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Mapa de la moda 2019 (III): Las ‘perlas’ del lujo internacional

El sector mantiene su esplendor a pesar del momento convulso que viene el negocio. El podio de los grandes del lujo se mantiene estable mientras que las posiciones inferiores de la tabla han sufrido alguna variación.

Jaime Cevallos

14 may 2019 - 04:57

Mapa de la moda (III): Las ‘perlas’ del lujo internacional

 

 

En un contexto de cambios acelerados, incertidumbre y transformación radical del sector, ni si quiera los grandes tienen su lugar asegurado en el olimpo de la moda. Por octavo año consecutivo, Modaes.es vuelve a realizar la serie El Mapa de la Moda, que realiza un recorrido por los principales operadores del sector y su evolución durante el último ejercicio. 
  
¿Quién lidera el negocio de la moda infantil? ¿Quién pierde posiciones en los grandes almacenes? ¿Se mantiene el 
top 3 de la gran distribución?  


Patrocinado por Mixer&Pack, El Mapa de la Moda es un documento de consulta para los empresarios, directivos y profesionales del negocio de la moda y de sus sectores auxiliares. Cada capítulo figurará en Modaes.es como un artículo de análisis, para más tarde pasar a formar parte de un Dossier de consulta disponible en Modaes.es.

 

 

 

 

El lujo mantiene su esplendor a pesar de los cambios que se han producido en el mercado. Los titanes del sector han continuado con los procesos de cambio que iniciaron años atrás con la finalidad de adaptarse a los nuevos hábitos que han adquirido los consumidores. Fichajes, compras de marcas y procesos de rebranding se han convertido en parte de las estrategias que están aplicando las empresas del sector para seguir manteniendo sus posiciones en un mercado cada vez más competitivo.

 

En el ránking de 2019, Chanel ha ganado tres posiciones tras publicar sus resultados por primera vez en la historia, que han permitido ratificar el influjo que la empresa tiene en el mercado global del lujo.

 

Mientras tanto, LVMH sigue encabezando la clasificación en el Mapa de la Moda del lujo, justo cuando se intuye que su presidente, Bernard Arnault, está planificando el relevo generacional.

 

En tanto que, empresas de joyería como como Chow Tai Fook o Tiffany se han ganado una vez más un lugar en el ránking, lo mismo que el perfumista Puig, que ha seguido creciendo a golpe de chequera, incrementando más compañías a su estructura y adelantando una posición.

 

En esta ocasión, Michael Kors aparece en la clasificación con el nombre de Capri, que es la denominación que adoptó tras cerrar la compra de Versace. Sin embargo, el nuevo conglomerado estadounidense del lujo ha perdido una posición frente a Tapestry, uno de sus principales rivales.

 

 

LVMH, firme en el trono

 

 

 


LVMH continúa siendo el rey en el ránking global de las marcas de lujo. El conglomerado pilotado por Bernard Arnault afianzó su dominio en el mercado, tanto a golpe de talonario como a través de asociaciones estratégicas que le permitieron entrar en nuevos segmentos de mercado.

 

El proceso de crecimiento del grupo no se detuvo en el año en que Bernard Arnault comenzó a pensar en el relevo generacional. A principios de 2018, el presidente de LMVH cedió a dos de sus hijos, Delphine y Antoine Arnault, paquetes accionariales con un valor de 366 millones de euros.

 

En los primeros días de 2019, el grupo francés incorporó a Delphine Arnault al consejo de LVMH, convirtiéndola en la segunda mujer dentro de ese organismo, después de Chantal Gaemperle, directora de recursos humanos.

 

LVMH también siguió tomando el control del aprovisionamiento y formó una joint venture con la empresa italiana de óptica Marcolin, con la que puso en funcionamiento una fábrica de gafas que, en la actualidad, fabrica al año más de 1,5 millones de piezas de las marcas Céline, Loewe y Fred. En paralelo, el grupo inició su verticalización en el sector de la óptica, con la puesta en marcha en París de la primera tienda Dior, dedicada a las gafas de sol y de vista, exclusivamente.

