Manual de juego económico para triunfar en la nueva jungla geopolítica de 2023
BlackRock ha anunciado el fin de una era económica, la de la Gran Moderación, dando entrada a tiempos convulsos teñidos de riesgos políticos que hay que enfrentar con la cartera diversificada y listos para una inflación permanente.
16 dic 2022 - 05:00
Nueva era, nueva estrategia. En un año plagado de incertidumbre y hechos inesperados, gestoras y bancas de inversión se han lanzado a realizar su propia hoja de ruta para guiar los pasos de directivos y empresarios en el nuevo marco de 2023. Para no dar un paso en falso, los analistas llaman a fijarse en la alta inflación, la subida de tipos de interés y las altas probabilidades de recesión, todo sin olvidar el invitado de honor dispuesto a revolucionar el sistema: la geopolítica.
Para BlackRock, 2022 ha sido la entrada a un nuevo orden mundial y ha traído consigo el ambiente más tenso desde la Segunda Guerra Mundial, rompiendo con la era posterior a la Guerra Fría. “Vemos la cooperación geopolítica y la globalización, evolucionando hacia un mundo fragmentado en competencia”, asegura la gestora de fondos.
Ante la elevada inflación que se seguirá produciendo, Goldman Sachs asegura que “permanece preocupado” por los choques políticos y geopolíticos que podrían afectar la economía mundial a través de “una mayor incertidumbre, condiciones financieras más restrictivas o efectos negativos en la oferta de materias primas”. En concreto, la banca de inversión coloca los puntos rojos en la guerra en Ucrania y la inestabilidad de Oriente Próximo.
Aunque esta nueva era no tenga aún un nombre, BlackRock se ha encargado de bautizar los últimos cuarenta años de historia económica como la Gran Moderación. La gestora advierte que las últimas décadas de actividad e inflación estable han quedado atrás y se requiere un nuevo “libro de jugadas” para las nuevas inversiones.
“Las valoraciones de acciones aún no reflejan el daño que se avecina”, afirma BlackRock
Para los inversores que puedan alegar una cierta estabilidad en el mercado, la gestora alerta que “las valoraciones de acciones aún no reflejan el daño que se avecina”. Para este nuevo escenario menos estable, las estrategias de inversión han de ser más agiles, con cambios de cartera más frecuentes centrándose en sectores, regiones y segmentos, en lugar de una exposición general.
En esta línea, JP Morgan está reduciendo su previsión de beneficios por acción (BPA) del índice S&P 500 para 2023 de 225 dólares a 205 dólares, por debajo del consenso, debido al debilitamiento de la demanda y de la capacidad de fijación de precios, a una mayor compresión de los márgenes y a una menor actividad de recompra de acciones.
Aunque con una volatilidad elevada dada por segura, las subidas y bajadas de esta hipótesis de base dependerán en gran medida de la profundidad y duración de la recesión y de la rapidez de la respuesta de los bancos centres, en concreto de la Reserva Federal.
Los analistas no se olvidan de China y BlackRock alerta que la competencia estratégica entre la primera y la segunda guerra mundial se ha intensificado. “El reciente congreso del partido chino fue un acontecimiento crucial, tanto política y económicamente”, insiste la gestora, que llama a fijarse en que el país está dispuesto a restarle importancia al crecimiento económico en busca de autosuficiencia en energía, alimentos y tecnología.
¿Tambores de recesión?
Las opiniones sobre si el mundo se acerca a una contracción económica son variadas entre los analistas. Aunque ninguno descarta la probabilidad de que la economía mundial entre en una leve recesión, en palabras del manual del inversor de BlackRock: “se enuncia una recesión y los signos de ralentización están emergiendo”, debido a las políticas restrictivas impuestas por los bancos centrales.
Desde JP Morgan advierten a los inversores que se abrochen los cinturones porque “veremos una combinación de mayor debilidad económica, aumento del desempleo, volatilidad de los mercados, descenso de los niveles de activos de riesgo y caída de la inflación”.
Para Goldman Sachs, la recesión se encuentra a las puertas del conjunto de Europa en contraste con un Estados Unidos muy resiliente. El crecimiento global en 2023 será del 1,8%, sostenido con un alza del 1% en Estados Unidos, mientras que la zona euro el Producto Interior Bruto (PIB) descenderá un 0,1% lastrado por una caída del 0,6% en Alemania. El mayor tropiezo de entre las grandes economías del globo se lo llevará Reino Unido, con un recorte del PIB del 1,2%.
Los expertos coinciden en contar con una inflación elevada, aunque seguirá sin afectar el empleo. La explicación que da al respecto la banca de inversión estadounidense es que el clico económico actual es diferente a los anteriores periodos de inflación debido al recalentamiento del mercado de trabajo tras la pandemia y al impacto desinflacionista de la reciente normalización de la cadena de suministro.