Salvatore Ferragamo sacude su cúpula: salen el presidente y el director creativo

Salvatore Ferragamo sacude su cúpula. Paul Andrew, director creativo de la empresa, ha abandonado la compañía, según ha adelantado Business of Fashion. Su salida coincide con el paso a un lado del presidente, Ferrugccio Ferragamo, que cederá el testigo a su hermano, Leonardo Ferragamo.

El relevo en la presidencia forma parte de un plan más amplio de cambios en el consejo, que se votarán el próximo 22 de abril. La empresa incorporará a tres consejeros independientes: Marinella Soldi, ex ejecutiva de Discovery; Patrizia Giangualano, con experiencia en consultoría en Capgemini y PwC; y Frédéric Biousse, ex consejero delegado de Smcp. 

Giacomo James Ferragamo, que es responsable de producto y fue el responsable del fichaje de Andrew, regresará al consejo un año después, mientras que Giovanna Ferragamo, hija del fundador de la empresa, dejará su silla.

En el consejo se mantendrán también Michele Norsa, que regresó a la empresa de la que fue consejero delegado el año pasado en el cargo de vicepresidente ejecutivo, y Micaela Le Divelec Lemmi, consejera delegada, aunque ambos podrían abandonar la empresa el próximo abril, según adelantó WWD en enero. 

Salvatore Ferragamo incorporará tres nuevos consejeros independientes

Paul Andrew entró en Salvatore Ferragamo en 2016 para hacerse cargo de la dirección creativa de calzado femenino de la firma y un año más tarde fue ascendido a director creativo de toda la división femenina de la compañía. En 2019 tomó las riendas de la dirección creativa global de la empresa, siendo responsable de las colecciones masculina y femenina. 

Antes de unirse a Ferragamo, Andrew trabajó en los equipos creativos de Calvin Klein, Alexander McQueen y Donna Karan y dirigió su marca homónima de calzado, que lanzó en 2012. 

Salvatore Ferragamo cerró el ejercicio 2020, finalizado el 31 de diciembre, con un resultado neto negativo de 71,7 millones de euros, frente a unos beneficios de 87,4 millones de euros del año anterior. La empresa florentina facturó 915,8 millones de euros, un 33,5% menos que en 2019.