Marypaz negocia la reestructuración de la deuda que arrastra desde la pandemia

Marypaz busca ganar oxígeno. La compañía de zapatos low cost está negociando con sus acreedores una reestructuración de la deuda que le permita ganar oxígeno. La empres presentó en diciembre de 2022 un proceso voluntario de reestructuración y el pasado 21 de marzo pidió una prórroga para poder seguir negociando con los acreedores durante más tiempo para garantizar su viabilidad, según consta en el Registro Mercantil y recoge ABC.

El movimiento busca encontrar una salida al pasivo que acumula desde la pandemia del Covid-19, cuando la compañía cerró la mitad de sus tiendas y presentó dos expedientes de regulación de empleo (ERE). Las zapaterías del grupo pasaron de 120 a menos de cincuenta y el número de trabajadores cayó hasta 300 personas.

El plan de recuperación de la compañía, trazado en 2022, pasa por abrir más de una decena de tiendas en toda España. Actualmente, la compañía sólo cuenta con cincuenta establecimientos repartidos en Madrid, Andalucía, Castilla-La Mancha y el Levante.

A finales del pasado año, la compañía sevillana de calzado, controlada desde 2019 por Crocea Mors, se lanzó a la búsqueda de un inversor que aportara hasta diez millones de euros con los que refinanciar deuda y hacer frente a las compras de la próxima campaña.

Marypaz cuenta con cincuenta establecimientos en Madrid, Andalucía, Castilla-La Mancha y el Levante

Para 2022, los planes de Marypaz pasan por registrar una facturación de 41 millones de euros y cerrar 2023 con unas ventas de 49 millones de euros, con un resultado bruto de explotación (ebitda) y un resultado neto positivo.

La compañía, que llegó a contar con 400 tiendas, más de 2.000 empleados y registraba unas ventas anuales de 180 millones de euros, se acogió a preconcurso de acreedores en 2016 por falta de circulante. Finalmente, terminó pasando a manos de Balck Toro que la llevó a liquidación en 2019.

La empresa nació en 1972 de la mano de Ángel Aguaded como una pequeña zapatería en Sevilla y poco a poco se fue expandiendo por toda España. Tras la compra de Black Toro, la familia mantuvo una participación minoritaria en la empresa y continuó al frente de la gestión.

Tres años después, Black Toro volvió a llevar a concurso a Marypaz por falta de liquidez y no poder hacer frente a los pagos a sus proveedores. Entonces, la sociedad Crocea Mors presentó una oferta para adquirir la unidad productiva de la compañía.