 

El conglomerado francés también siguió con su proceso de expansión a escala global, teniendo entre sus objetivos a España. El grupo abrió en octubre su primera tienda de Fendi en el país, en Paseo de Gracia de Barcelona, donde ya tenía puntos de venta de Céline y Kenzo. Además, puso en marcha en Madrid el primer establecimiento de Chaumet en el mercado español.

 

LVMH engordó su cartera de marcas y compró una participación mayoritaria de la histórica firma francesa Jean Patou y, acto seguido, fichó a Guillaume Henry, ex responsable creativo Nina Ricci, como director artístico.

 

 

Kering, adiós a los activos no estratégicos

 

 

 


En el ejercicio 2018, Kering continuó con su estrategia de desinversión en activos no estratégicos para centrarse sólo en el negocio del lujo, que es el corazón del grupo liderado por François-Henri Pinault.

 

En su memoria anual, el conglomerado asegura que el mercado de bienes de lujo tiene un futuro brillante gracias al crecimiento de las economías emergentes y el acceso de los consumidores a marcas globales a través de las nuevas tecnologías.

 

De este modo, si en marzo de 2018 Kering se deshizo de Stella McCartney, el pasado abril oficializó su salida de Puma y puso en venta Volcon, firma especializada en ropa de skate, surf y snow, que finalmente ha pasado a manos de Authentic Brands Group. El proceso de reorganización de la cartera de marcas del grupo siguió con la de diseñador Tomas Maier, que echó el cierre en junio tras bajar las persianas de las dos tiendas que tenía en Estados Unidos.

 

El grupo también reorganizó la cúpula de algunas de sus marcas, como es el caso de la italiana Brioni, en la que incorporó a Norbert Stumpfl, un ex de Balenciaga y Lanvin, como director creativo. Kering, además, fichó a Massimiliano Brunazzo como consejero delegado para pilotar Bottega Veneta en Europa, Oriente Medio y África.

 

Dentro de la cartera de marcas de Kering, Gucci continúa siendo la gran estrella del grupo. El año pasado, el hólding de François-Henri Pinault se trazó como objetivo llevar a la marca hasta los 10.000 millones de euros a corto plazo, mediante una estrategia que combina el impulso de las licencias, la red tiendas y la plataforma de ecommerce.

 

En este contexto, Kering decidió romper con Yoox Net-a-Porter (Ynap), con quien tenía una joint venture que gestiona las plataformas de ecommerce de Gucci, Saint Laurent y Bottega Veneta. El grupo retomará la gestión de las tiendas online de sus diferentes firmas a partir de 2020 con el fin de fortalecer su estrategia omnicanal.

 

 

Richemont, digitalización para mantenerse en el ‘top 3’

 

 

 


Richemont ha vivido en primera fila la crisis a la que se enfrenta el negocio de la relojería, su principal fuente de ingresos, pero el grupo ha reaccionado rápido volcándose en la digitalización para consolidarse en el tercer puesto del ránking.

 

En el contexto de su ofensiva digital, la compañía adquirió Watchfinder, una plataforma online dedicada a la compraventa de relojes de segunda mano. Además, Richemont recuperó el control total de Yoox Net-a-Porter (Ynap) con la compra del 51% de las acciones, alcanzando el 95% del capital en propiedad. Tras esa operación, el grupo sacó a Ynap del parqué, ya que cotizaba en la bolsa de Milán.

 

El grupo también decidió apostar por el online para atacar el mercado chino, donde el consumo de artículos de lujo va a creciendo. Así, Richemont creó una joint venture con el gigante Alibaba para introducir Ynap en el gigante asiático.

 

El grupo, pilotado por la familia Rupert, recuperó la figura de consejero delegado al ascender a Jérôme Lambert, hasta ese momento director de operaciones, a primer ejecutivo. De este modo, rompió con la bicefalia que había implantado en 2016.

 

Richemont también redobló su apuesta por la moda, con la creación del puesto de responsable de casas de moda y accesorios, en el que colocó a Eric Vallat, un ejecutivo con amplia experiencia en el sector, ya que antes trabajó en Louis Vuitton, Christian Dior Couture, Bonpoint y JM Weston.

