Canadá amplía su legislación contra el ‘greenwashing’
El país ha aprobado formalmente el proyecto de ley C-59, una actualización de la Ley de Competencia de Canadá, que permitirá al Gobierno sancionar a las empresas canadienses, o que operen en el país, acusadas de greenwashing.
10 jul 2024 - 11:43
El legado sostenible de Europa sigue extendiéndose. Canadá aprobó formalmente en junio la actualización de su Ley de Competencia, lo que permitirá al país regular las afirmaciones ambientales que hagan las compañías. A través del proyecto de ley C-59, el gobierno del país podrá imponer sanciones a aquellas empresas que considere que estén haciendo greenwashing o afirmaciones sostenibles falsas sobre sus productos.
La modificación del texto llega apenas un mes después de que la Oficina de Competencia de Canadá iniciara una investigación por posible greenwashing a la compañía local Lululemon. A partir de ahora, este organismo podrá investigar y, en el caso de que sea necesario, sancionar, a las empresas que hagan cualquier tipo de acción comunicativa sin datos sólidos o certificaciones que demuestren su veracidad.
Las multas afectarán a todas las empresas canadienses, aunque también a todas aquellas que operen dentro de las fronteras del país. Las multas comprenderán entre 10 millones y 15 millones de dólares o hasta el 3% de la facturación anual de la compañía, dependiendo de la gravedad de la infracción.
Canadá ha actualizado su Ley de Competencia para sancionar las prácticas de greenwhashing
La Canadian Apparel Federation ha respondido a la nueva ley, alertando del “impacto substancial” que tendrán los nuevos requisitos para la compañía. La entidad ha asegurado que muchas de las empresas se verán forzadas a revisar sus comunicaciones climáticas ante la posibilidad de recibir sanciones por parte del organismo regulador.
Lululemon no es la única empresa que ha sido investigada por llevar a cabo claims medioambientales engañosos. En los últimos años, empresas como Zalando, H&M o Asos también se han enfrentado a las acusaciones de los organismos reguladores en sus países.
La ley canadiense sigue, de hecho, sigue a la aprobación de su homónima europea, la Ley de Empoderamiento del consumidor para la transición ecológica. De la misma forma que el texto canadiense, esta ley europea es una actualización de la Ley de prácticas comerciales desleales de la Unión Europea.