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Manel Adell, de su ‘travesía’ en Desigual al desarrollo de su ‘olfato’ para los negocios en Puig

C. Pareja

30 sep 2013 - 04:48

Fracasar, innovar y crecer. Estas palabras han estado muy presentes en la trayectoria del directivo catalán Manel Adell. Diez años al frente a una de las empresas que mayor crecimiento han experimentado en los últimos años, en parte gracias a su gestión, han hecho de Adell uno de los directivos que toda empresa de moda en España querría tener. Finalmente, la compañía catalana Puig ha sido quién ha convencido a Adell para reincorporarse al mundo laboral (de momento sólo como consejero) tras dejar, hace nueve meses, la empresa que le vio crecer como profesional.

 

“Tendemos a celebrar los éxitos, pero la verdadera fuente de aprendizaje son los fracasos. Sin una cultura que incorpore esta idea en la empresa, es muy difícil innovar”, exclamó el directivo en una de sus conferencias para la escuela de negocios Esade. Este es uno de los principios de Manel Adell para elevar al éxito a cualquier compañía. Un principio que aplicó desde el primer día en Desigual y que le valió para multiplicar por más de 80 su cifra de negocio ocho años (de los 8 millones en 2002 a los 700 millones en 2012).

 

Manel Adell Domingo nació en Barcelona en 1961 y es licenciado por Esade y MBA por el Institute for Management Development en Lausanne. El directivo, que también fue alumno de Standford University, ha vivido en Reino Unido, Estados Unidos, Suiza, Dinamarca y Bélgica.

 

Adell comenzó su andadura en el mundo de los negocios en el departamento de márketing de Agrolimen y Cadbury Schweppes, aunque lo que marcó el rumbo de su carrera profesional fue su experiencia en Dinamarca como director de expansión  en la empresa especializada en sonido y vídeo Bang & Olufsen durante siete años.

 

Según Adell, la semilla de su vocación internacional se plantó en Bang & Olufsen, pero germinó en Desigual. El ejecutivo se cruzó en la vida de Thomas Meyer en 1992. Ese año, Meyer se embarcó en una travesía en velero por el Atlántico. En la embarcación viajaban doce personas más, una de las cuales era el propio Adell.

 

En aquel viaje entablaron una gran amistad y comenzaron a hablar del proyecto de la nueva Desigual. A su regreso a Barcelona (donde se encuentra la sede de la empresa), desarrollaron sus ideas haciendo footing, tal y como ha explicado el propio Adell en alguna ocasiones.

 

La incorporación de  Adell a la compañía representó un verdadero golpe de aire fresco. Adell inició su colaboración en 2002 como asesor y después como socio y director general. Además de impulsar el desarrollo en España de la cadena, Desigual se ha convertido de la mano de Adell en un fenómeno internacional.

 

En julio de 2012, y por diferencias en la gestión de la compañía, según fuentes del sector, Adell decidió abandonar Desigual, una noticia que tomó por sorpresa al sector y que hizo tambalear los cimientos de la compañía liderada por Thomas Meyer. En enero de 2013, Adell abandonó su cargo en la compañía (además de vender sus acciones) y Manel Jadraque se puso al frente de Desigual.

 

Tras nueves meses dedicándose a proyectos personales (el directivo ha creado un family office para invertir en la construcción de edificios), Manel Adell ha decidido retomar su actividad en la industria de la moda, siendo nombrado consejero del grupo catalán de perfumería Puig. Adell también ha sido nombrado consejero de la multinacional danesa Tiger, especializada en distribución de productos low cost.

 

Su faceta como consejero de Puig significa la vuelta al sector de uno de los directivos de empresas de moda más admirados de los últimos años. Por el momento no se sabe si Adell fichará con un papel ejecutivo por otra empresa, pero lo que está claro es que ha vuelto a poner en marcha su velero y nadie sabe hasta dónde puede llegar con él.