 

Además, el conglomerado suizo realizó otro movimiento estratégico, desprendiéndose de activos poco rentables como Lancel, su marca de artículos de piel que pasó a manos del grupo italiano Piquadro.

 

Richemont también siguió creciendo con retail y 2018 se convirtió en el año en que introdujo por primera vez en Europa TimeVallée, su cadena multimarca de relojería. El establecimiento en el continente se ubica en el centro de El Corte Inglés de la Avenida Diagonal, en Barcelona.

 

 

Chanel, el ejercicio en que desveló sus cuentas

 

 

 


Chanel revolucionó el ránking del lujo tras revelar su cifra de facturación por primera vez en la historia. La empresa informó que en 2017 ingresó 9.620 millones de dólares (8.558 millones de euros), un 11% más que en 2016. El crecimiento estuvo motivado por el alza de las ventas en la zona Asia Pacífico, pero también por el comportamiento del mercado en Europa.  El beneficio operativo, por su parte, se situó en 2.690 millones de dólares (2.323 millones de euros).

 

Hasta ese momento, el volumen de ventas de Chanel se estimaba a partir de las cuentas de Chanel International BV, una sociedad holandesa en la que se incluyen también otros negocios de los hermanos Wertheimer, los dueños de la firma.

 

Por otro lado, la compañía francesa de lujo estrenó un hub financiero en Londres, a pesar de las incertidumbres generadas por el Brexit. Chanel trasladó a la capital británica medio centenar de empleados que estaban basados en Nueva York.

 

La empresa, además, continuó creciendo a golpe de chequera, comprando marcas como Orlebar Brown, especializada en bañadores para hombre. En paralelo, el grupo continuó tomando el control de los proveedores. El pasado agosto, a través de una de sus sociedades, Chanel se hizo con la empresa española de curtiduría Colomer Leather Group y, poco después, tomó el control del fabricante suizo de relojes Montres Journe.

 

A finales de 2018, la compañía de lujo francesa, a través de Chanel Parfums Beauté, entró en el capital de empresa finlandesa Sulapac, especializada en packaging fabricado a partir de materiales biodegradables. La operación, según explicó Chanel, se enmarcó en su estrategia destinada a apostar por la sostenibilidad. En este mismo contexto, Chanel eliminó el uso de las pieles en todas sus colecciones.

 

En 2019, la compañía sufrió una de las mayores pérdidas de su historia: Karl Lagerfeld, su director creativo durante 36 años, falleció el pasado febrero.

 

 

Chow Tai Fook, miedo ante la guerra comercial

 

 

 


Chow Tai Fook, el Tiffany asiático, se ha consolidado como el primer grupo joyero a escala mundial cuando está a las puertas de cumplir noventa años de historia. La facturación del grupo se concentra en China continental, principalmente, donde contaba con 2.682 puntos de venta a 30 de septiembre de 2018.

 

La compañía también ha extendido su huella a otros mercados asiáticos como Macao, Malasia, Taiwán, Korea o Japón. Sin embargo, todavía tiene una asignatura pendiente, que es su entrada en los mercados occidentales, donde su presencia es testimonial, ya que sólo opera tres puntos de venta en Estados Unidos.

 

La empresa continúa impulsando su estrategia ecommerce, comercializando sus productos mediante su propia tienda online. Sin embargo, Chow Tai Fook ha ido ganado terreno en plataformas como T-mall o Jd.com.


Además, Chow Tai Fook ha reconocido que está tomando medidas para enfrentar los posibles efectos adversos que se puedan generar de las tensiones comerciales entre China y Estados Unidos, que se dispararon el año anterior. “No obstante, seguimos siendo optimistas sobre el medio y largo plazo”, según ha afirmado Henry Cheng Kar-Shun, presidente del grupo, en su memoria corporativa.

