer gran intento de escalar el reciclaje de fibras textil a textil.

 

“Una única compañía no puede hacerlo, necesitamos la implicación del resto de la industria”, ha expresado la compañía. H&M defiende que la escalabilidad de soluciones como la de Renewcell necesitan de toda una estructura detrás que apoye las iniciativas para que estas tengan cabida dentro del sector.

 

Otro de los grandes objetivos de H&M, y que no tiene otra empresa del sector, es alcanzar el 100% de energía renovable en todas sus operaciones, lo que incluye las de sus proveedores. En este sentido, el grupo sueco ha apostado por llevar a cabo un acompañamiento, formación e incluso inversiones en las plantas, distribuidas por todo el mundo, especialmente en Asia.

 

“Hay que tener en cuenta que nosotros no somos dueños de esas fábricas, y estas utilizan apenas entre un 10% y 20% de su capacidad para producir nuestras prendas”, explica Sundberg. Este es precisamente el objetivo sobre el que H&M ha revelado menos información sobre su progreso, lo que se debe, según el ejecutivo, a la complejidad de medir y saber realmente el estado de dichas fábricas.

 

 

 

 

La electrificación de la cadena, según Sundberg, pasa por dos líneas diferentes. La primera es conseguir tener acceso a la energía renovable en sí misma, donde H&M está invirtiendo para extraerla, en vez de comprarla a terceros. La segunda línea pasa por electrificar estas plantas, que en muchas ocasiones todavía funcionan a través de métodos de combustión, y no tienen la red eléctrica necesaria.

 

A día de hoy, el gigante sueco recoge datos trimestrales de todas las plantas de los tier 1 y 2, que tiene identificadas casi en su totalidad. En el caso del tier 3, sin embargo, H&M no conoce toda la red de fabricantes asociados a estas actividades. “Si conseguimos que se comience a operar con electricidad en las plantas, además, nuestro gasto en energía subirá, naturalmente, y eso es algo que también debemos hacer de la manera correcta para que no aumente el impacto en el medioambiente”, añade Sundberg.

 

H&M es una de las empresas más avanzadas en sus objetivos de descarbonización. En 2023, el grupo sueco redujo un 24% sus emisiones directas (alcance 1 y 2) y otro 22% las indirectas (alcance 3). Estos porcentajes están por encima de otras compañías del sector, y el grupo ha asegurado que está en el “camino correcto” para conseguir tanto sus objetivos de 2030 como la neutralidad climática a mediados de siglo.

 

El énfasis en la colaboración de H&M va más allá, y el gigante ha trazado una serie de colaboraciones a lo largo de su cadena con empresas dedicadas a sectores concretos dentro de la industria. Desde el reciclaje, de la mano de la alemana Remondis, la venta y recogida de ropa de segunda mano de su marca, de la mano de la también sueca Sellpy, o las fibras recicladas, donde H&M colabora con una cartera de hasta seis empresas diferentes, como Syre o Infinited Fiber.

 

“Hay que conseguir que la industria vea la sostenibilidad como una inversión, y no como un coste”, explica Sundberg. El directivo del grupo ha defendido sus casi 200 millones de euros de inversión en pro de la eficiencia, no sólo a nivel medioambiental, sino también financiera. “Estos cambios tienen sentido en los negocios a largo plazo”, concluye.