Montse Figueras, cómo reinventar la histórica Sita Murt
La propietaria de la compañía catalana de moda tiene claro el rumbo que ha marcado para su empresa, que quiere volver a impulsar como uno de los principales referentes en punto.
29 abr 2024 - 05:00
Hilatura, tejido y retail. Esos son los tres subgrupos de la moda en los que Montse Figueras, propietaria de la hitórica Sita Murt desde 2021, ha despuntado a lo largo de su trayectoria profesional. Con su abuela como modista, la empresaria bromea con “tener algo de moda en el ADN”, aunque sus estudios universitarios en derecho desviaron su camino del sector durante largo tiempo.
Quién: Montse Figueras
Qué: Café cortado descafeinado
Dónde: Café El Nacional
Cuándo: 16:00
Fin de su jornada laboral habitual: “Nunca dejo de revisar cosas, pero empiezo pronto y me gusta acabar pronto también”
Figueras, especializada en derecho concursal y mercantil, inició su andadura profesional en un fondo de inversión propietario de la empresa especializada en hilatura Nylstar, de la que estuvo al frente hasta 2013. “Fue ahí donde me di cuenta de que lo que realmente me apasionaba era la gestión de equipos y la negociación”, señala la directiva. Con su nueva pasión descubierta, Figueras inició sus estudios en Iese, donde cursó el programa en alta dirección. Así, la directiva fichó por el fabricante de tejidos Dogi, donde estuvo un año como directora general para dar en 2016 el salto al retail a través de la empresa de moda femenina System Action, en la que asumió el mismo cargo.
Si la pandemia ya fue un momento crítico per se, lo fue especialmente para Figueras. “Aunque la empresa no era mía, tenía un sentido de la responsabilidad muy fuerte y, por distintas causas, tuve que dejar el cargo en un momento crítico para todos, 2020”, recuerda. Después de unos meses marcados por las mascarillas y geles hidroalcohólicos, la directiva volvió a sus orígenes y, junto a una compañera jurista, empezó a montar un despacho especializado en procesos concursales. “En una situación en la que muchas empresas habían quebrado por el Covid-19, era un buen momento para este proyecto, aunque de repente aterrizó en mi mesa Sita Murt”, comenta con una sonrisa. Según palabras de la ejecutiva, esta fue la oportunidad de liderar un proyecto histórico.
Figueras admite haber seguido la trayectoria de la compañía catalana desde sus incios. “Coger el testimonio de Sita ha sido el mejor momento de mi carrera profesional; nunca la conocí, pero por cómo la define su familia me la imagino exactamente como yo”, recalca. Emocionada y recordando a los familiares que la apoyaron en una decisión “difícil”, la actual propietaria de la marca celebra haber tomado esa decisión, que califica de arriesgada en un espacio temporal marcado por el cierre de tiendas. Citando al inversor estadounidense Warren Buffet, la directiva dice “ser cauta en los momentos de bonanza y valiente en los críticos”. Con Sita Murt, “los inversores veían problemas y yo vi una oportunidad”.
“Los inversores veían problemas para comprar Sita y yo vi una oportunidad”
Ahora, Figueras tiene claro el rumbo que ha marcado para su empresa, que quiere volver a impulsar como uno de los principales referentes en punto. La empresaria, que valora la humildad, la empatía y el esfuerzo como rasgos imprescindibles, admite que la captación de talento es uno de sus máximos retos. “Las aptitudes son importantes, pero la actitud lo es más y se requiere gente apasionada que vea en su trabajo un proyecto”, opina. Con cuarenta años de experiencia a su espalda, la empresaria asegura tener mucha fuerza para los años que vienen y se muestra optimista con 2024, que augura bueno.
La otra cara
La empresaria catalana, basada actualmente en Castelldefels (Barcelona), cuenta con gran experiencia en el liderazgo de equipos. Uno de los momentos más críticos en su trayectoria profesional fue la entrada de System Action en concurso de acreedores el año de la pandemia, momento en el que la familia Paz Torras se hizo con la empresa. Figueras confiesa que fueron los “cinco meses más duros” que recuerda, en los que tuvo que prescindir de trabajadores.