2023, la IA entra en el armario de la moda

Una imagen del Papa Francisco con un llamativo abrigo blanco de Balenciaga dio la vuelta al mundo en cuestión de horas el pasado abril. Bautizado como El Papa Balenciaga, el archivo hizo escandalizarse a unos y despertó la simpatía de otros hasta que se destapó el secreto: la imagen había sido creada con Inteligencia Artificial (IA) generativa por Midjourney y propagada gracias a Twitter y TikTok. Entre la fascinación y el miedo, la IA se ha hecho ya un hueco entre el gran público y se ha colado, también, en las empresas. Conceptos como la IA generativa o el machine learning han pasado de ocupar los despachos de Silicon Valley y los laboratorios del Massachusetts Institute of Technology (MIT) a ganarse su propio hueco en el mercado. ChatGPT, que en 2023 ha cumplido su primer año de vida, es quizás la herramienta de IA generativa más popular entre el público general, pero la lista es creciente e incluye otras como GPT-3.5, Dall-E o Stable Diffusion.

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La IA generativa se emplea ya en la moda para agilizar y optimizar procesos y abaratar costes. La IA generativa es una rama de la IA que, a diferencia de la tradicional, genera contenido original a partir de un entrenamiento preexistente. Al contrario de los modelos de deep learning anteriores, los actuales pueden procesar grandes cantidades de datos desestructurados para producir contenido de alta calidad en todo tipo de formatos: de códigos a textos completos, diseños en 3D o imágenes realistas que pueden emplearse en campañas publicitarias. Las aplicaciones popularizadas en el último año, como ChatGPT, parten de los llamados modelos fundacionales, que son la materia prima, el cerebro de la IA generativa.

Las aplicaciones como ChatGPT se usan con diferentes fines en moda.

A diferencia de otras aplicaciones aparentemente revolucionarias, su implementación y su desarrollo avanza a toda velocidad. En el caso de la moda, uno de los mayores potenciales de la IA generativa se encuentra en el área de producto. Herramientas especializadas como Cala, Designovel y Fashable, además de las generalistas como Stable Diffusion o Midjourney, permiten convertir dibujos y moodboards en diseños 3D de alta calidad, sobre los que se pueden probar variaciones en un solo click.

Un diseñador puede generar rápidamente versiones de un mismo vestido, analizar grandes cantidades de datos para detectar tendencias o ver varias opciones de estampados florales con sólo pedírselo a la máquina. Mango lleva construyendo sus propias plataformas de IA tradicional desde 2018, igual que Desigual, que ha comenzado ya a probar la generativa. La IA también tiene aplicaciones en otras áreas creativas, como el márketing. Etam fue una de las primeras empresas en lanzar una campaña desarrollada íntegramente con IA, con modelos que no existían y una fotografía que nunca ocurrió.

Diseño, márketing, asistencia al cliente o traducciones son algunas de las aplicaciones más comunes de la IA

Uno de los casos de uso con mayor potencial se encuentra en los asistentes personales de texto o de voz. Ahora, los consumidores pueden plantearle a la IA que buscan un conjunto para viajar y esta sabe en qué época del año hace viento en su destino o el calzado adecuado para recorrerlo. Otra aplicación mucho más sencilla y que en España están probando ya muchos operadores, incluidas pymes, es la traducción o la descripción automática de productos para las fichas de la web, algo que puede hacerse incluso con las aplicaciones gratuitas en su función más sencilla.

Por el momento, el principal impacto de la IA generativa en las cuentas de pérdidas y ganancias está en la productividad y la rentabilidad. En el caso de la moda, McKinsey estima que, en los próximos de tres a cinco años, la IA generativa podría sumar entre 150.000 millones y 275.000 millones de dólares de beneficio operativo. Junto a las oportunidades, el uso de la IA generativa presenta también numerosos riesgos propios de una tecnología emergente. Para la moda, uno de los principales es la protección de datos, especialmente si se usa una plataforma externa, y la propiedad intelectual, que está por regular. De momento, la Unión Europea (UE) es el único territorio que se ha dotado de una ley integral para regular el uso de la IA.