 

En la actualidad, la compañía china se encuentra inmersa en el desarrollo de un plan estratégico a tres años vista, que se denomina Smart+2020, el cual está centrado en cinco áreas: productos y marcas, retail, personalización de los productos, cultura empresarial y diferenciación. En este contexto, la empresa ya ha puesto en marcha una aplicación que permite a los usuarios personalizar sus joyas.


En paralelo, Chow Tai Fook ha emprendido la modernización de su cadena de suministro con el objeto de ganar velocidad y aprovechar las oportunidades que se puedan presentar en el mercado a lo largo del año y, de este modo, continuar manteniendo su posición de liderazgo en el sector de la joyería.

 

 

Hermès, Asia Pacífico motor del grupo

 

 

 


Hermès ha bajado a la sexta posición del Mapa de la Moda debido al salto de Chanel tras divulgar los resultados. A pesar de ello, el grupo francés goza de buena salud, al registrar un alza de su beneficio del 15% en 2018, hasta 1.405 millones de euros y unas ventas de 5.966,1 millones de euros, un 7,5% más.

 

La evolución de la facturación de la empresa obedece, en buena parte, al favorable aumento de las ventas en la zona Asia Pacífico, excluyendo Japón, donde su cifra de negocio alcanzó los 2.142,4 millones de euros en 2018, lo que supuso un aumento del 10,1% respecto a 2017.

 

Precisamente para hacer frente a la demanda del mercado asiático, Hermès sigue invirtiendo en músculo productivo, estrategia que viene desarrollando desde hace algunos años. Así, la empresa puso en marcha un taller dedicado a la producción de piel en la localidad de Allenjoie, con la que sumó tres centros productivos en esa zona y un total de dieciséis en toda Francia.

 

La fortaleza de Hermès también le sirvió para introducirse entre las cuarenta mayores empresas cotizadas de Francia, al empezar a figurar en el índice CAC 40. Desde junio, la compañía de moda ocupa el lugar del fabricante de cemento LafargeHolcim.

 

Hermés también ha reforzado su área de gobierno ampliando su consejo de administración a nueve miembros con la incorporación de Catherine Fulconis, que entró en la empresa en 2006 como directora general de perfumes y, en 2015, se convirtió en la responsable de la división de marroquinería. En la actualidad, la ejecutiva es la única mujer en el consejo.


En paralelo, el grupo amplió las funciones de Qilfried Guerrand, miembro del comité ejecutivo desde 2014 y que ahora tiene más responsabilidades. El directivo, que venía liderando la dirección general de Hermès Femme, también se encarga de pilotar Hermés Homme, la división textil y del hogar de la empresa y la dirección de sistemas de información.

 

 

Ralph Lauren, diversificación y tecnología para seducir al consumidor

 

 

 


Ralph Lauren continuó recogiendo los frutos de su reestructuración después de salir de los números rojos en 2017, que fue el año en que bajó las persianas de su buque insignia en la Quinta Avenida de Nueva York. La compañía concluyó el ejercicio 2018 con un resultado neto de 162,8 millones de dólares. La cifra contrasta con las pérdidas de 99,3 millones de dólares que había registrado un año atrás.

 

En 2018, el grupo ha trazado una nueva hoja de ruta, bautizada como Writing our next great chapter, con el objetivo de alcanzar un crecimiento medio anual de entre un 5% y un 10% a tipos constantes hasta 2023. Para lograr su propósito, Ralph Lauren pretende seducir y captar a una nueva generación de consumidores, haciendo hincapié en el desarrollo de artículos básicos e introduciendo en el mercado nuevas categorías de productos.

 

En el último año, la empresa incrementó su presupuesto para márketing en un 18% con el objetivo de fortalecer la marca. En este contexto, Ralph Lauren lanzó una edición limitada de la colección Winter Stadium con la única finalidad de llegar a un nuevo target de clientes.


La compañía también ha ampliado su consejo para llevar a cabo su proceso de transformación, incorporando a Linda Findley Kozlowski, responsable de operaciones en el marketplace Etsy.

