Por qué Blade Runner no pasa de moda
27 abr 2009 - 00:00
No se engañe. Olvídese de El diablo se viste de Prada. Si de verdad le gusta la moda su película es Blade Runner. La cinta dirigida por Ridley Scott, protagonizada por Harrison Ford y Rutger Hauer, es seguramente el filme que más ha influenciado el mundo de la pasarela desde su estreno. Todo tipo de diseñadores, estilistas y fotógrafos vuelven a ella una y otra vez. Por ello le damos cinco razones para explicar su reinado en un mundo como el de la moda, tan alejado de la ciencia ficción y del cine negro.
1. Por sus creadores
Nunca se ha reunido tanto talento en el vestuario de una película. Michael Kaplan y Charles Knode ganaron un premio Bafta –de la televisión británica– por su trabajo en el guardarropa de Blade Runner. Knode diseñó algunos de los fantásticos vestidos de Sean Young en la película, una revisión de los trajes chaqueta de los años 40 que servía tanto para darle el toque futurista como para advertir al espectador que también estaba viendo una cinta de cine negro. Kaplan por su parte ha sido el responsable del vestuario de diversas películas de David Fincher como Seven o El club de la lucha. Además el dibujante Jean Giraud, también conocido como Moebius, actuó como asesor de estilismo, si bien no aparece en los créditos.2. Por crear un estilo
Pocas películas han inventado un estilo propio. Blade Runner lo hizo con el ciberpunk. La combinación de punk y alta tecnología no sólo ha tenido influencia en cintas posteriores, como Matrix sino en numerosas colecciones de moda, de Paco Rabanne a Peter Christian. Los personajes más jóvenes, los replicantes, son los más ciberpunk. Peinados agresivos, cazadoras de cuero, maquillaje extremado, impermeables transparentes y medias rotas. No era la primera película que desconfiaba del futuro pero sí que era la primera que lo reflejaba tan claramente en su look.
3. Por clásica
Mientras que los supuestos malos apuestan por el ciberpunk, los supuestos buenos visten con un clasicismo al que el futuro le ha dado otra vuelta de tuerca. Los policías llevan traje y corbata, si bien con combinaciones de colores más atrevidas, como las camisas de Harrison Ford. Del dandismo rebuscado del personaje que interpreta Edward J. Olmos al ajado del joven-viejo J.F. Sebastián, el estilo es marcado, como los abrigos largos y las solapas grandes. Los trajes chaqueta de Sean Young parecen una revisión avanzada de los de Chanel. Y décadas después se pusieron a la última las gafas extragrandes de las que hacía alarde el presidente de la Tyrell Corporation, cuyo lema era “más humanos que los humanos”.4. Por referente
Antonio Miró le dedicó a la película una larga reflexión en un libro donde, entre otras cosas, afirmaba “al contrario de lo que ocurre con la mayor parte de las películas futuristas, en ésta el vestuario era, por así decirlo, clásico, es decir que la gente no iba vestida muy diferente que nosotros. Recuerdo que en un encuentro en Santander, en una mesa en la que se hallaban presentes varios filósofos y en la que se hablaba sobre la moda, todos estaban de acuerdo en que la moda era algo efímero, a lo que yo respondí que eso no era exacto, pues si bien existe una moda efímera hay otra que no lo es”. En el artículo El futuro ya no es lo que era, Miró defendía que la moda que se había creado en Blade Runner era precisamente de la que perdura en el tiempo.5. Por actual
La cinta ha influenciado a diseñadores, decoradores, estilistas y arquitectos en los últimos 25 años. Desde su estreno, Blade Runner ha vuelto de manera periódica pero insistente a las pasarelas. El 2007, su presencia incluso cansaba. Este año ha habido otra muestra, como la colección de José Castro en Cibeles, que bebe de manera descarada del filme, con sus hombreras y sus peinados cardados. Y si algunos invierten otros gastan. En 2004, se subastaron las prendas más relevantes del vestuario de la película por casi 100.000 dólares.