Superdry inicia su plan de reestructuración con la aprobación de sus acreedores

Superdry da el pistoletazo de salida a su plan de reestructuración. Los acreedores de la compañía británica, que en abril adelantó su plan de restructuración a tres años, han votado a favor de las medidas propuestas con un consenso del 99%. Tras la aprobación de los acreedores, la empresa de distribución de moda pone en marcha el plan a tres años que pasa por dejar de cotizar o reducir su red de tiendas, entre otras medidas.

Concretamente, la compañía tiene el objetivo de reducir el gasto en alquiler en 39 de sus 94 tiendas en Reino Unido. Además, Superdry prevé reducir su red de tiendas internacionales en los próximos años, lo que afectará a entre 25 y 30 tiendas en Europa, y explora la venta a franquiciados y a terceros.

La empresa también propone poner freno a las rebajas, y gestionar su plataforma de comercio electrónico a través de terceros, también con el objetivo de reducir costes. Por otra parte, Superdry está explorando acuerdos de marca y propiedad intelectual en mercados secundarios.

El visto bueno de los acreedores permite a la empresa evitar la insolvencia. En caso de que no hubiera habido los suficientes votos positivos, la compañía se habría visto abocada inmediatamente en un proceso de suspensión de pagos. Superdry lleva desde finales de enero avisando de la creación de una estrategia de reestructuración del negocio tras haber entrado en pérdidas en el primer semestre del ejercicio y haber emitido un profit warning.

Superdry propone dejar de cotizar o reducir su red de tiendas en todo el mundo, entre otras medidas

Durante los primeros seis meses del ejercicio actual (periodo finalizado el 28 de octubre de 2023), los ingresos del grupo cayeron un 23,5%, hasta 219,8 millones de libras (257 millones de euros). A principios de febrero, Julian Dunkerton, consejero delegado de la compañía solicitó permiso para presentar una oferta de adquisición sobre el capital social que no controla, el 80% del total.

Sin embargo, la adquisición no se hizo efectiva, así como tampoco culminó la oferta del inversor Davidson Kempner para hacerse con la compañía. Kempner, propietario de la británica Oak Furnitureland, estaba en conversaciones con Dunkerton para comprar la empresa, aunque se quedaron en la etapa preliminar. El consejero delegado de Superdry también mantuvo conversaciones con RCapital y Gordon Brothers, de quienes consideró una oferta para sacar la empresa del parqué.

Superdry, que se fundó en 1985 en Reino Unido de la mano de Julian Dunkerton e Ian Hibbs, ha ido anunciado salidas de directivos en los últimos meses. A finales de enero, el responsable financiero Shaun Wills anunció su renuncia, aunque dejó el cargo el pasado 31 de marzo. Por su parte, Craig McGregor, director comercial de la empresa, dejará su cargo en las próximas semanas.