 

Ralph Lauren, además, ha tirado de viejos conocidos dentro de esta nueva etapa, y recuperó Sadie Tew como directora de retail propio para Europa, Oriente Medio y África. La ejecutiva había trabajado hace una década en la empresa estadounidense, gestionando los outlets de la compañía en esa misma zona.

 

En paralelo, Kevin Carrigan, director de mujer de Chaps y Lauren, abandonó la compañía a principios de 2019 de manera sorpresiva, dos años después de su fichaje. El directivo procedía de Calvin Klein.

 

 

Tapestry, lujo con base en Nueva York

 

 

 


Tapestry sigue adelante con su plan de convertirse en el “primer grupo de marcas de lujo modernas basado en Nueva York”. La empresa completó en 2018 la adquisición de Kate Spade, en una operación que había arrancado en 2017. A continuación, el hólding selló la compra de las operaciones de Kate Spade en Singapur, Malasia y Australia, con la finalidad de tomar el control global de la marca.

 

En paralelo, Tapestry dio un paso similar con Stuart Weitzman y adquirió los negocios de la marca de calzado en el sur de China, que hasta el pasado año estaban en manos de un operador local.

 

Para encarar esta nueva fase de crecimiento, el grupo retocó la dirección de sus marcas. Tapestry fichó a Anna Bakst, ex de Michael Kors, como nueva consejera delegada de Kate Spade. Antes, la ejecutiva había trabajado para Donna Karan Internacional durante doce años.

 

El hólding de moda también realizó cambios en la dirección de Stuart Weitzman. En este contexto, el grupo fichó a Eraldo Poletto, ex de Salvatore Ferragamo, como director ejecutivo y presidente para la marca.

 

Tapestry también reordenó su cúpula en España, donde nombró a José Alfredo Flores, ex de Pepe Jeans y de Bershka, como nuevo responsable de las operaciones del grupo. Además, el grupo trasladó la filial que tenía en Madrid a Petrer, con la finalidad de acercarla a las fábricas de calzado de Alicante.

 

En el marco de esta estrategia, la compañía continúa evaluando nuevas fuentes de suministro con la finalidad de mejorar los procesos de fabricación y, de manera paralela, reducir la producción en mercados donde los precios se hayan elevado.

 

Tapestry también sigue inmerso en un proceso de mejora tecnológica con la introducción de un sistema de planificación de recursos empresariales (ERP), cuya implantación total finalizará en 2019. En el área de márketing, el grupo invirtió 228,4 millones de dólares, frente a los 178,3 millones de dólares que destinó a este tipo de tareas en 2017.

 

 

Capri, más grande con Versace

 

 

 


Un nuevo conglomerado de moda premium echa a andar en Estados Unidos. Michael Kors compró Versace y cambió de nombre a Capri, para dar mayor identidad a su conglomerado integrado por Michael Kors y Jimmy Choo.

 

El grupo fue uno de los protagonistas del año, al comprar la totalidad de la marca italiana por 1.830 millones de euros, con el objetivo de convertirse en uno de los mayores grupos de distribución de moda de lujo del mundo.

 

Con esa adquisición, las previsiones de Capri pasan por alcanzar una facturación anual de 8.000 millones de dólares a medio plazo, de los cuales, 5.000 millones los aportará Michael Kors, 2.000 millones Versace, y 1.000 millones Jimmy Choo.

 

Capri cree que las tres marcas le permitirán ganar más peso en el mercado asiático, donde se va consolidando el consumo de moda de lujo. El grupo aspira a generar en la zona el 19% de su facturación, nueve puntos por encima de lo que ingresa en la actualidad en esa parte del mundo.

 

La empresa comenzó a cotizar en la bolsa de Nueva York el pasado 2 de enero bajo su actual denominación. Tras la reorganización, el diseñador Michael Kors dejó el consejo del hólding, aunque sigue ocupando el cargo de presidente honorario.

John D. Idol, el presidente y consejero delegado de Capri, ha explicado que, tras los cambios, las previsiones de la compañía pasan por crecer a un ritmo de dos dígitos en el ejercicio 2019, gracias al impulso que le dará Versace.

