Crecimiento, proteccionismo y liderazgos tóxicos: las claves ‘macro’ para la moda en 2025
Los gobiernos elegidos en 2024, como el de Trump o el de Milei, implementarán sus políticas en un nuevo año en el que austeridad y proteccionismo ganan protagonismo. La economía mundial crece pero el comercio enfrenta una crisis.
2 ene 2025 - 05:00
Proteccionismo, geopolítica y liderazgos tóxicos son algunas de las palabras que marcarán los retos de la economía global en 2025, y en particular para la moda. En el nuevo año el crecimiento económico del mundo puede acelerarse, pero el que el comercio como gran motor del progreso global parece entrar en punto muerto a las puertas de lo que parece una gran involución de las normas que han marcado la globalización desde la Segunda Guerra Mundial. La inflación (por ahora controlada), la austeridad fiscal y la militarización completan la lista de los aspectos macro que marcarán el negocio mundial de la moda (uno de los sectores más globalizados) en 2025.
Crecimiento económico
La previsión de crecimiento mundial del Fondo Monetario Internacional (FMI) para este nuevo año es actualmente del 3,2%, una cifra idéntica a la de 2024. El impulso global esconde, sin embargo, grandes diferencias entre las economías avanzadas y las emergentes, y entre los diferentes polos globales.
El conjunto de las economías avanzadas crecerá en el nuevo año a un ritmo del 1,8%, igual que en 2024, a pesar de la desaceleración de Estados Unidos, que pasará del 2,8% de crecimiento del Producto Interior Bruto (PIB) en 2024 al 2,2% en 2025. En cambio, la zona euro acelerará, del anémico 0,8% de 2024 al 1,2%, mientras que Japón saltará del 0,3% al 1,1% en 2025. En el caso concreto de España (una de las economías desarrolladas con mejor desempeño en 2024), el crecimiento se frenará del 2,9% en 2025 al 2,1% en 2025.
En las economías en desarrollo, el crecimiento se mantendrá en 2025 en el 4,2%, siempre según las últimas previsiones del FMI, con Asia y Europa del Este todavía en remisión. Las economías emergentes de Asia crecerán un 5% en 2025, tres décimas menos que en 2024, con China creciente a ritmos del 4,5% (frente al 4,8% en 2024), mientras que los países en desarrollo de Europa crecerán un 2,2%, un punto menos.
Mientras estas regiones frenarán, pasará lo contrario en Latinoamérica y Caribe, que pasará de un crecimiento del 2,1% al 2,5%; Oriente Medio y Asia Central (del 2,4% al 3,9%), y el África subsahariana, donde el impulso económico pasará del 3,6% al 4,2%.
La economía mundial crecerá un 3,2% en 2025, según el FMI
Inflación
Una de las claves del crecimiento económico es el control de la inflación y el cambio en las políticas monetarias por parte de los bancos centrales. Las bajadas de tipos de interés que se han sucedido a lo largo de 2024 responden precisamente a una necesidad de estimular las economías, con mercados de trabajo como el estadounidense no creciendo a la velocidad esperada. La vuelta de Donald Trump a la Casa Blanca, sin embargo, puede poner en peligro este equilibrio, a través de los aranceles y las deportaciones masivas que minen la fuerza de trabajo del país, lo que “puede incrementar la inflación de nuevo”.
El FMI se mantiene optimista sobre la evolución de la inflación en 2025: “la batalla mundial contra la inflación está prácticamente ganada, a pesar de que en algunos países persisten presiones sobre los precios”, apunta el organismo. Tras alcanzar un máximo del 9,4% interanual en el tercer trimestre de 2022, ahora se proyecta que la tasa de inflación general se sitúe en el 3,5% para finales de 2025.
Austeridad fiscal
El año 2025 también podría ser el del fin de la era keynesiana abierta en las economías globales tras el impacto de la pandemia. Tras varios años marcados por el aumento del gasto público, llega de nuevo la austeridad y la disciplina fiscal con la elección de políticos que apuntan en esa dirección.
En Brasil, el actual presidente Lula da Silva ya ha anunciado recortes de hasta 12.000 millones de dólares, mientras que Reino Unido ha publicado el primer presupuesto del recién electo ejecutivo laborista, en el que prevé recaudar hasta 40.000 millones de libras esterlinas a base de impuestos para reducir el déficit fiscal del país. Todo mientras Javier Milei abandera la política de austeridad “más dura del mundo”.
