Blanco, punto y final: Xanadú echa el cierre y el juez da luz verde a los despidos
La compañía de moda rescinde los contratos de 700 trabajadores y mantiene una estructura mínima para finiquitar la liquidación, que pone fin a la trayectoria de 57 años de la empresa fundada por Bernardo Blanco Solana.
1 mar 2017 - 05:00
Punto final a Blanco. La cadena de moda ha despedido este martes a los cerca de 700 empleados de la compañía afectados por el expediente de liquidación de empleo de liquidación, después de que el juez diera luz verde a la rescisión colectiva de contratos solicitada por el administrador concursal. Los empleados se encontraban de permiso retribuido a la espera de la decisión del magistrado.
Global Leiva, la sociedad que ha gestionado la firma de moda en su etapa final, mantendrá a cinco trabajadores para hacer frente a un aluvión de demandas por despido improcedente, según aseguran fuentes sindicales, que denuncian que los empleados despedidos todavía no han percibido su finiquito.
La salida de los últimos trabajadores de la compañía coincide con el cierre de la última tienda de Blanco, situada en el centro comercial Xanadú de Madrid. La empresa mantuvo este establecimiento en funcionamiento hasta la semana pasada para liberar stock.
La Audiencia Nacional debe decidir si asume la causa contra el exconsejero delegado del grupo Alhokair, investigado por alzamiento de bienes, estafa e insolvencia punible.
En paralelo, la Audiencia Nacional estudia si asume la causa abierta contra el consejero delegado de Blanco, Simon Marshall; el director financiero, Nuno Ferreira y el exconsejero delegado del grupo Alhokair, Gerry Waters.
Los tres directivos y el director financiero de Alhokair, Mohammad Hussein Mamad Massoud están investigados por alzamiento de bienes, estafa e insolvencia punible, tras una querella de los trabajadores de Blanco.
El grupo, fundado en 1960 creció como la espuma en la década de los noventa apoyada sobre todo en un producto que supo conectar con unas consumidoras jóvenes que hacían cola frente a las tiendas. En la década de los 2000, el grupo contaba con sólo cincuenta tiendas en España pero ya se había convertido en una cadena de referencia en el mercado español. Blanco emprendió entonces el relevo generacional, con Bernardo Blanco Moreno, hijo del fundador, como nuevo responsable.
La compañía esquivó la crisis y redobló su apuesta justo cuando muchas compañías nacionales pasaban por su peor momento. Blanco se embarcó en nuevas líneas, expansión con tiendas y nuevos países, sin preveer que, a la vuelta de la esquina le esperaba el peor año de su trayectoria. Antes de entrar en su primer concurso de acreedores y ser adquirida por Alhokair, Blanco llegó a contar con una plantilla de 3.000 empleados y una red de distribución de más de 250 establecimientos.
La empresa fue rescatada en 2014 de los juzgados por el grupo saudí Alhokair por cuarenta millones de euros, tras protagonizar la mayor crisis de la distribución de moda en España. El grupo saudí no logró regflotar la empresa y en noviembre de 2016 vendió la empresa a AC Modus, que presentó el segundo concurso de acreedores de empresa. Blanco fue a liquidación en diciembre de 2016 tras no superar el concurso.
Según las cuentas de Global Leiva, la compañía fundada por Bernardo Blanco Solana perdió 21,71 millones de euros en 2015, un 192% más que en 2014. La facturación ascendió a 105,24 millones de euros, un 2,2% menos que el año anterior. En diciembre de 2016, AC Modus llevó a Blanco a liquidación tras no encontrar un inversor dispuesto a salvar la empresa.