 

El nuevo hólding de moda, además, continuará haciendo inversiones en tecnología para las tiendas con la finalidad de impulsar la omnicanalidad, y así responder al cambio de hábitos que se ha producido en los clientes.

 

En paralelo, la estrategia del grupo pasa por aumentar la penetración en los mercados de Asia y Europa, a través de acciones encaminadas a reforzar el carácter global de sus marcas y abriendo nuevas tiendas, sobre todo de Jimmy Choo.

 

 

Tiffany recoge los frutos de su transformación

 

 

 


Tiffany comenzó en 2018 a cosechar los frutos del proceso de expansión iniciado un año atrás bajo el mandato de Alessandro Bogliolo, ex consejero delegado de Diésel.  La compañía estadounidense elevó sus ventas un 6,5% en su último ejercicio (concluido el 31 de enero), hasta alcanzar los 4.442,1 millones de dólares. En paralelo, Tiffany situó su beneficio en 586,4 millones de dólares, un 58,4% más que en 2017.

 

La evolución, tanto del resultado como de la cifra de negocio, tuvo dos causas: la empresa se benefició de una tributación más baja, debido a la reforma fiscal realizada por el Gobierno de Estados Unidos, y a las nuevas medidas adoptadas por su consejero delegado.

La compañía dio un impulso a las ventas a través de la Red, un canal en que opera en trece países. No obstante, el avance online no ha frenado la comercialización a través de catálogos, que aún se mantiene en ciertos mercados. El conjunto de estos canales genera el 7% de la facturación global de Tiffany.

 

El plan estratégico de la compañía contempla la mejora continua de sus plataformas online y su ampliación a otros países. De hecho, Tiffany ha puesto el foco en el mercado chino, donde lanzará su tienda virtual en el transcurso de 2019.

 

En paralelo, Tiffany incrementó su red tiendas físicas y, a 31 de enero de 2019, contaba con 321 puntos de venta, seis más que hace un año.  La empresa también dedicó 2018 a elaborar un plan de contingencia en caso de que deba modificar sus actividades comerciales debido a factores externos como la guerra arancelaria entre Estados Unidos y China, o los posibles efectos adversos del Brexit.

 

Tiffany también continuará invirtiendo en el negocio de los relojes, que hasta ahora sólo genera el 1% de sus ventas netas a escala global. La compañía ha señalado que continuará apostando por esta línea de producto, ya que es una de las apuestas que está haciendo para el futuro.

 

 

Burberry, seis pilares como base y nuevo logo

 

 

 


Renovarse o morir. Burberry continuó en 2018 con su reorganización, liderado por el tándem formado por Marco Gobbetti, su primer ejecutivo, y Riccardo Tisci, el director creativo de la empresa.

 

Gobbetti ha señalado que la empresa está basando su transformación en seis pilares. Los primeros cuatro son la comunicación, el producto, la distribución y la transformación digital. Los otros dos vectores del cambio son la excelencia operativa y el personal.

 

En el marco de este plan, Burberry decidió dejar atrás su icónico logo representado por el tradicional caballo, para adoptar otro, que fue diseñado por Tisci, y que se caracteriza por la utilización de las letras T y B en blanco, naranja y beige, que son los colores representativos de la compañía.

 

Burberry también ha mejorado su página web y plataforma de ecommerce con la finalidad de conectar de una mejor manera con el consumidor y fomentar la omnicanalidad de la marca. En este proceso, la compañía pretende alcanzar asociaciones estratégicas con diferentes marketplaces y así llegar a nuevos mercados. De hecho, selló una alianza con Farfetch y por primera vez en la historia sus productos se pueden conseguir en 150 países.

 

Como parte de los esfuerzos para acercarse al consumidor, Burberry inició la reestructuración de todo su departamento de atención al cliente.

 

La compañía también ha comenzado a elevar su posicionamiento de marca, reduciendo la red de tiendas en los que comercializa los productos más mainstreams. El proceso de racionalización comercial se está realizando principalmente en Estados Unidos, aunque también ha llegado a Europa y Oriente Medio.

