Entorno

La crisis del Mar Rojo remata al consumo: vuelve el demonio de la inflación

El consumo debilitado por la inflación se enfrenta ahora a otro enemigo, las tensiones en la cadena de suministro, que amenazan con incrementar los costes de transporte y azuzar las subidas de precios que empezaban a aminorar. 

La crisis del Mar Rojo remata al consumo: vuelve el demonio de la inflación
La crisis del Mar Rojo remata al consumo: vuelve el demonio de la inflación
En las últimas semanas, las rebeldes hutíes de Yemen han multiplicado los ataques sobre los buques mercantes que pasan por el Mar Rojo para cruzar el Canal de Suez como consecuencia de la crisis en Gaza.

M. Tamayo

17 ene 2024 - 05:00

Mientras los líderes mundiales se reúnen en medio de los nevados Alpes suizos, las disrupciones que continúan en el Mar Rojo amenazan con tensar (otra vez) la economía y despertar el demonio de la inflación, que apenas empezaba a desaparecer, por el incremento en los costes del transporte.

 

El último ataque de los rebeldes hutíes contra un buque mercante mientras intentaba cruzar el Canal de Suez se produjo ayer y las navieras ya señalan un impacto en los precios. “El coste de las mercancías procedentes de Asia que entren en Europa será significativamente más alto” confirmó ayer a Reuters el director financiero del operador portuario y de carga qatarí, DP World, Yuvraj Narayan, añadiendo que “los consumidores europeos sufrirán las consecuencias… afectará más a las economías desarrolladas que a las economías en desarrollo”.

 

El ejecutivo secundaba las declaraciones del propio primer ministro de Qatar, que apuntaba a un repunte de los precios de la energía a causa de las disrupciones en la cadena de suministro. “El gas natural licuado (…), al igual que todas las demás mercancías, se verá afectado” por la “peligrosa escalada” en el mar Rojo, frente a las costas de Yemen, aseguraba el mandatario en una de las conferencias organizadas por el Foro Económico Mundial.

 

 

 

 

Además, Reuters recoge que dos directivos de grupos bancarios internacionales declararon en privado en Davos que les preocupaba que la crisis pudiera provocar presiones inflacionistas que, en última instancia, retrasaran o revirtieran los recortes de los tipos de interés y pusieran en peligro las esperanzas de un aterrizaje suave de la economía estadounidense. La agencia británica recoge que el impacto en las empresas es cada vez mayor y que las primas de los seguros de riesgo de guerra para los envíos a través del Mar Rojo están subiendo.

 

En las últimas semanas, las rebeldes hutíes de Yemen han multiplicado los ataques sobre los buques mercantes que pasan por el Mar Rojo para cruzar el Canal de Suez como consecuencia de la crisis en Gaza. Si para evitar el peligro las navieras optan por desviarse por el cabo de Buena Esperanza en lugar de cruzar el Mar Rojo, la ruta se alarga de unos diez días, y aumenta los costes, lo que puede volver a generar una subida de precios.

 

El gigante del consumo Ikea ya ha alertado en el foro de Davos que la vuelta de las presiones inflacionistas y la tensión a la cadena de suministro afectarán al negocio, a pesar de que seguirán en su estrategia de bajar precios. “No es un año para optimizar beneficios”, ha asegurado el consejero delegado de Ingka Group durante su participación en el foro de Davos.

 

El incremento de costes llega en un momento de una tímida recuperación de la confianza del consumidor en España y Europa, con la inflación relajándose respecto a los máximos alcanzados en 2022, aunque todavía por debajo de la media histórica. En el caso de España, la confianza se situaba en noviembre en 76,7 puntos, tras incrementar 6,2 puntos en un mes, tanto por la mejora de la sensación actual como de las perspectivas.

 

A pesar de la leve mejora, la alta inflación no ha permitido al consumo seguir creciendo. Durante el llamado Golden Quarter 23/24 (los meses de mayor consumo para los retailers: noviembre, diciembre y enero) el consumo siguió resentido con “elevada inflación, subida de tipos de interés e incertidumbre geopolítica”, según recoge en su informe la consultora Kpmg. Aunque añadía que el ahorro embalsado durante la pandemia junto a la vuelta del turismo y el empleo sólido han hecho aguantar el consumo, que encadena diez meses de contribución positiva al Producto Interior Bruto (PIB).

 

En Estados Unidos, la demanda también se está moderando. El gasto de los consumidores aumentó moderadamente en octubre a pesar de que el incremento de la inflación fue el menor en más de dos años y medio, dato que desde la Reserva Federal achacan a un enfriamiento de la demanda.

 

 

 

 

El consumo más tímido ya se estaba sintiendo entre retailers del sector de la moda, los primeros en reducir sus ingresos ante un recorte del gasto por parte de los consumidores. Compañías estadounidenses como Victoria’s Secret, Guess, Bath&Body Works, Tapestry, Columbia, Levi Strauss, PVH o Estée Lauder protagonizaron una oleada de profit warning a final de año al recortar expectativas, aludiendo a factores como la “inestabilidad internacional” o la debilidad del llamado “cliente aspiracional” en Estados Unidos.

 

En Europa, los pure players Zalando o MyTheresa también han reducido previsiones, así como Dr. Martens, que lo justificó por retrasos en sus centros de distribución y la caída de ventas en sus tiendas propias. También el low cost está recortando previsiones. La polaca Pepco redujo en septiembre sus previsiones para el cierre de año, y Primark reestructuró su negocio en Alemania tras no obtener los resultados esperados.

 

El recorte está afectando también a sectores más resilientes como las empresas de telecomunicaciones, que han anunciado más de 80.000 despidos durante el año, y sólo en España los ceses por causas económicas o productivas se dispararon hasta superar la barrera de los 300.000. En el mercado de la vivienda, se espera un primer periodo de 2024 marcado por una ralentización en la subida de precios y de los tiempos de compraventa, según el informe publicado esta semana por Sociedad de Tasación.