Egopolítica y proteccionismo
El mundo se ha convertido en un lugar más imprevisible: si el año 2024 fue el de las urnas, con casi la mitad de la población mundial participando en un proceso electoral, en 2025 llega el momento de que todos los ejecutivos electos pongan en marcha sus promesas y políticas económicas. Desde el inicio del primer mandato de Javier Milei como presidente de Argentina a principios de año, a la segunda victoria de Donald Trump a finales del mismo en Estados Unidos, el mundo entra ahora en un año marcado por el personalismo y el fin de los consensos.
El mundo ha votado, y lo ha hecho en muchos casos desde la rabia o el miedo, avisa el Cidob, Barcelona Centre for International Affairs, en su análisis El Mundo en 2025. En un mundo cada vez más difícil de predecir, el centro ha destacado la vuelta de Trump al poder como un signo del triunfo del personalismo en los gobiernos. A través del término egopolítica, Carme Colomina, coordinadora del texto e investigadora del Cidob, prevé que las nuevas políticas mundiales giren en torno al narcisismo, potenciando todavía más las tendencias individualistas de los estados.
La vuelta de Trump a la Casa Blanca ha venido acompañada de la victoria de Calin Georgescu en Rumanía, Nayib Bukele en El Salvador o Narendra Modi en India. Estos ascensos han terminado por sellar el proteccionismo como la gran tendencia económica de este nuevo año, que con apenas dos días de vida ya arrastra el anuncio de aranceles a China, México y Canadá de Estados Unidos, el fin de la ley de minimis en Sudáfrica o las políticas de seguridad económica de la Unión Europea.
Donald Trump ejemplifica el triunfo de las políticas personalistas en todo el mundo
“En 2025 la Organización Mundial del Comercio cumple 30 años, y lo hace con la amenaza de una guerra comercial en el horizonte que refleja el estado de crisis que atraviesa”, alerta el análisis del Cidob. La tendencia a cerrar fronteras, aunque global, está protagonizada especialmente por los países más desarrollados, y serán los vínculos entre países, avanza Víctor Burguete, investigador sénior en geopolítica global y seguridad del centro, los que sustituirán a los bloques económicos tradicionales.
El mundo se torna más multilateral, en el que la batuta de Estados Unidos ya no marca el son del resto. Los países del sur global están cada vez más presentes en el tablero, y lo hacen con un marco propio alejado del tradicional escenario de Occidente, explican desde el Cidob. “Son más y son más heterogéneos, y la deriva es cada vez hacia un mundo menos cooperativo y más competitivo”, resalta el informe.
Militarización al alza
La seguridad y, por ende, el gasto militar, se convertirán en un elemento crucial para cualquier economía. Según el Instituto Internacional de Estudios para la Paz de Estocolmo (Sipri), en 2025 el mundo alcanzará su cifra récord de gasto militar, potenciado, de nuevo, por el retorno de Trump, “que pone en duda la fiabilidad de Estados Unidos como pilar de la seguridad europea”.
“A medida que crece la confrontación entre grandes potencias globales, los esfuerzos de multialienamiento que muchos países están intentando llevar a cabo, con la seguridad como núcleo central, se vuelven cada vez más complejos”, reitera el Cidob en su informe.
Tecnología y sostenibilidad
La tecnología y la sostenibilidad volverán a repetir como grandes protagonistas del recién comenzado 2025. La competición tecnológica entre China y Estados Unidos ha sido precisamente el pistoletazo de salida de la guerra comercial entre ambos, con los primeros aranceles anunciados sobre coches eléctricos provenientes de la potencia asiática. La entrada de Elon Musk a la Casa Blanca como parte del equipo de Trump remarca la importancia de este sector, como una simbiosis cada vez mayor entre el Pentágono y Sillicon Valley, mientras que la UE ha empezado a plantearse la efectividad de la regulación existente en materia de tecnología.
“Tenemos que prepararnos para un mundo cálido”, alertaban los expertos del Cidob. 2024 se ha alzado como el año más cálido de la historia, además del primero en el que la temperatura media supere en más de 1,5 grados los niveles preindustriales, el gran reto a evitar por el Acuerdo de París. El coste de mitigar los efectos del cambio climático se estima que lleguen a entre 5 billones y 6,8 billones de dólares hasta 2030, y mientras las nuevas economías en desarrollo lideran la implementación de energías renovables, las viejas potencias europeas “luchan contra un debate entre sus intereses climáticos y económicos”.