 

En paralelo, la empresa ha seguido acercándose a los ritmos del fast fashion con el lanzamiento mensual de colecciones cápsula diseñadas por Tisci, que es una estrategia que también ha sido implementada por otros operadores de lujo como Moncler o Tod’s.

 

 

Prada, sin conseguir remontar

 

 

 


Prada todavía no culmina la remontada. El grupo alcanzó un beneficio neto de 205 millones de euros durante su último ejercicio fiscal finalizado el 31 de diciembre de 2018, un 17,6% menos respecto a 2017.

 

En cambio, la compañía, cuyos orígenes se remontan a 1913, anotó unas ventas de 3.142 millones de euros durante 2018, lo que representa un crecimiento del 6% respecto al mismo ejercicio del año anterior.

 

A pesar de todo, Prada ha explicado que los resultados se han mantenido dentro de las previsiones que tenía para el ejercicio. De hecho, la compañía se ha mostrado complacida por la evolución de su negocio, sobre todo en los mercados de futuro como el chino, donde su facturación se elevó un 4,4% en 2018. En Japón, las ventas repuntaron un 3,8%.

 

El pasado año, Prada también inició su relevo generacional, acallando algunos rumores que apuntaban a una posible venta de la empresa. Lorenzo Bertelli, hijo de Miuccia Prada y Patrizio Bertelli, se incorporó a la cúpula de la compañía con el fin de pilotar toda la estrategia digital.

 

El grupo también amplió su red de distribución, continuando con un proceso iniciado hace varios años atrás. En la actualidad, Prada opera directamente 684 tiendas que están situadas en las principales capitales del mundo.


La compañía italiana prevé terminar su reestructuración en 2020, dando el paso definitivo hacia la digitalización para convertirse en un operador de lujo omnicanal. En este contexto, Prada ha alcanzado un acuerdo con Oracle, que le permitirá implementar cambios digitales en sus 634 establecimientos. El objetivo pasa por tener presencia online en todo el mundo.

 

El año pasado, Prada unificó la dirección de todo el sur de Europa en la figura de Nicola Lorenzo Antonacci, basado en Milán. A principios de 2019, el grupo dio un nuevo impulso a su filial de la Península Ibérica, con el nombramiento de Esther Hörmann como directora de retail.

 

 

Armani, relevo en la cúpula

 

 

 

 

Armani sigue expuesto a un difícil entorno y ha encadenado tres años consecutivos con ventas a la baja. La empresa, que nació en 1975, contrajo la facturación un 7% en 2017, mientras que el beneficio retrocedió un 10,5%.

 

El proceso de reestructuración emprendido por la compañía el pasado año aún no da los frutos esperados. En 2018, la empresa dio otra vuelta de tuerca a su estrategia de simplificación de marcas, fusionando Armani Junior con Emporio Armani, que es la etiqueta con la que se está vendiendo desde el pasado año.

 

Los cambios dentro de la compañía también han llegado hasta la cúpula directiva, ya que Livio Proli, que ejercía las funciones de director general desde hace una década, dejó su cargo para dedicarse por completo al equipo de baloncesto Olimpia Milano, que es propiedad de la firma de moda de lujo.

 

En paralelo, Giorgio Armani fichó a Gaetano Sciuto como consejero delegado, un directivo procedente de Fendi, que llegó a la compañía para sustituir a Giuseppe Marsocci, que, en su caso, fue ascendido a director general adjunto.

 

La compañía, además, siguió con su proceso de diversificación de productos y por primera vez entró en el segmento de la alta joyería con una colección denominada Haute Joaillerie Giorgio Armani Privé.

 

Giorgio Armani también continuó avanzando en el sector de las licencias y extendió su acuerdo con L’Oréal, que se encargará de la producción de sus artículos de perfumería, hasta el año 2050.

 

Por otra parte, el grupo ha señalado que continuará realizando más inversiones a lo largo de 2019 con la finalidad de fortalecer su posición en el mercado global.

 

Entre tanto, Giorgio Armani, el fundador de la empresa, sigue apuntalando el plan de sucesión, ya que a sus 89 años ya está pensando en su jubilación. El plan del diseñador pasa por transferir gran parte de su capital a labores de filantropía a través de la fundación que creó en 2016.

