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Poca información y barreras geográficas: la brecha de la circularidad

La falta de tecnología en el reciclaje, los difíciles procesos de clasificación o las barreras geográficas son algunas de las dificultades a las que se enfrentan las empresas a la hora de abordar la circularidad.

Poca información y barreras geográficas: la brecha de la circularidad
Poca información y barreras geográficas: la brecha de la circularidad
Los modelos de reutilización también presentan soluciones incompletas.

M. Niza

6 jun 2023 - 05:00

La circularidad pide tiempo. A pesar de los esfuerzos por parte de algunas compañías, el interés de los consumidores y la presión de la legislación, la circularidad en la industria de la moda todavía tiene mucho camino por recorrer. En el trayecto, las principales brechas a las que se enfrenta son la dificultad de recolectar ropa, la clasificación o la falta de tecnología en el reciclaje, según un informe realizado por BCG.

 

La consulta apunta que la recolección de prendas resulta muy costosa y está fragmentada. Además, existen pocos incentivos para los consumidores e información escasa e incomprensible. Por su parte, la clasificación resulta ineficaz al tratarse de procesos manuales, y las barreras geográficas, a la que se suman las barreras geográfias y la ineficiencia logística.

 

Los modelos de reutilización actual también presentan soluciones incompletas, según sostiene la consultora, ya que las prendas pueden acabar en vertederos. Además, las tecnologías de circuito cerrado implican procesar materias que aún no están desarrolladas e incluso su proceso es mecánico y químico, lo que implica una capacidad de proceso limitada.

 

 

 

 

Además, la economía circular no resulta atractiva para las marcas: muchas prefieren quemar los productos porque es más barato que reutilizarlo o reciclarlo. En algunos países la ley lo prohíbe, como en Francia o Alemania y la Unión Europea planea hacerlo.

 

Para alcanzar un modelo circular, con resultados económicos positivos, el sector de moda debe movilizar la demanda de productos reciclados. Sin ambargo, la baja disponibilidad y el alto precio de las fibras recicladas, en comparación con sus alternativas más económicas, presenta una inclusión limitada de textiles reciclados en las marcas de ropa.

 

Uno de los ejemplos más empleados es con el poliéster reciclado: las empresas de moda confían en los desechos de plástico reciclado, mientras esperan que los textiles reciclados sean más viables económicamente. BCG asegura que se trata de un contrasentido, ya que las tecnologías de reciclaje de textiles no pueden escalar sin una demanda suficiente de su producción por parte de las marcas, y las marcas dudan en aumentar el uso de textiles reciclados hasta que estas tecnologías se vuelvan más rentables.

 

Además, es necesaria la inversión para respaldar las innovaciones y llegar a tecnologías prometedoras. Actualmente existen modelos alternativos como las inversiones, las licencias y las joint ventures, que pueden reducir la necesidad de un elevado capital inicial.

 

 

 

 

Otro de los aspectos importantes es escalar en el reciclaje a través de la infraestructura y la tecnología. El reciclaje de circuito cerrado puede procesar monomateriales como el algodón puro, y puede dificultar la identificación de la composición de los desechos postconsumo.

 

Por ello, a medida que aumenta la demanda de producción reciclada, también lo hace la competencia por la materia prima pura, lo que afectará a su suministro. Para emprender este problema, es necesario escalar en las tecnologías de reciclaje cerrado, que pueden procesar más variedad de materiales combinados, y así crear desechos postconsumo que sean una fuente de materia prima más viable.

 

Para abordar estos problemas el informe reconoce, los actores de la industria han lanzado iniciativas y se han unido a coaliciones y alianzas para crear un acción colectiva. Por ejemplo, las marcas pueden consolidar programas de recuperación o agrupar inversiones en tecnología para acelerar el impacto.