Rivera crece un 17% en 2023 con el impulso del online y tras un proceso de rebranding

Rivera pisa el acelerador: consolida su rebranding y despunta online. La compañía de moda, fundada en 1977 por Elisa Rivera y dirigida por su hijo Eduardo Hernández Rivera, consejero delegado de la empresa, cerró 2023 con una facturación de 14 millones de euros, un 17% más que en 2022, cuando facturó 11,9 millones de euros. El margen ebitda para el ejercicio ha sido del 35,5%.

 

Rivera, que durante 2023 se ha sumergido en un proceso de rebranding, que tiene el objetivo de “asentar en las tiendas físicas” durante 2024, cuenta actualmente con catorce tiendas propias en localizaciones prime de Madrid, Bilbao, San Sebastián y Barcelona. La última en abrir sus puertas se encuentra en La Finca Gran Café, un espacio en Pozuelo de Alarcón diseñado por Dichoso Estudio.

 

La compañía está inmersa desde 2022 en una estrategia para potenciar el canal digital, que está en marcha desde 2018, y que ha aumentado sus ventas un 138% en 2023 respecto al año anterior, hasta una cifra que representa el 8% de la facturación total. “Estamos digitalizándonos para que la tienda online y física sea la misma experiencia y que se cree una omnicanalidad real”, indica Rivera, quien añade que la compañía va a seguir apostando por las redes sociales y su potencial de crecimiento.

 

 

 

 

 

 

En concreto, a finales de 2022 la cuenta de Instagram de Rivera tenía 70.000 seguidores y ahora suma más de 500.000 seguidores, una cifra que marca la internacionalización de la clientela de la empresa, que vende a escala global a través de su ecommerce. Los principales mercados internacionales de la empresa son Estados Unidos, México, Francia, Italia y Portugal.

 

Actualmente, Rivera fabrica prendas de ropa, calzado y accesorios, y cuenta con un taller propio en San Agustín de Guadalix (Madrid), donde está su sede, y en el que la empresa crea los diseños y los patrones. Funciona como “un laboratorio donde se crean las colecciones y donde vienen a aprender los otros talleres para aprender las calidades”, explica Rivera. La producción se concentra en talleres ubicados entre Madrid y Toledo. 

 

Este enfoque permite una producción casi a medida, adaptándose a la demanda existente. “En el momento en que se identifican productos con una elevada demanda, se emiten nuevas órdenes de fabricación, posibilitando la reposición y el suministro a las tiendas en un plazo de quince días”, cuenta Rivera.

 

Esta práctica, además de eliminar los excedentes de producción, favorece la sostenibilidad y contribuye significativamente a la rentabilidad y satisfacción del cliente, lo que ha permitido aumentar el número de referencias por colección. “Casi no tenemos stock residual; tenemos un ratio de ventas del 99% porque vamos fabricando a demanda”, puntualiza Rivera.