 

 

Puig, a las puertas de los 2.000

 

 

 

 

El 2018 fue un año en el que Puig perdió parte de su aroma, después de que Prada y Valentino, dos de las firmas de lujo que trabajaban con la compañía española, decidieran no renovar su acuerdo de licencia.

 

El golpe para Puig fue resultó muy duro de encajar, ya que las dos marcas aportaban alrededor de 170 millones de euros a la facturación del grupo español.

 

A pesar de los dos reveses, Puig también agrandó su negocio en moda y tomó el control de Dries Van Noten, fundada por el diseñador homónimo que, en la actualidad, se mantiene al frente de la dirección creativa de la compañía y es el presidente del consejo de administración.

 

El grupo también decidió reestructurar la división de marcas, mercado y operaciones, que desde abril de 2018 está pilotada por José Manuel Albesa en calidad de presidente. El ejecutivo es un veterano del grupo, al que se incorporó en 1998 y en el que ha ocupado diversos cargos de responsabilidad, el último como chief brand officer.

 

La compañía también reordenó la cúpula de Nina Ricci con el nombramiento de una nueva directora general para el área de moda y perfumería, y el fichaje de dos nuevos directores creativos para esa misma marca.

 

Además, el grupo se introdujo en el terreno de la innovación, a través de una alianza con el grupo BSH. En este contexto, Puig entró en el capital de Noustique Perfumes, una sociedad constituida en diciembre de 2017 por BSH, filial del grupo Bosch.

 

La alianza forma parte del programa Puig Futures, con el que Puig quiere impulsar nuevos proyectos para innovar en el sector de la perfumería. La empresa ya ha desarrollado una herramienta dentro de esta iniciativa, Airparfum, un dispensador que permite probar perfumes sin saturar el sentido del olfato.

 

Además, el grupo sigue ganando posiciones en mercados emergentes y tomó una participación minoritaria de la empresa india Kama Ayurveda, y de la colombiana Loto Sur.

 

 

Hugo Boss, sólo dos marcas después de la reestructuración

 

 

 

 

Hugo Boss sigue tratando de encontrar la fórmula del crecimiento. La compañía alemana puso en marcha un plan estratégico con el objetivo de volver a crecer en 2018 y logró su propósito: cerró su último ejercicio con una facturación de 2.796 millones de euros, un 2,3% más que en 2017, aunque su beneficio cayó un 17,2% hasta 195,9 millones de euros.

 

El resultado se vio afectado por una serie de inversiones que han tenido la finalidad garantizar el crecimiento sostenible del grupo que, en el último año, simplificó su oferta a sólo dos marcas: Boss y Hugo, con especial foco en esta última, cuyos precios son, de media, un 30% inferiores a los de su línea principal.

 

La empresa ha puesto en marcha otro plan de crecimiento, cuyo objetivo es acelerar las ventas hasta alcanzar un crecimiento de entre un 5% y 7% hasta 2022, e incrementar su beneficio operativo hasta un 25% en el plazo de cuatro años.

 

El plan, que estará dirigido por Mark Langer, consejero delegado de Hugo Boss, prevé multiplicar por cuatro la facturación del grupo a través de la plataforma de ecommerce y potenciar la presencia de la marca en Asia Pacífico. Para esa zona, los planes de la marca pasan por alcanzar un incremento de las ventas en torno al 4% en los próximos cuatro años.

 

En paralelo, la estrategia de la compañía también incluye un apartado relacionado con la optimización de los gastos operativos y de su estructura organizativa mediante la mejora de su logística y la modernización de sus infraestructuras.

 

La compañía, además, impulsó las ventas por la Red, y desde otoño del pasado año reforzó su relación con Zalando, incorporando más productos en el marketplace. Para 2019, Hugo Boss aumentar su operativa online a través de su propia plataforma.

En lo que respecta al mercado español, Hugo Boss retomó su crecimiento en el país con la puesta en marcha de una tienda en Málaga.