Marc Puig: “Carolina Herrera y Paco Rabanne tienen potencial para alcanzar los mil millones”

Puig se refugia en sus marcas propias tras perder Valentino. Después de romper el año pasado con la firma italiana, con quien mantenía un acuerdo de licencia para su línea de perfumería, la empresa se ha volcado en sus marcas propias para seguir impulsando su crecimiento.

El grupo prevé que Paco Rabanne y Carolina Herrera, sus dos principales marcas, alcancen cada una los mil millones de euros de facturación a corto plazo. “La pérdida de Valentino nos ha hecho apostar más por las marcas propias”, ha apuntado Marc Puig, presidente y consejero delegado de la compañía, durante la presentación de resultados. 

En este sentido, el objetivo del grupo pasa por continuar fortaleciendo su cartera de love brands, donde se incluyen Paco Rabanne, Carolina Herrera, Jean Paul Gaultier y Nina Ricci.

Las firmas de nicho se han convertido en otra de las palancas de crecimiento del grupo. “La entrada de los millennials y la digitalización han tenido mucho impacto en el sector, y esto ha provocado una mayor búsqueda de sofisticación y diferenciación”, ha señalado Puig.

Durante el último año, la compañía ha reforzado su pool de firmas de nicho con la compra de Dries Van Noten “que trasladaremos, en algún momento, al mundo de la perfumería”, adelantó el ejecutivo. En esta cartera se incluyen también L’Artisan Parfumeur, Eric Buterbaugh o Penhaligon’s, entre otros.

Su tercer vector de crecimiento pasa por la expansión geográfica. “El gran crecimiento vendrá de los mercados emergentes, pero no solamente a base de exportar marcas, que también, sino que habrá una gran oportunidad para marcas muy potentes con mucho arraigo en estos territorios, que sean capaces de crecer en nuevas categorías y nuevos mercados”, sostuvo Puig.

En el marco de esta estrategia, que el grupo denomina local conquerors, la empresa ha adquirido participaciones en empresas como la brasileña Granado, la india Kama o la colombiana Loto del Sur.  Con estas dos últimas, la empresa prevé elevar progresivamente su participación hasta alcanzar un peso mayoritario. 

Puig ha cerrado el ejercicio 2018 con una facturación de 1.933 millones de euros, en línea con el año anterior. En cambio, el beneficio marcó un nuevo récord, alcanzando los 242 millones de euros.