Pompeii rentabiliza el fenómeno ‘start up’: ronda de un millón y entrada de un ex Ecoalf
Los tres fundadores que han continúan en el proyecto (Jaime Garrastazu y los hermanos Nacho y Jorge Vitri) mantienen una participación mayoritaria en el capital.
5 jun 2018 - 05:00
Pompeii sienta las bases para encarar su próxima fase de crecimiento. La start up madrileña de calzado empieza a hacerse mayor y despierta el interés de los accionistas. Siguiendo la estela de otras compañías de reciente creación, como Hawkers o Muroexe, Pompeii cierra su primera ronda de financiación en la que ha captado un millón de euros y ha dado entrada a un pool de inversores capitaneado por el ex consejero delegado de Ecoalf, José Múgica.
El directivo, que dejó la primera línea de Ecoalf hace un año, cuenta con una larga trayectoria vinculado al mundo de la inversión. Antes de aterrizar en Ecoalf, Múgica ocupó altos cargos ejecutivos en el banco de inversión Morgan Stanley y en el fondo Permira. En la actualidad, el directivo está en el fondo de capital riesgo Bejo Ventures, accionista también de la marca de moda sostenible. Bejo Ventures, por su parte, es la sociedad propietaria de Seaya Ventures, un fondo español de capital riesgo que actualmente tiene participaciones en empresas como Glovo, Ticketea o Cabify.
“Este perfil de inversores es un dream team de profesionales que nos puede asesorar en moda, digital y expansión del negocio”, ha explicado Jaime Garrastazu, uno de los fundadores de la compañía. Los nuevos inversores han entrado en la empresa a través de una ampliación de capital haciéndose con una participación minoritaria. Múgica, por su parte, ha entrado también en el consejo de administración de la empresa.
José Múgica, actualmente en Bejo Ventures, cuenta con una extensa trayectoria en el ámbito de la inversión
Los tres fundadores que han continúan en el proyecto (Jaime Garrastazu y los hermanos Nacho y Jorge Vitri) mantienen una participación mayoritaria en el capital. Hace unos meses, durante el proceso de negociación de la apertura de capital, salió de la compañía Cosme Bergareche, que se incorporó al equipo de diseño de El Ganso.
Pompeii, que cerró 2017 con una cifra de negocio de cerca de tres millones de euros, espera concluir 2018 rozando los cuatro millones de euros. Con la entrada de capital, la compañía quiere apuntalar su estrategia de crecimiento y, en concreto, su desarrollo en el canal físico con la apertura de establecimientos monomarca. El pasado abril, la compañía abrió su primer pop up store en Madrid, en el centro comercial La Vaguada, y su objetivo ahora es dar recorrido al offline.
En este sentido, los planes de Pompeii para este año pasan por abrir entre tres o cuatro microstores efímeras más para ir testando diferentes localidades en el país. Así, las próximas aperturas bajo este formato tendrán lugar en Valencia, Sevilla y Barcelona. Para antes de finalizar el año, la compañía también espera abrir su primer establecimiento físico y permanente en Madrid.
La inyección capital se destinará a reforzar el salto offline de la marca con la puesta en marcha de más tiendas en España
Por otro lado, la inyección de capital también tiene como fin empezar a tejer la expansión internacional de la marca, aunque se trata de un proyecto a medio-largo plazo. Según ha explicado Garrastazu, en estos dos años, la empresa se centrará en asentar su presencia en el mercado español y, a partir del tercer año, empezar a acelerar en el extranjero, donde ahora sólo tienen una presencia destacable en Francia.
Garrastazu, los hermanos Jorge y Nacho Vidri y Cosme Bergareche pusieron en marcha Pompeii en 2014 con una inversión inicial de 18.000 euros. Pompeii echó a andar cuando sus impulsores estaban aún en la universidad y cerró su primer ejercicio fiscal con una cifra de negocio de 550.000 euros.
La primera producción que lanzó al mercado fue de 349 zapatillas, el pedido mínimo que le exigieron en fábrica. En 2016, la empresa concluyó el ejercicio con ventas de dos millones de euros. Para encarar la siguiente fase de crecimiento, Pompeii trasladó sus oficinas desde Boadilla del Monte al centro de Madrid con miras a ampliar su plantilla, que suma ya 17 trabajadores.